"Con una parte de mi corazon" (Zhongli x Tartaglia - fanfic) GENSHIN IMPACT

IV

Cuatro meses.

Sus dedos tamborileaban sobre los míos mientras caminábamos de la mano por la zona alta del puerto, la brisa salina del mar nos acariciaba las mejillas mientras paseábamos absortos en nuestra conversación -Por cierto, Zhongli ¿Recuerdas esa misión de la que te hablé? los preparativos ya están casi listos así que es probable que tenga que partir en un par de semanas- un sentimiento de presión contrajo mi pecho, tenía un mal presentimiento con este viaje del que tanto hablaba, no solo en la cámara de comercio sino que también en la funeraria el camino han habido encargos de grandes sumas tanto en suministros como en insumos para preservar cadáveres, lo que solo indica que además de largo es un viaje en el que están preparados para perder una gran cantidad de hombres.

◇

- ¿Uh? El señor Zhongli te lo dio, oe, oe ¿Donde conseguiste una piedra como esa? parece trabajo de Celestia una joya de esta calidad- Ajax había venido a buscarme después de mi trabajo en la funeraria y nada más toparse con la presidenta empezó a presumir su regalo, la verdad es que lo ha hecho con distintos conocidos, incluso al viajero trotamundos le tocó felicitarlo por tan bello regalo, aunque realmente por lo único que quiere que lo feliciten es por quien se lo dio, es bastante tierno ver la Ajax emocionarse cundo lo celebran por nuestra union.

-Así es y él mismo lo hizo solo para mi- era demasiado encantador verlo inflar el pecho con tanto orgullo por un regalo.

-Muy bien ¿Nos vamos?-

-Por supuesto, adiós bruja-

-Adiós señor Zhongli, adiós ballena-

-Es un narval-

-Eso-

Caminamos hacia la terraza de la ciudad cundo vamos atravesando cerca del banco del norte, no solo allí sino en toda Liyue se podían ver fatui movilizándose, llevándose tantos insumos como hombres al interior de un barco con la insignia de Snezhnaya, Ajax ya me había hablado de que la razón de que pasara tanto tiempo en Liyue era porque tenía que organizar este viaje, también me hablo de la gran cantidad de reclutas que se estaban apuntando al viaje. No me puedo quitar de la cabeza este presentimiento, esta inquietud que me amarra el pecho cada vez que escucho hablar  sobre este viaje.

◇

Los días se abalanzaban uno tras otro volviéndose semanas y con el paso de ellas llego él tan hablado viaje. 

Me hallaba con Ajax en el puerto, todos los fatui subían al barco, algunos incluso se despedían de sus amigos hechos en Liyue e incluso tristes parejas que se daban el adiós se mezclaban entre la multitud de cajas y soldados que iban y venían del barco, entre ellas estábamos los dos -Prometo volver pronto- el beso depositado en mi frente bajo a mis labios, no quería que se fuera, traté de retenerlo en el momento tanto como puede pero en algún momento nos separamos.

Déjame ir contigo.

Si se lo hubiera dicho el habría estado más que feliz de hacerme espacio en su camarote, pero me convencí que Liyue era mi hogar y que no podía seguir a Ajax a todas partes para asegurarme de que estuviera bien. Se suelta de mi agarre y me mira con una sonrisa un poco mas triste que de costumbre y se da la vuelta para subir al barco, doy un paso para alcanzarlo, decirle que iría con él a donde fuera pero el segundo paso nunca llega y me quedo parado en el puerto mientras lo veo perderse en la cubierta del barco y verlo zarpar.

Él va a estar bien, siempre lo esta.

Ninguna de las palabras de aliento que me doy parecen detener las lagrimas, por primera vez siento la necesidad desesperada de cruzar el océano si es necesario para quedarme junto a él pero no me muevo, la tristeza y la culpa suben como la marea y empiezan a ahogarme.

¿Qué hago si algo llegara a pasarle?

Es mi culpa.

Me quedo a la orilla del muelle, justo el lugar donde Ajax me dejó, esperando a que esta marea baje y me permita respirar de nuevo pero ni el oleaje ni las lagrimas parecen querer mermar. El puerto se vació hace rato, los únicos que me acompañan son las farolas encendidas y las pequeñas embarcaciones que se mesen con las olas, pareciera que ni la paz del escenario pudiera calar lo suficientemente profundo en mi ser, porque aun siento como me ahogo.