Primera vez en ese verano
El verano entraba por la ventana. Una cálida brisa nocturna, el calor extendiéndose a través de las paredes y goteando hasta el suelo.
Anne estaba sentada en su cama, entre cuadernos, papeles y bolígrafos. Su falda le llegaba a la mitad del muslo, su camisa blanca ligeramente levantada en un pobre intento de proteger su cuerpo del clima. La chica miraba con frecuencia y furtivamente al otro adolescente que estaba allí.
Sasha estaba leyendo y releyendo un libro de biología. El vestido blanco de tirantes finos caía suavemente sobre su piel pálida, bronceada y marcada por el biquini. El cabello rubio suelto caía por su espalda como una cascada dorada, cautivando fácilmente a Anne.
Los dos habían estado saliendo durante algunas semanas y todavía parecía surrealista. Para aumentar sus sentimientos, Marcy Wu también estuvo involucrada en la relación y siempre estuvo en compañía de los otros dos. Esa noche, sin embargo, sin el permiso de sus padres para salir de casa, Anne y Sasha se encontraron solas para estudiar cierto tema atrasado durante las vacaciones.
Y esa era una situación bastante notable, se aventuró a decir Anne.
Cuando los ojos azules se alzaron rápidamente, mirándola sin que fuera necesario ningún movimiento de cabeza, Anne volvió a esconderse detrás de su libro. Sintió que le ardía la cara, culpando a la estación por el calor que le subía por la columna solo al pensar en esos mismos ojos azules mirando por todo su cuerpo.
"¿Todo bien ahí dentro?" Sasha preguntó.
"¡Uhum!" Anne respondió, arreglándose la falda y juntando las piernas. "Yo-yo solo estaba... observándote..."
La adolescente levantó la mirada, buscando en el delgado rostro una respuesta no verbal. Sasha la miró sonriendo, la tenue luz de la pantalla de la lámpara al lado de la cama se reflejaba en ella, haciéndola lucir más brillante de lo que Anne recordaba.
"¿Y me veo bonita?" La pregunta fue baja, tímida. El cuerpo esbelto también se acercaba a su torso; los dos escondidos detrás de páginas y palabras no dichas. "¿O hay algo raro en mí? Es el bronceado, ¿verdad?"
"¡Estás preciosa!" Anne respondió, mirando a Sasha de arriba abajo. "Hermosa..."
Sasha se rió de nuevo, saliendo de detrás de su libro. Sus mejillas rojas la hacían lucir tan saludable, tan joven y natural, que Anne se sintió obligada a hacer lo mismo. En un movimiento suave, los dos se acercaron, intercambiando un suave beso.
Anne sintió que la mano de su novia subía y quitaba los libros de su camino. Riendo, los dos se acercaron, sus piernas entrelazadas entre las suaves telas que cubrían la cama y sus faldas de ropa. La rodilla de Sasha descansaba sobre la nalga desnuda derecha de Anne, y no podía recordar que estuvieran en una posición tan íntima en toda su vida; y habían estado en situaciones mucho más íntimas que esta cuando eran más jóvenes.
La misma mano que había quitado los útiles escolares subió por el brazo de Anne, sujetándola suavemente por el cuello y acariciando su mejilla roja. Las miradas se cruzaron, las sonrisas se compartieron, Anne se mordió el labio inferior, esperando que Sasha volviera a tomar la iniciativa.
Le gustaba cuando la rubia hacía eso. Tomar la iniciativa.
"¿Puedo besarte de nuevo?" Sasha susurró.
"Si..."
A la misma velocidad que antes, tal vez un poco más lenta, Sasha extinguió la distancia entre ellos. Sus labios rojos tocándose con cuidado, un poco de incertidumbre y amor. Anne abrió la boca, dejando espacio para que el labio inferior de Sasha se colocara entre los suyos. Se hizo un golpe bajo, seguido de otro y luego otro. Anne extendió la mano para tomar el de Sasha que estaba sobre la cama. La otra se acercó al rostro de la rubia, su pulgar recorriendo lentamente la marca en el rabillo del ojo azul.