Marcos camina por toda la habitación, mirándonos a cada una.
—Esto es difícil...no sé con quién empezar—dice él deteniéndose al frente de Sam—Creo que debería empezar con el principio.
—¡No, déjala!—le grito, pero no me presta atención.
Retira las cuerdas de Sam y la toma del cuello.
Me acuesto y me arrastro por el piso para llegara él. Me estiro un poco y le doy una patada en la pierna haciendo que él pierda equilibrio.
—Pero mira nada más, si tengo la propia fiera justo aquí...creo que empezaré contigo, mi pequeña Anthonella.
Suelta a Sam, ella trata de agarrarlo del brazo pero la golpea en la cara.
—¡No!—le grito.
Sam cae al suelo de rodillas agarrando su cara.
—¡Sam, Sam ¿estás bien!?—ella hace un gesto con su mano que no sé qué significa.
—Vamos...arriba—Marcos se posa delante de mí, trata de tomarme de los brazos y quitarme las cuerdas pero escucho la voz de Valentina.
—¡Déjala, maldito!
—¿También estás ansiosa?—le pregunta uno de los gorillas. Se le acerca y la toma de la cara—Cuando usted diga, Marcos.
El hombre mira al chico que me mira detenidamente, Marcos asiente y el hombre mira a Valentina.
—Creo que deberás ir a cirugía, si es que sales de aquí—le dice entre risas y la golpea en la cara, Valentina suelta gritos y llantos.
—¡Déjala, por favor!—las lágrimas salen de mis ojos.
—¿Quieres que las deje?—me pregunta Marcos quitando las cuerdas de mis manos.
—Sí—digo con dificultad.
—Hazme feliz un rato y las dejo tranquilas.
—¿Qué?—entiendo lo que dice pero siento pánico al pensarlo.
—¿Que es lo que no entiendes, querida?—Marcos se levanta y se vuelve a acercar a Sam, la toma del cabello —¿Lo vas a hacer?
No respondo.
Él tira a Sam al piso y se sube encima de ella, con una de sus enormes manos toma a Sam de la cara y la golpea, mi pecho se oprime al escuchar su grito.
—De acuerdo, de acuerdo—digo rogando con mis manos y arrodillada.
—Así me gusta—se levanta y se acerca a mí.
De pronto veo que Valentina golpea al gorilla que la tenía entre sus brazos, lo golpea tan fuerte que el chico cae al suelo, veo sangre en su cabeza.
—¿Pero qué acabas de hacer, niña?—Marcos se acerca al cuerpo del hombre, lo monta en sus hombros y lo saca cerrando la puerta con seguro.
—¿Qué hiciste?—le pregunto a Valentina cuando estoy quitando las cuerdas de sus muñecas.
—Lo golpee, no sabía qué hacer.
Cuando la suelto, me acerco a Sam que está en el piso sin moverse.
—Sam...¡¿estás bien!?
Ella me mira, se sienta y me abraza, llora sobre mi hombro.
—Tranquila, estaremos bien—me aparto de ella y le seco las lágrimas.
Ella asiente, me levanto en busca de algo para golpear a Marcos cuando vuelva, pero no hay nada.
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¿Amarte u Odiarte?
RomanceSam y Antho son el claro ejemplo del poder de la amistad, hermandad y el amor puro. Sus vidas dan un giro inesperado cuando dos chicos muy diferentes, uno arrogante y guapo, y el otro todo un príncipe azul, entran en sus vidas. Juntos, los cuatro se...