renta

695 25 1
                                        

s e m a n a  u n o

Estaba besándola, sus labios eran más suaves de lo que alguna vez imaginé que serían; y no solo eso, una combinación de cigarro y fresa que podía percatar y que no me disgustaba, pero era extraño, diferente. Algo que sinceramente nunca imaginé probar o tan siquiera pasó por mi cabeza al conocerla.

Estaba besando a Rebecca Castillo, quien luchaba entre mis brazos decidiendo en seguir en contra el beso o rendirse y dejarse llevar ya que no pensaba soltarla aún, aunque la culpa me impulsaba a alejarme de ella por haberlo hecho sin haberle avisado antes. Hannah seguía enfrente de nosotros, siento su presencia sobre nosotros y esa mirada de querer asesinarnos me estaba incomodando, lo cual me hizo aferrarme más a la chica de cabello negro mientras movía mis labios para que no fuera un beso a la vista desagradable, el solo tenerlos presionados sin que no pase nada y mejor la envolví con mis brazos como si la hubiera extrañado para que no se alejara de mí, ella los movió como si fuera a hablar cuando pensó que había terminado, y yo solo atrapé sus labios para profundizar el beso provocando que ella se hiciera para atrás, pero una de mis manos estaba en su nuca atrayéndola más a mí, era imposible que se alejara.

Nunca me había dado cuenta de lo delicioso que olía, como algodón, como algo limpio y suave que te genera ganas de dormir y también te tranquiliza al punto que sabes que estás a salvo. Quizá era el jabón que usaba en la ropa o un perfume o quizá su shampoo, fuera lo que fuera aun así llegaba a olerlo inclusive en sus mejillas. Las cuales son suaves, tan suaves que al pasar mis dedos por ellas parecía que estaba tocando una almohada. Mientras pensaba en eso, sentía cómo se relajaba entre mis brazos al punto de que el peso de haberla forzado a esto se esfumó por completo pensando en que también lo estaba disfrutando y se dejó llevar en el beso haciendo todo menos incómodo.

No escuché la voz de Hannah, pero sí sus tacones alejándose de nosotros hasta que azotó la puerta del edificio haciendo que retumbara el sonido por todo el pasillo y el policía de la puerta se asomara de su oficina y volviera a entrar para volver a ver su partido, sin inmutarse de lo sucedido.

Sé que debí de haberme alejado, debí de haberlo hecho en ese momento en el que la rubia ya no estaba, pero no podía hacerlo por más que quisiera y mi mente me decía que lo hiciera, sus labios y su aroma me tenían tan hipnotizado que cuando Rebecca me empujó lejos de ella tardé aún un par de segundos en recuperar la compostura y asegurarme que no era un sueño o que había sido el mejor beso que había tenido en mi vida. Cuando mis ojos chocaron con los de ella, no podía distinguir si había enojo o confusión mientras su boca se abría y cerraba varias veces buscando las palabras para reclamarme lo que había pasado, solo vi cómo pasó su mano por su cabello igual de confundida que yo. Hasta que explotó frunciendo el ceño y acercándose agresivamente a mí que yo solo alcé mis manos para mostrarme indefenso y por el miedo de que pudiera golpearme también, pero si decidía hacer algo, entendía que me lo merecía por completo.

—¿Qué diablos fue eso, Dominic? ¿En qué estabas pensando?

Su voz hizo que saliera de mí trance por completo que ahora podía escuchar con claridad todos los gritos, las groserías y barbaridades que me decía mientras caminaba de un lado a otro con el dinero de la renta aún en mano y bolsas de súper en la otra. No pude hablar hasta que se volvió a acercar a mí gritando y asustándome desesperada por obtener alguna respuesta de mi parte.

—¿Me puedes explicar por qué carajos me has besado?

Tenía que actuar tranquilo, como si la mujer que tengo enfrente no me asustara como mi madre.

—Así saludan en mí país, Rebecca, no hay nada malo en eso. Tranquila, que solo ha sido un beso.

Me encogí de hombros, intentando que no se diera cuenta de lo nervioso que me estaba poniendo. Cada vez que hablaba, su cabeza se movía rápidamente mientras lo hacía.

Déjame cuidarte. EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora