Agarro una de las prendas de la percha, me la pongo delante de mi mientras camino hacia el espejo. Hago una ligera mueca, al ver como el color azul oscurece mi cara. Mi atención se va a la canción que comienza a sonar, giro la cabeza ligeramente al reconocer mi voz sobre el piano, muerdo el interior de mi mejilla mientras saco el móvil del bolsillo. Busco el número de la única persona que sé que tendrá la misma ilusión que yo de esto y llamo.
— ¿Amor? — sonrió al escuchar su voz — ¿Pasa algo?
— Escucha — le susurro al teléfono con una sonrisa, dejo que escuche un poco de la canción y vuelvo a llevarme el móvil al oido—, ¡soy yo!
— ¡Eres tú! — escuchó su voz respondiéndome con alegría—. Estoy muy orgulloso de ti, aceitito. ¿Dónde estás?
— Comprando algo de ropa, tú te vas a Nápoles, yo me voy unos días a Andorra a esquiar — sonrío mientras agarro un jersey—. Pero no me gusta nada, estoy harta — resoplo dejando el jersey en el lugar en el que estaba—. Todo es cortísimo, voy a tener que ir a mi tienda privada para llevar algo de ropa de abrigo.
— ¿Qué dices? — su risa me eriza la piel.
— ¿Tu armario? — río, él resopla pero riendo igual — No era una broma, estoy entrando en crisis, ¿qué me llevo a la nieve?
— Te diría que nada, pero no quiero que te resfríes— río echando la cabeza hacia atrás, agarro una sudadera de un burro y la analizo—. Además sólo yo puedo verte así— resoplo con una sonrisa—. Me gusta esa, eh — levanto la cabeza y lo veo con una capucha y unas gafas a las puertas de la tienda, resoplo con una sonrisa negando con la cabeza.
— No entiendo cómo siempre estás cerca de dónde estoy yo— murmullo colgándome la sudadera del brazo—, es como si tuvieras una cuerda que te ata a mi.
— Me gusta rondarte, pero no tanto como para llegar al punto de perseguirte — río mientras saco un jersey de otro hueco—. Es una serie de casualidades lo que hace que nos encontremos, somos uno para el otro, aceitito.
— Ay, gatito, como si no supiera yo lo cuanto te gusta a ti tenerlo todo controlado — escucho su risa suave cerca de mi, aprieto el teléfono con fuerza cuando su mano libre roza la mía—. ¿Qué haces? — río nerviosa.
— Buscarle algo de ropa a mi novia — murmulla, veo de reojo cómo mueve algunas perchas—, creo que esto le quedaría perfecto — me giro para ver el top rosa que cuelga de una percha.
— No me pienso poner eso, voy a Andorra, no a Hawaii.
— Hay gente que va a Andorra con menos.
— Bueno, te recuerdo que hay veces que paso frío en verano, ¿recuerdas? — escuchó su risa — No tengo nada que ver con las influencers que sigues en redes, cariño — río mientras saco un jersey de un montón de ropa.
— ¿Algo que decir respecto a eso? — escuchó su tono juguetón y eso me hace resoplar.
— Amor, no me interesa en lo más mínimo a quién sigas o no en tus redes sociales — murmullo mientras abro con ambas manos el jersey para ver el dibujo que tiene —, además, la única que te tiene detrás de ella buscándole ropa soy yo, no ellas — murmuro.
— Por eso eres la mejor novia que podía encontrar.
— La única que te aguanta, dices — cuelgo el jersey de mi brazo, junto a los otros y me giro para verlo, mirándome con una sonrisa.
— Todas me aguantaban.
— No por más de diez minutos fuera de una cama — le guiño un ojo, él resopla llevándose una mano a la frente.
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Extras
FanfictionPequeños extras de la #DreamTeenSeries ADVERTENCIA: no leer si no te has leído algún libro de la saga.