Capítulo 7

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—Felicidades por cobrar tu primer sueldo, Chanie. ¿Qué nos vas a comprar?

Hyunjin, Seungmin y Chan decidieron reunirse una noche que el mayor no trabajaba para tener su típica noche de amigos.

—Una pala a cada uno —le respondió a Hyunjin, logrando que sus dos amigos pusieran los ojos en blanco y rieran de todas formas.

—Muy gracioso, ¿vos te vas a comprar un novio también? —preguntó Seungmin. Aunque sabía que era un chiste, a Chan le molestó un poco el comentario.

—No seas tarado, Min —lo retó Hyunjin a la vez que le proporcionaba un codazo—. ¿Por qué no hablamos de tu vida amorosa?

—Porque no existe, tal vez —respondió Seungmin. Se estiró sobre la mesita y agarró un pedazo de la pizza que había en medio.

—Eso no fue lo que me dijiste el otro día —le recordó Hyunjin. Hizo una mueca mientras le daba un trago a su cerveza. Seungmin volvió a poner los ojos en blanco y lo miró molesto. Chan los miró a ambos con confusión en la mirada.

—Momento, momento, ¿de qué hablan? Me perdí.

—Seungmin es un stalker —soltó Hyunjin. Chan abrió los ojos sorprendido. ¿Que su Seungmin era un qué?

—¡No mientas, tarado! —se defendió Seungmin— Tampoco es tan así.

—Resulta que Seungmin le sacó una foto a un chico en la estación del tren el otro día —comenzó a explicar Hyunjin, Chan mientras tanto se dedicaba a asentir con la cabeza invitándolo a que continuara—. Él dice que es por algo de un curso pero ya conocés los "cursos" de Min.

Chan escuchó cómo Seungmin chasqueaba la lengua en desacuerdo a lo que su amigo decía. De todas maneras Hyunjin siguió hablando.

—Ahora él está obsesionado con esa foto, la lleva a todos lados esperando por un milagro. Y por milagro me refiero a que vuelva a ver a ese chico. Es más, apuesto cualquier cosa que tiene la foto en la funda del celular.

—¿Ah sí? —dijo Seungmin, interesado de repente. El tono de su voz ya indicaba que Hyunjin iba a perder—. ¿Qué apostás?

—El próximo sueldo de Chan.

—Pero no me metas a mí, tonto —se quejó Chan.

—Bueno entonces pinto lo que vos quieras —le dijo Hyunjin—. Y si yo gano, espero una sesión de fotos gratis.

Seungmin sonrió y le extendió la mano a Hyunjin.

—Perfecto, acepto. Tomá.

Le pasó el celular por sobre la mesita a Chan. Él se tomó el tiempo de quitar la funda y mirar dentro. No había más que un par de boletos de cine, subte y museos.

Cuando se lo mostró a Hyunjin, el menor frunció los labios en un puchero medio disgustado e hizo una mueca de asco al escuchar los vítores de su amigo.

—No disfrutes tanto que sé que la tenés en algún bolsillo —entrecerró los ojos para mirar a Seungmin de manera sospechosa mientras el otro reía.

—Che —les llamó la atención Chan luego de un rato de escuchar sus peleas—, nos quedamos sin cerveza, ¿quieren que vaya a comprar más?

—Dale, ¿te acompañamos? —preguntó Hyunjin ya parándose.

—No es necesario, Hyun, puedo ir solo, es acá a la vuelta —respondió Chan. Agarró su billetera, se puso el calzado y buscó las llaves antes de salir a la calurosa noche.

Era una noche sin luna y las estrellas apenas se alcanzaban a ver entre tanta contaminación. A Chan le encantaba ver las estrellas. Recordó cómo, cuando era chico, se escapaba de su casa para ir con sus amigos a apreciar el espectáculo que ofrecía el cielo nocturno australiano. No sabía por qué pero últimamente había estado muy melancólico y nostálgico, pensando en su hogar a kilómetros del que acababa de dejar. Creía que tenía que ver con Felix.

El chico del cuadro azul // CHANLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora