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¿En que momento pense que esto era buena idea?
Penso el kazajo cubriendo su cara con las palmas de sus manos, llevaba media hora en el baño reprimiendo se de estar allí.
Uviera seguido con su guerra interna si no fuera por qué escuchó como tocaron la puerta.
— Kaz estás bien? —
Pregunto la voz más hermosa para los oídos del castaño, quien se puso nervioso de inmediato.
— He sisisi solo estaban hablando con alguien — Mintió
— ham, bueno ven ya llegó la comida, vamos a comer— Sonrió para esperar a que el Kazajo abra la puerta.
Kazajistan abrió levemente la puerta para asomarse lentamente, sintió sus mejillas arder levemente al ver los bellos ojos verdes del Canadiense.
— Canadá — Susurro inconscientemente
— Vamos de seguro ya nos están esperando — El mayor agarró la mano del asiático para llevarlo a la sala sin escuchar ni tomar en cuenta la incomodidad del menor.
— Ya estamos — Anuncio
Inmediatamente cierto europeo se tiró a los brazos del canadiense.
— ¡Canadá! ¡Ese loco me quiere intoxicar! — Se aferró al torso del mencionado mientras apuntaba a cierto polaco que tenía una mirada ofendida.
— ¿Intoxicar? ¡No es mi culpa que tengas malos gustos! — Se cruzó de brazos ofendido de lo dicho por su amigo.
— ¿Malos gustos? Malos gustos son los tuyos —
— ¿Oye que paso? — Agarro por el mentón al europeo para que lo mirara.
— Ese desquiciado . . . Quiere que coma pizza con Kétchup — Lloriqueo dramáticamente, aferrándose a la polera de Canadá.
El americano sonrió al ver a su novio así.
Kazakhstan solo se alejó de la pareja, se sentía como un mal tercio en ese momento.
Mientras se alejaba lentamente sintió como una manos se posaron en sus hombros, cosa que lo hizo sobresaltar se, y dar una vuelta de inmediato.
— Mongolia me asustaste! — Reprocho el más bajo dando pequeños golpes al antes mencionado.
— Jajaja perdón, perdón — Intento cubrirse de los golpes.
— Eres un perro — Paro los golpes y miro a otro lado resignado, acto que hizo sonreír al mongol , el cuál lo abrazo.
— Pero soy tu perro — Beso la mejilla del contrario para después empezar a reír.
Kazajistan ya no se quejó, ya la actitud de su amigo se le hacía normal, casi siempre era así de ¿Random. . .?
— Bueno, bueno me van a seguir presumiendo que estoy más solo que no se que — Dijo un indignado polaco el cuál comía la pizza, mirando con desprecio a sus amigos.
— A, perdón — Se disculpo el canadiense, para luego acercarse al polaco junto a su novio.
— Si comamos —
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— Hasta luego Pol — Movió la mano de un lado a otro en forma de despedida, mientras que sus acompañantes hacían lo mismo, hasta que ver cómo el propietario cerraba su puerta.
— Bueno chicos adiós! — Dijo para inmediatamente darse medía vuelta y tomar a su pareja.
— Hey, hey, hey, ¿a dónde vas? La casa es para el otro lado — Lo agarro por el hombro.
— Jejeje si. . . Me voy a ir a dormir con Canadá hoy — Sonrió nervioso mientras se acercaba a Canadá a paso lento.
— No me vengas con joterias, !Vamos a casa¡ — Dijo para agarrar al ucraniano y acercarlo a el.
— P-pero- — Intento reprochar mientras se movía de un lado a otro.
— Nada de peros, Rusia me matará si no vas a la casa con migo —
Dijo en una mueca.
— Vamos Kaz solo está noche
Suplico el canadiense con una tierna expresión, el Kazajo tragó duro, suspiro.
"En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye como tú lo desees y hacia donde tú quieras. Márcame mi camino en tu arco de esperanza y soltaré en delirio mi bandada de flechas"
— Está bien
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