Bakugo negó a su amigo pelirrojo, quien suspiró ante esa respuesta.
—Hermano, sé que estás muy triste —empezó yendo a su lado—, pero por eso mismo sería bueno que salgas.
–Kirishima, por favor, no insistas, no tengo ganas de nada.
—Te hará bien distraerte, los chicos nos pueden acompañar.
Un suspiro entrecortado salió de los labios de Katsuki.
—Quiero quedarme, quiero llorar y sacar todo lo que tengo —explicó—. Al menos unos días más.
Kirishima lo abrazó, y el rubio empezó a llorar.
Apenas iba una semana de la muerte de Shoto.
[...]
No importaba qué hiciera, ni la hora, ni su ambiente, el ojirubí parecía un ser sin emociones cada que alguien lo veía.
Cuando Todoroki se fue, se llevo todo lo que a Katsuki le importaba.
Llegó de la academia, estaba por entrar a su casa, pero realmente no quería, estar entre cuatro paredes lo hacía sentir como si todo su dolor lo envolviera aún más.
Al entrar a su habitación la primera lágrima cayó, porque ver esa foto de su novio junto a él se había vuelto tan tortuosamente lindo.
Apretando los labios se acercó, dejando caer su mochila.
Con delicadeza pasó la yema de sus dedos por la imagen del bicolor.
—Ay, mi amor —susurró llorando—. Mi Shoto.
Abrazó esa foto con todo el cariño que ya no podía darle.
Los recuerdos lo iban a torturar, pero al menos así iba a mantener vivo en su mente a su bonito heterocromatico.
[...]
Odiaba ir al médico, detestaba tener que entrar al hospital.
Sobretodo donde se encontraba ahora poniéndose suero, porque ahí mismo se sentaban juntos Todoroki y él; acompañandose mutuamente.
Ambos tenían cáncer, aún así Bakugo no pensó que su pareja no podría más.
Ahora estaba en ese cuarto, cuestionando si valía la pena todo eso; si de verdad funcionara ahora estaría abrazando a la persona más valiosa para él.
—Katsuki –llamó su madre—, podemos ir a tu restaurante favorito luego de aquí, ¿te gustaría?
La miró para asentir.
—Rei me llamó anoche —habló nuevamente Mitsuki—, sabe que se puede comunicar directo contigo pero quería consultarte primero si era bueno que la visitaras. Por mi no hay problema, sé que te llevas muy bien con ella, hasta con Fuyumi.
—Sí me gustaría, ¿cuándo sería bueno que fuera?
Adoraba a la señora Rei, los almuerzos con ella eran muy agradables.
—Dice que cuando puedas.
[...]
Su mente le jugaba una mala pasada haciéndole creer que el chico saldría de su habitación listo para ambos irse.
Le encantaban las citas con su novio, incluso aquellas que duraban poco eran buenas; si tenía a su chico, todo era increíble.
Solo ellos dos.
—Rei —dijo—, ¿puedo llevarme una ropa de Shoto?
La mujer sonrió y no dudó en acceder.
Tanto la mayor como el chico eran presos de la melancolía, porque era como cuando Todoroki estaba.
—Puedes ir a traerla ahora para no olvidarlo después —invitó—, yo iré por la comida.
—¿No quiere ayuda?
—Tranquilo, puedo sola.
Agradeció para ir al cuarto.
En cuanto abrió la puerta y vio el interior suspiró profundo.
Fue al closed mirando las prendas que había.
—Ahí estás —susurró tomando lo que quería.
Una sudadera gris, la cual al heterocromatico le quedaba algo holgada.
La abrazó, se le hizo un nudo en la garganta porque tenía aún el aroma del chico.
—Te veías muy guapo con esta, Shoto.
Dio media vuelta y quiso salir, pero la tomar el pomo de la puerta tuvo que detenerse.
—Ahora no llores —se dijo apretando los ojos.
Una vez le dijo a Shoto que le quedaba muy bien esa prenda, y su novio se avergonzó tanto que se veía demasiado adorable.
Intentó limpiarse las lágrimas, estuvo un minuto así cuando escuchó la puerta abrirse.
–No tienes que guardarte nada —señaló la peliblanca.
Ver al rubio esforzándose por no llorar le hizo acercase a abrazarlo.
Katsuki correspondió con fuerza.
—Yo también extraño mucho a mi hijo —habló, siendo evidente que estaba por romperse—, cada día, a cada minuto.
Shoto era muy importante para ambos.
[...]
Katsuki quería hacer algo, estuvo todo el día esperando a que cayera la noche para ello.
Doce en punto, salió al patio, tuvo que ponerse una sudadera por el frío.
Contempló el cielo, hermoso como siempre, la luna atrás de unas cuentas nubes, estrellas brillando con elegancia.
Sacó su celular y entró al chat de Shoto.
Exhaló mirando la luna.
—Hey —dijo al empezar a grabar un audio—, sé que no vas a responder este mensaje... y eso duele. Quisiera tanto despertar mañana y ver que tengo una notificación tuya.
Tragó pesado.
—Te extraño demasiado, cariño —aceptó haciendo que sus ojos se cristalizaran—. Shoto, ven, te ocupo, quiero escuchar que me digas que me quieres. Querías novio, ¿no? Hazte responsable.
Estaba usando toda su fuerza de voluntad para que el llanto no lo interrumpiera.
—¿Sabes? —volvió hablar sonriendo tanto como podía— Me hiciste creer en muchas cosas; en las oportunidades, en los romances que solo veía veía en libros, en el destino... Te convertiste en la razón por la que creo que el amor existe.
Porque ellos eran el mejor ejemplo de eso.
—Y si creo en eso, también creo que ahora mismo me estás viendo —comentó—. Así que hola, Shoto.
Katsuki río negando, porque las nubes que hace un momento estaban tapando el satélite se estaban yendo.
—Ah, entonces sí estás presente —acusó—. Pero quisiera tenerte aquí, conmigo.
Al menos una sola vez más.
—Extraño verte, abrazarte, besarte, extraño todo, te extraño a ti. Vuelvo a tu chat seguido, a leer los mensajes, a escuchar las notas de voz, joder, quisiera hacer que aparecieran cada día. Pero no puedo porque para eso te necesito.
Una pequeña brisa pasó, relajando por un momento a Bakugo.
—Lo estoy intentado, corazón, pero duele mucho.
Las lágrimas salieron rápidamente.
—Te amo, Shoto.
Y mandó un beso al cielo.
Pero Katsuki no debía preocuparte, porque en poco tiempo volveria a estar junto a Shoto.
------------------------------------------------------------
Gente, me lastimé escribiendo esto.Lo peor es que para darle un final no tan triste básicamente fue tipo:
"Al último los dos se mueren alv".
![](https://img.wattpad.com/cover/303651582-288-k420945.jpg)