Caliente como el infierno

Pélago XII

El infierno es la morada  de los muertos, un agujero negro para las almas que el Dios del amor ya no quería.

El Corvette negro, brillante, por el buen pulimiento. Se encontraba en una velocidad descomunal, haciendo que todo el polvo de la calle fuese fuertemente levantada, quedando atrás.

Jeon mantenía el control total del volante, los tres habían estado corriendo de esa manera desde hace unos minutos.

—¿Necesitamos ir tan lejos?—Taehyung preguntó con fastidio, apoyando la cabeza en el respaldar a medida que volteaba los ojos. Podía sentir el fuerte viento golpeando contra su cara.

—La verdad no, pero Jungkook siempre optó por tomar distancia, tanto como sea posible. Abrir el portal no es difícil, pero lo que puede entrar por un pequeño descuido puede ser igual de fácil.—la voz del brazo derecho resonó en una explicación con un tono nada amigable.

Soportar ese maldito ángel le era casi imposible para él.

Lucifer, de cierta manera, evitaba hacer cualquier conexión entre el infierno y determinadas áreas de California. La transgresión de un lugar tan distinto hacia otro, que carga una gran tensión podría suponer un enorme problema. Ir lejos no era una incomodidad, pese a eso el cuidado no era suficiente, quería tener la seguridad de que nada entraría y nada saldría.

Jungkook era extremadamente cuidadoso, por eso estaba buscando un lugar vacío, se encontraba casi al final de la ciudad y de hecho el ambiente parecía un poco más desértico.
Aún había un cierto movimiento de personas, pero nada que pudiera perjudicarlos.

En poco tiempo Jungkook fue deteniendo el convertible, mientras por dentro el ángel divino daba saltitos por la emoción, al mismo tiempo Hoseok bufaba insatisfecho.

Durante todo el trayecto el diablo evitó hablar, se sentía irritado por tener que ir al infierno, aunque fuera momentáneo, esa era una situación innecesaria. En el fondo sabía que solo accedió a ir para satisfacer la lujuria de Taehyung, después de todo, no le costaría nada más que su poca paciencia.

Estaban ubicados detrás de un antiguo bar, que ya no funcionaba.

Lucifer mantuvo una expresión seria, concentrado, sacó la moneda pentecostal de su bolsillo, sosteniéndola con fuerza. Sus luceros perjuradores miraron a Hoseok, viéndolo asentir lentamente, mostrando que estaba listo.

Permitiendo que el objeto redondo de oro envejecido flotara sobre su palma y luego cayera al centro, lo apretó lentamente, sintiendo que le quemaba la piel mientras se calentaba absurdamente a cada segundo.
La moneda no tardó mucho en quemarse y se formó un sello de carne viva en la palma. La herida se abría poco a poco, mientras los ojos de Jeon rodaban consecutivamente y sus labios murmuraban palabras que no formaban parte de ningún idioma conocido y estudiado por los seres humanos.

Los delgados labios se movían rápidamente y el sonido que salía de ellos era aterrador, era como si hubiera cien personas susurrando a la vez. J-hope repitió las mismas palabras.

Taehyung dio un paso atrás, sintió una incomodidad terrible, su cuerpo estaba pesado y su cabeza palpitaba de dolor, como si la estuviera golpeando contra una pared, pero se mantuvo firme, apretando su moneda, la cual era inútil en ese momento.

El Demonio sostuvo la plata con sus dedos, dibujando lentamente un triángulo y dentro de él una cruz invertida.
Se había abierto una grieta en el momento exacto en que el triángulo giraba, todo a su alrededor se detuvo. Se fundó una atmósfera densa y violenta y nada más se movió. El sol que solía existir parecía haberse oscurecido y todo el lugar se volvió aún más desértico, como si estuvieran rodeados por un aura diferente.