CAPÍTULO 43

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LA TORMENTA.
(Maratón 1/4)

Miro por la ventana, el cielo esta gris y un trueno pasa rápidamente entre las nubes. Me siento en el nuevo sofá que papá compro y no le gusto, pero a mi me encanto... un sofá para una sola persona, gris y muy cómodo.

Cojo mi nuevo libro, va sobre vampiros y un romance entre una cazadora y un vampiro, muy guay la verdad.

Me gustan los libros románticos, pero me gustan también de asesinatos, los surrealistas... el caso es que sean libros.

Me recuesto en el sillón, y pongo mi playlist, he traído chocolate colombiano caliente y esta es la mejor combinación existente en este mundo (al menos  para mi) : lluvia, chocolate caliente (colombiano), música, una manta y libros.

Y, me transporto dentro del libro, algo que considero que es una sensación única e inigualable.

La puerta se abre y entra un cansado y mojado Zack.

—Ni se te ocurra mojar mi cama.—Le digo y él se va directo al baño, saca un pantalón corto que siempre trae para quedarse a dormir. En resumen, que a traído un poco de ropa ya que se queda conmigo casi todos los fines de semana, a ver, que Sofía me quiere mucho, así que no se preocupa si Zack no va a dormir a su casa, con tal de que esté en la mía.

Al salir sale solamente en boxers, me sonrojo y le como con la mirada mientras se pone el pantalón corto, carraspeo y vuelvo mi vista a la ventana y luego al libro.

Imposible concentrarse con ese bombón en tu cama.
No ayudas, conciencia.

Cierro el libro y apago la música, dejo mi móvil y el libro en el escritorio, cojo el chocolate entre mis manos y veo las gotas caer por la ventana mientras me tomo el chocolate.

Siento a Zack detrás de mi así que le acercó la taza.

—Es chocolate.— digo y coge la taza, se sienta a mi lado, en la silla de mi escritorio.

Nos quedamos un rato en un silencio ameno y cómodo.

—Las tormentas me recuerdan a ti.— suelta de repente pasándome la taza, la cojo.

—¿Las tormentas?— preguntó bebiendo un sorbo.

—Si, las tormentas traen calma y son hermosas, pero también pueden ser peligrosas y letales.— comenta mirando el cielo por la ventana.

Y mentiría si no digo que me derritió y me encanto lo que dijo.

—Deberías escribir un poemario.— le recuerdo las palabras que le dijo la profesora de lengua de otro curso.

—Eso paso hace semanas—se burla y sonrió.

Me levanto del sillón dejo la taza y tomo la muñeca de Zack, le siento en el sillón, me pongo encima de él como una niña pequeña, con las dos piernas al lado derecho de Zack.

Me acurruco y él complacido me envuelve con sus brazos desnudos.

Nos quedamos un rato así y me levanto para coger la caja donde guardo todas las fotos en papel.

Con la caja en mis manos regresó y me siento de nuevo en sus piernas, él me envuelve la cintura con sus brazos y coloca su mentón en mi hombro, produciéndome sanciones hermosas.

Abro la caja y las primeras fotos que aparecen son las fotos que Zack nos saco juntos en la feria. Las voy pasando mientras me aseguro de que Zack las vea, llegamos a una foto que imprimí y que encontré en mi móvil. Un Zack con solo el pantalón corto, el que ahora tiene puesto,  posando en mi cama, con un libro mio, al revés, mientras finge leer.

—Esa me encanto.— digo sonriéndole.

—¿Por que no simplemente las guardas en el móvil?—pregunta

—Las tengo también en el móvil, pero me gusta más así en papel, así puedo hacer un collage y enmarcarlas.— sonrió volviendo a meter todas las fotos.

Me atrae más a su pecho y yo en acurruco a él, nos quedamos observando las gotas caer por la ventana.

—¿Que crees que habrá después de la muerte, Zacki?—preguntó mientras recorro su tatuaje con mi uña.

—No lo se, realmente no pienso mucho en eso. ¿Y tú?— pregunta.

—No lo se, realmente creo que después de la muerte reencarnaremos. No se, es algo así como que mueres pero reencarnas en otro bebé y comienzas de cero.— confieso.

—Y si realmente reencarnáramos, te encontrare y te volveré a enamorar.— dice y me sonrojo

—¿Y como estas tan seguro que eres tú que me enamora a mi y no al revés?—

—No se— se encoge de hombros.

—Dicen que los lunares, son donde tú alma gemela de la vida pasada solía darte más besos, y me gusta creer eso.— digo mirándole— yo tengo uno en los labios, mira.— señaló mi labio superior, mientras pongo los labios como un pez.

—Ya lo había notado.— dice dándome un beso, se lo sigo y me muerde el lunar, sonrió.

—¿Eres tú mi alma gemela, Zack?— preguntó

—Espero que si, por que estoy seguro de que tú eres la mía.— confiesa y le beso, nos besamos  hasta quedar sin aire. Le muerdo el pircing y apoyo mi cabeza en su pecho, acaricia mi cabello, como tanto le gusta.

—¿Podemos pasar sin quedarnos con un trauma infantil?— pregunta una voz en la puerta. Digo que si y todo mi grupo entra, Ara, Alex, Dylan, Caramelo e incluso Ailen.

Todos se tiran en mi cama y Alex se sienta en mi puf.

—Que bonitos los tortolitos— exclama Alex y ruedo los ojos.

—¿Tu no tienes más ropa o está cara?— pregunta Ara cogiendo a Ailen de la cintura y pegándola a él, me rio un poco.

—Tranquilo, hermanito, que esto, todo esto— señaló a Zack— Es mío.— sonrió angelicalmente y todos silban y se ríen.

Ponemos canciones y cantamos un rato.

—Pon la de sentimiento original, la de Gondwana.— pido y la ponen.—Es súper viejita pero me encanta.—

—Si, tú sabes que es verdad, tú sabes que el amor existe. Si tú sabes que es verdad, el sentimiento original.— canturreo la letra mientras Zack me mira. Le señaló mientras canto y sonrió.

Pasamos la tarde entre canciones, pelis, comida chatarra, hasta mi padre se nos unió cuando llegó.

Son las 12 pasadas, así que los chicos se han quedado en las habitaciones de invitados y Ailen y Ara en la misma habitación.

—No quiero escuchar ruidos raros, quiero dormir hermanito— digo mientras van por el pasillo. Ara me saca el dedo de en medio por encima de la cabeza sin mirarme, me rio cuando entran a la habitación. Cierro la puerta y me meto en la cama junto a Zack.

—¿Sofía no le importa que no duermas en casa?— preguntó cogiendo su móvil.

—Nah, ella te adora, le basta con saber que estoy en tu casa.— dice mirando mientras me meto a Was— escríbele si quieres.—

—Es lo que voy a hacer. A ver...— empiezo a teclear—Hola, Sofía, soy Seyi, Zack se ha quedado conmigo lo siento, parece que vive más aquí que en su casa.— leo en voz alta y lo envío.

—Que le da igual con tal de que esté contigo, pero si te quedas más tranquila..—Deja el móvil en su mesita de noche, que es la derecha, ya que yo siempre duermo en la izquierda, cerca a la ventana.

Mentiras, al final ocupas toda la cama.
Cállate.
Si es verdad
Lo se, conciencia.

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