Parte única.

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Para muchas personas, madrugar era difícil. Agotador y molesto, sin contar que algunas personas les costaba levantarse apenas la alarma sonara o ni siquiera escuchaban la alarma.

Sin embargo, ella era una persona madrugadora. No le molestaba levantarse temprano para ir a trabajar; pues trabajar en la panadería, atender a los clientes con una sonrisa, poner el pan salido del horno en las bandejas para que los clientes pudiesen escoger o prepararlo cuando se requería además de tener la oportunidad de llevarse un poco a su casa, era algo que disfrutaba.

Aunque, decir que eso era todo, sería una mentira. Pues tiempo atrás, había conocido a un hombre que siempre parecía exhausto de su trabajo pero que era un amante del pan; y no sólo eso, él de alguna forma la había ayudado cuando los hombros le pesaban y había estado durmiendo mal.

Y aunque Tokio era bastante grande, todavía conservaba la esperanza de volverlo a ver. Aunque fuese algo infantil y absurdo.

- Esto no es un manga shoujo, Ami – se dijo a sí misma, con una sonrisa pequeña mientras se reprendía a sí misma.

Tenía muy en claro que la ficción de las novelas rosas era abismalmente distinta de la realidad. Porque en las novelas románticas, los protagonistas se quedaban juntos y vivían un amor dulce o a veces no tanto.

Además, ella no sabía su nombre y desde ese día no lo había vuelto a ver. Sus amigas la habían regañado por no haberle preguntado por su nombre y haber pedido su contacto ese día.

Y la verdad es que esas ideas no se le habían cruzado por la mente. En primer lugar, estaba en horas de trabajo y coquetear con los clientes no estaba permitido; y en segundo lugar, se notaba que aquel hombre estaba ocupado y tenía prisa, y no quería molestarlo, fue por eso que solamente alcanzó a agradecerle desde la entrada de la panadería.

Suspiró, que lástima que aquel día fuese la última vez que pudo verlo.

O eso fue lo que creyó.

Pues cuando alzó nuevamente la mirada, le pareció verlo. Estaba de espaldas, pero los latidos de su corazón le decían una y otra vez que era él; el hombre al que tanto deseó volver a ver desde antaño.

Y esta vez, ella no podía dejar ir esta oportunidad.

Más tarde se preocuparía por dar alguna excusa de su tardanza en el trabajo. Primero, debía darle alcance o de lo contrario, se arrepentiría de haberlo dejar ir.

- ¡Disculpe!... – lo llamó jadeando, finalmente alcanzándolo al tomar el borde de su manga. Que para ello, no fue sencillo, teniendo que empujar y dando disculpas breves, esquivar y correr con tal de no perderlo también de vista –, ¿Podría decirme su nombre, por favor?

...Aunque ahora que lo pensaba, lo que estaba haciendo se veía muy raro (por no decir acosador) de su parte.

Inmediatamente soltó su manga, nerviosa. Lo cual sólo incrementaba por su mirada seria y confundida –. ¡L-Lo siento, mucho! Eh... Yo... ¡De verdad lo siento mucho por molestarte! – se reverenció, cerrando con fuerza los ojos.

Nanami la miró en silencio, sintiéndose levemente sorprendido al finalmente recordar de quién se trataba –... Eres la chica de esa panadería.

Ami abrió los ojos, sorprendida. Enderezándose para así, mirarlo a los ojos –. ¿M-Me recuerdas?

Kento asintió en silencio, provocando que la emoción creciera lentamente en su pecho. Haciéndola sonreír.

Esto no era una novela de romance, pero, había podido volver a verlo otra vez. Y eso era lo único que importaba ahora.

-Traumada Taisho

Le puse Ami a la panadera, espero no sea molestia xd

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Difficie est longum subito deponere amorem [Bakery Girl/Nanami]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora