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Han Jisung venía de una típica familia muy religiosa siendo criado con valores religiosos, desde pequeño le gustó mucho sentirse cerca de Dios y hacer obras de bien, le gustaba ayudar en la iglesia tanto haciendo la limpieza y siendo catequista de aquella iglesia. Lo que más odiaba Jisung era pecar, él no era alguien de mente cerrada y por lo tanto tenía muy claro que le gustaban los hombres, lo malo era que se sentía muy atraído por aquel sacerdote y eso lo hacía sentir muy culpable.

Jisung estaba muy distraído ese día, estaba pensando que al terminar de limpiar iría al confesionario, se sentía mal al callar la atracción por el sacerdote y tal vez decirle no sería mala idea, después de todo, era su trabajo escuchar las confesiones de otras personas.

Esperó a que algunas personas se retiren y entró en aquella cabina y se arrodilló ante ella.

—Ave María Purísima.

—Sin pecado concebido.

—Cuentame tus pecados.—Miró Minho a través de los espacios en la ventanilla

—Perdóneme Padre, he pecado hace un tiempo gustando de alguien, teniendo pensamiento indebidos y estoy arrepentido de mis pecados, Pequé contra Dios, a quien debo amar, estoy decidido firmemente a hacer penitencia, para no pecar más, Ten misericordia de mí, Dios mío.

Mientras este hablaba, Minho hizo contacto visual y después bajó su mirada hacia sus labios a través de los agujeros, Jisung se sintió desconcertado al ver la actitud del sacerdote.

Minho se inclinó un poco y corrió un poco la cortina que los separaba.

—Pensamientos indebidos? —rió bajo y se acercó un poco hacia él—Bueno entonces cuéntame, de todos tus pecados ¿Cual es el peor?—sonrió de lado mientras agarraba la barbilla del menor uniendo sus labios y hundiéndose en un beso deseado por los dos.

Mientras más tiempo pasaba más se sentía la tensión entre los dos, Minho desabrochó un poco la camiseta de Han y se agachó para poder besar las clavículas del menor mientras este se aferraba a la túnica de sacerdote.

Jisung alzó la vestimenta que traía Minho, desabrochó los botones del pantalón y junto con su ropa interior las bajó a la altura de las rodillas, Minho sonrió y al ver las intenciones del menor posó su mano sobre la cabeza de jisung.

Minho tiró su cabeza hacia atrás al sentir el placer que le daba el menor, lo introdujo en su boca y chupó, rosaba y lamía el glande haciendole provocar, Minho veía como Jisung subía y bajaba su cabeza por su pene, y antes de correrse minho se acomodó su manto y lo alzó, lo sacó de aquel cubículo a lo que este se sobresaltó pensando en que las personas de afuera lo verían.  

El sacerdote lo guió al ambón, lo besó mientras posaba sus manos debajo de la camiseta del contrario. jisung se separó asustado ya que estaban en medio de la iglesia y temía ser vistos por alguien—tranquilo, a esta hora todos se van y yo soy el último en quedarse—aclaró minho al verlo preocupado.

Minho hizo que jisung se diera vuelta, acariciaba el cuerpo de jisung hasta llegar hasta por su cintura, fue bajando el pantalón mientras con su otra mano humedecía sus dedos.—me dolerá?—preguntó jisung
—haré lo posible para que no—habló minho mientras agarraba su rostro y le otorgaba un beso en la frente.

Jisung se inclinó un poco y minho introdujo el primer dedo haciendo circulos.—arde un poco—habló con voz temblorosa.—ya pasará—susurró el sacerdote introduciendo el segundo dígito y empezó a moverlos con un poco de velocidad, metió el tercer dedo y al mirar a jisung pensó que ya estaba preparado, besó sus labios con lentitud mientras alineaba su miembro y fue hundiéndose lentamente, minho no sabía si estaba en el cielo o en el mismísimo infierno pero le encantaba ver al menor sonrojado intentando dar comienzo a las embestidas.

Jisung se sostuvo débilmente de los bordes del ambón mientras minho empujaba sus caderas hacia el catequista. En un acto de rapidez el sacerdote se quitó la estola y se la dió a jisung, este la agarró y hundió su rostro en esta intentando callar sus gemidos y jadeos pero era casi imposible hacerlo, minho tocaba y besaba su cuerpo mientras embestía su trasero con dureza.

El catequista fue guiado hasta el sede donde minho se sentó y jisung se puso sobre él embistiendose a sí mismo, gemía mientras arañaba las piernas del sacerdote, Han se detuvo cansado y minho colocó sus manos sobre la cintura del menor e hizo movimientos rápidos para poder terminar. Jisung se corrió mientras se estrujaba, Minho siseó haciendo que llegue al clímax dentro del menor.

Los dos se acomodaron la ropa y jisung lo abrazó haciendo que minho sonriera y correspondiera al abrazo.—creo que es hora de que vayas a tu casa—habló minho mientras acariciaba la cabellera del contrario. Jisung reaccionó y miró la hora, minho lo guió hasta la puerta, le depositó un beso en la frente.—ve con cuidado—dijo minho mientras cerraba las puerta, y antes de que se diera la vuelta dijo.—mañana te espero en el confesionario, ven temprano—le guiñó el ojo y vió a jisung yéndose totalmente sonrojado.

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holi! hace mucho que no escribo así que
si hay algún error de redacción
me gustaría que me lo hagan sabe
gracias por leer <3

𝘤𝘭𝘦𝘳𝘨𝘺 [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora