ENAMORADO DE MI PROFESOR 2 (Onkey)

Capítulo 12 - Parte 1

Recordaba que aún tenía el número de Jinki guardado aún después de tanto tiempo así que empezó a buscarlo a penas Taemin se fue del departamento. Desordenó el cajón de sus medias y nada, el cajón de sus pantalones y nada, así se fue acumulando la ropa y la cajita donde guardó las cosas que le quedaron de Jinki no aparecía. Por aquellos días Taemin y Taeyeon habían obligado a Kibum a tirar todo lo relacionado con Jinki empezando con la bufanda de seda que fue la gota que derramó el vaso de agua en la mente del estudiante. Solo pudo guardar algunas pequeñas cosas como un collar con dije de infinito que significaba el amor infinito de Jinki por su alumno, según dijo el Lee... Si claro, tamaña mentira que le había contado y que se creyó el pobre corazón del Kim; pero también había un anillo con una J grabada, algunas notitas de amor y el número de teléfono del profesor, que guardó y escondió junto con sus recuerdos pues a la vista de sus amigos el maestro Lee Jinki era un capítulo terminado de un libro ya destrozado.

—¿Dónde está? —Se preguntó en voz alta y cuando se miró al espejo sobre su cómoda notó que sus ojos se habían empañado tanto que una lágrima caía sin permiso por su mejilla para desaparecer en algún lugar de la alfombra de su habitación.

—¿No crees que ya has tenido tus sentimientos muy reprimidos? —La voz de Taemin lo asussta haciéndolo girar mostrándole su rostro húmedo—. Oh dios... Bum... A este punto has llegado, vas a explotar en cualquier momento —dice el rubio preocupado y lo acoge en sus brazos prácticamente invitándolo a quebrarse pero todo el silencio.

—Pero estoy bien.

—No estás bien. —Insiste.

—No sé. No. No sé que me pasa. Ni siquiera sé qué estoy haciendo, no sé qué siento. Simplemente no lo sé. —Suspira y sonríe, probablemente una sonrisa producto de sus nervios, de esos que no puedes controlar cuando tienes por dentro un conflicto entre el dolor y la desesperación. Es esa sensación de sentir mariposas en el estómago que al no ser correspondido es como si se volvieran gusanos que te empiezan a devorar por dentro, como si tu estómago se achicara de la nada, esa sensación tan fea la sentía Kibum cada día, minuto y cada segundo, pero eso disminuyó con la presencia de Woohyun, aunque no duró mucho porque Nam transformó esos sentimientos en otros igual de feos e incómodos, con él no solo se encogía su estómago sino también su ego, su orgullo, todo su cuerpo se sentía menos. Y así Kibum iba cubriendo dolor con otra emoción diferente pero en la misma escala de mala.

Después de ser consolado por Taemin decidió salir a dar un paseo, las gotas ralas de lluvia que caían de un cielo un tanto gris serían su compañía perfecta y excelente expresión de su dolor reprimido, serían las lágrimas que él ya no podía llorar.

De alguna manera sus pies los llevaron a una cafetería, pero no a cualquiera sino a esa cafetería donde solía reunirse con su profesor de literatura, el señor Lee Jinki, y tomaba las clases privadas cada tarde, aquella que vio crecer su amor. Con el clima un frío era lo más adecuado que se le ocurrió, tomar un café.

—Buenas noches —le dice a una sonriente cajera que espera tomar su pedido—. Un café con chocolate, con crema de leche y...

—Tres de azúcar. Por favor, no le ponga la tapa al vaso y tampoco pajilla. —Es interrumpido por el hombre que estaba detrás de él en la fila, que llevaba una gorra negra por debajo de la capucha de la polera también negra.

—Pero que rayos... Ji-Jinki.

—¿Algo más? —Pregunta la muchacha.

—Y un americano. A nombre de Bum. —El mayor extiende algo de dinero y jala con suavidad la muñeca de Kibum—.Dejemos que las personas sigan ordenando y vamos a sentarnos.