Capitulo 5: Defender

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Al pasar 15 días, llegaron las nichirin a la finca de los Rengoku, y como era de esperarse, Kyōjurō, Azumi y Senjurō estaban emocionados.
Y aunque no pareciera, el señor Rengoku también lo estaba, así que estaba en silencio prestando atención al color que tendría cada uno desde su recámara.

¿Están listos? Preguntó un Kyōjurō emocionado.

¡Vamos! ¡Me matan los nervios por ver qué color tiene mi nichirin! Azumi emocionada apretaba las manos a la altura de sus hombros.

¡Vamos allá! El joven respiró hondo y al desenvainar su nichirin, comenzó a tornarse de un tono rojizo vívido.

¡Woooooaa! Gritaron emocionados el trío de jóvenes mientras reían.

¡Es increíble! Senjurō no podía ocultar su emoción y su hermano se la sede un momento. Vamos, tómala. Sonriendo, Kyojuro se la entrega a su pequeño hermano y éste se sentía poderoso. Es, genial, pero, entrenaré también como ustedes para tener la mía.
Le devuelve su nichirin a su hermano mayor y mientras éste la guardaba en la funda, ambos ven a la joven.

Estoy.... Nerviosa... Apretaba sus manos. ¿Y si sale color negro?

Bien se sabía que aquellos que tenían una nichirin color negro, no llegarían muy lejos y era parte de un mal "augurio".

Hey Kyōjurō tomaba sus manos Estaremos para protegerte, no es así, ¿Senjurō?

El pequeño asentía emocionado mientras ponía su mano en el hombro de la chica. Siempre, pase lo que pase, Azumi-chan.

Asentía decidida, el joven rubio soltaba sus manos y la veía con los brazos cruzados y su típica sonrisa.

Respiraba hondo, sacaba su nichirin y ésta empezó a tornarse de un color blanco.

Ambos hermanos se asombraron acercándose a la katana mientras los ojos de su portadora se iluminaban y gritaba emocionada ¡Es blanca, es blanca!

Guardaba su nichirin y abrazaba a ambos hermanos. ¡Soy tan feliz! Los tres sonreían emocionados y se separaban.

Lo que no sabían, es que en la recámara de Shinjiro, tomaba una pequeña cantidad de sake y brindaba al cielo Cariño... Ninguno sacó una nichirin negra... Están a salvo...

Los chicos terminaban de servir su comida mientras el mayor iba a llevarle sus alimentos a su padre a su recámara, para sorpresa de Kyōjurō, su padre no bebía y lo miró por un momento.

Padre, Azumi y yo...

Si, los escuché lo interrumpe mientras lo veía por el rabillo del ojo mientras giraba su cabeza levemente para dirigirse a dónde estaba sentado Kyōjurō.

Felicidades decía seriamente.

Kyōjurō no podía esconder la alegría que ésto le provocaba y sus ojos se iluminaron y asintió escondeindo un poco como se sentía dejando la tablilla con su comida.

Gracias, padre hace una pequeña reverencia.

Su padre ya no contestó, y Kyōjurō sabía que debía retirarse. Alegre va a dónde estaban esperando ambos y sonrieron al mismo tiempo para agradecer la comida y disfrutar de la cena de aquella noche tan especial.

A la mañana siguiente se levantaron temprano como de costumbre, pero un Cuervo Kasugai llegó a la finca

¡Caw, caw! ¡Nueva misión para Rengoku Kyōjurō, diríjase al noroeste! Se miraron entre todos los presentes intrigados y este asiente, a lo que entra a la finca rápidamente y mientras cambiaba su uniforme, el joven Senjurō le dió un obento con un poco de comida que había hecho para ese día, y Azumi se dirigía a la recámara dónde tenían los dos sus nichirin.

Amor Eterno (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora