Furtivo

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La mañana llegó con la dorada luz del sol calentando todo a su paso, la radiante luminosidad entraba por aquella pequeña ventana de papel en la cámara nupcial, acariciando suave el rostro rosado de XingChen, quien abrió sus cristalinos ojos lentamente tratándose de acostumbrar a la luz, parpadeó un par de veces y finalmente logró aclarar su visión.

Inmediatamente logró escuchar una respiración profunda y suave, volvió el rostro para admirar a aquel hombre que aún se encontraba en un profundo sueño, lo miró en silencio por unos minutos, sentía que realmente se había ganado lo mejor de lo mejor, el cariño del emperador acompañado de un combo especial de una mentalidad misteriosa, pero atrayente, una personalidad hostil, pero muy tierna y gentil sólo con él, una apariencia intimidante y al mismo tiempo demasiado atractivo. No pudo evitar suspirar al pensar en esto, este rey lo había conquistado mucho antes de que él mismo se diera cuenta.

A pesar de que estaba en una posición muy cómoda, enlazando sus piernas con las de Xue Yang y recargando su cabeza en aquel amplio y bien formado pecho, quiso estirarse un poco para relajar más sus músculos.

Con cuidado se estiró e inmediatamente notó un dolor agudo en su espalda baja y caderas, era como si un pinchazo recorriera desde el cóccix hasta su nuca, ese pequeño detalle lo hizo soltar un suave quejido.

Xue Yang despertó segundos después de haber escuchado la queja y se incorporó rápidamente.

—¿Daozhang te encuentras bien? ¿Te he lastimado? —habló realmente preocupado mirando a su esposo hecho bolita en la cama evitando moverse demás.

—No es nada — sonrió —Es solo que amanecí un poco adolorido, no es importante.

—¿Estás seguro? — preguntó dándole un beso en la frente al mismo tiempo que estiraba su mano para acariciar el abultado vientre.

—Se siente gracioso — rió un poco sintiéndose avergonzado —Creo que está algo hinchado por lo de anoche.

—Quizá, pero se supone que no debería de estar así, te limpié mientras dormías, retiré todo, así que no entiendo por qué sigue inflamado.

—Dejemos de lado esto por hoy, sólo quiero descansar al lado de mi esposo.

Xue Yang sonrió —Bien, lo que diga mi emperatriz de ahora en adelante serán órdenes para mi, solo que si sigues así después de hoy llamaré al médico imperial.

XingChen asintió con un leve movimiento de cabeza.

Se acomodaron nuevamente para seguir durmiendo, aún era muy temprano para ellos tomando en cuenta la hora en que habían dormido a noche.

*

Song ZiChen se levantó de la cama, aún no podía creer que había asistido a la boda de Xue ChengMei y Xiao XingChen, ¿en qué estaba pensando? Habría sido mejor irse una vez que sabía que su amigo estaba bien, en en lugar seguro y con la persona que amaba. Tomó sus botas negras y las colocó, se dirigió hacia el tocador para acomodar su largo cabello y cuando estuvo listo salió de la habitación en la que se había hospedado.

Caminó tranquilamente por los pasillos vacíos disfrutando del silencio y la brisa matutina, había sido una buena elección haberse levantado temprano para simplemente desaparecer de la vida de todos aquellos que lo conocían, era mejor así, de alguna manera, todos habían sufrido hace un año por su culpa, vidas inocentes se habían perdido en el campo de batalla, era obvio el por qué la mayoría de los invitados lo miraban con confusión e incluso con algo de resentimiento.

—Oh, joven maestro Song buenos días.

—Buen día señora Xian.

—¿A dónde vas tan temprano? Debes de desayunar algo antes de partir.

El Favor del Emperador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora