Minnie ayudó a Shuhua a cambiarse de ropa, no evitó ver los pequeños detalles que tenía su habitación. Pensó que no tenía muchos recuerdos pero al menos era acogedor.
—¿Estás bien? —Minnie le alcanzó una toalla y Shuhua la utilizó para secar su cabello. Se había puesto un buzo de algodón oversized que la hacía ver incluso más vulnerable.
—Estoy bien. —Su voz era tranquila y suave, pero sus ojos estaban llenos de pena. Minnie quería preguntar qué vio, qué hizo y si algo había cambiado luego del viaje. Pero Sohee le había advertido que Shuhua iba a estar muy desgastada y que no había que molestarla.
—Si necesitas algo, cualquier cosa.
—Quiero descansar.
Shuhua se estaba metiendo en su cama, Minnie la ayudó a arroparse y como si nada hubiera cambiado entre ellas la tailandesa le dejó un suave beso en la frente. —Voy a venir mañana ¿Si? Tienes mi número en caso de que necesites algo.
—Lo sé. —La sonrisa de Shuhua le hizo saber que estaba hablando con la verdad.
Minnie caminó de vuelta a la sala de estar, ahí estaba Sohee ordenando algunas velas. Se escuchaba agua hirviendo.
—¿Ella va a estar bien? —Sohee se levantó a verla, su expresión era tranquila y maternal.
—Querida, entre todos nosotros ella es quien mejor está. —Le aseguró la anciana, y aunque Minnie parecía poco convencida no preguntó más.
—Me voy a ir a casa. Shuhua tiene mi número en caso de que quieran algo. —Sohee le agradeció y Minnie se fue.
En medio de la noche Shuhua despertó, tomó su teléfono y se dio cuenta de que eran cerca de las cuatro de la mañana. Era demasiado temprano como para levantarse pero estaba muriendo de hambre.
Caminó silenciosamente hasta la cocina, le llamó la atención algo que estaba cubierto por un paño blanco. Lo retiró y resultó ser un sandwich. Sohee le había preparado una merienda antes de quedarse dormida. Habitualmente era al revés, Shuhua era la que siempre cuidaba de Sohee.
Había una pequeña nota donde Sohee había escrito que dejó agua caliente en el termo. Se volteó y al lado del termo había una taza con una bolsita de té artesanal. Shuhua nunca cuestionaba de qué estaban hechos los tés de Sohee porque siempre le ayudaban a mejorar lo que sea que le estuviera haciendo sentir mal.
Shuhua arregló todo y se movió hasta la mesa para comenzar a merendar.
—Sabía que ibas a tener hambre. —Su corazón saltó de golpe al escuchar la voz de Sohee en medio de la noche. Creía que había sido silenciosa, pero nada se movía en esa casa sin que la anciana se diera cuenta.
—¿Hice mucho ruido? —Shuhua se preocupó, Sohee se sentó frente a ella y le pidió que siguiera comiendo.
—¿Te sientes mejor? Te veías bastante cansada.
—Estoy bien, pero siento como que corrí una maratón o algo así.
Era una sensación difícil de describir, pero por suerte a Sohee no había que explicarle esas cosas. Ella sabía a la perfección.
—En un par de días tu cuerpo estará completamente descansado. —Shuhua siguió tomando su té y comiendo su sándwich. —Entonces ¿Cómo estuvo?
Shuhua comenzó a explicarle todo lo que había visto, describiendo con detalles las situaciones que según ella vivió en su otra vida.
—No lo entiendo. —Al terminar su historia comenzó a razonar. —¿En realidad pasó todo eso? ¿Es producto de mi imaginación?
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El Presente. (SOOSHU)
FanfictionEn el que Yeh Shuhua puede decidir si enmendar sus errores del pasado o vivir en el presente.