Capitulo 21

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Hoy les pongo una foto mía de inicio en honor a mi cumpleaños

<<Bueno sigan leyendo los quiero>>

Max.

Dolor.

Eso es lo que estoy sintiendo en estos momentos viendo a mi madre postrada en una camilla sin tener la certeza de que va a despertar o no.

Lo hará.

Tu despertarás, mamá.

Por favor.

No me dejes solo...

Lagrimas gruesas caen sobre mis mejillas mientras sostengo la mano de mamá. Estoy sentado en un cubículo a los lados de la camilla. Ella tiene una aguja en la vena, como también tiene un tubo en su boca. Verla tan vulnerable es un sentimiento horrible.

Llevo mucho tiempo aquí y estoy consiente de que Ania está afuera esperándome pero.... simplemente no quiero afrontarla después de que me vio llorar.

Fui tan vulnerable que tengo miedo a que piense que soy un perdedor. Pero la verdad que en cuanto la vi explote. Tenía tantos sentimientos encontrados en esos momentos.

–Perdóname mamá...—susurró acariciando su mano con mi pulgar—, Perdón por no haber llegado a tiempo...

Si no hubiera estado con Ania todo sería diferente.... hubiera estado con mi mamá y nada malo le hubiera pasado....

Pero es solo es:

"Hubiera" todo quedó en el pasado pero como no estar enojado conmigo mismo por ser tan imbécil.

–¡Ah!—grito de frustración. No puedo seguir con Ania.

Esto es una prueba de que nunca debí haber roto mi promesa.

Y si no la hubiera roto yo estaría en casa ahora mismo pero con mi mamá....

Estaría en casa. Si, pero....¿sería igual de feliz que cuando está Ania a mi alrededor?

Lo dudo.

Consciencia cállete, ahora no es el momento.

Suspiró cerrando los ojos. No quiero tomar una decisión en este estado.

Pero....

Creo que la decisión ya está tomada.

Abro lo ojos y trago saliva. Es ahora el momento.

Pero como haré para separarme de Ania sin hacerle daño... lo último que quiero es lastimarla.

Pero la única forma de que se aleje es dándose cuenta que no soy lo mejor para ella.

¡Dios! Son tantos peros que no sé qué hacer ahora mismo. Mi cabeza es un desastre de emociones.

Así que decidido salgo de la habitación no sin antes darle un beso en la frente a mamá.

–Ya vuelvo—le susurró al sepárame.

En el momento en que la veo sentada en lo asientos mis valentía vacila. Sus ojos están rojos al igual que su nariz. ¿Acaso....? ¿Estuvo llorando?

Desde que te vi ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora