La fiesta terminó unas cuantas horas más tarde, cuando todos habían sido conscientes de que el alcohol iba disminuyendo en la barra y a más de uno se le iba haciendo pesado el simple hecho de aguantar de pie. Un pajarito me contó que Dani no tuvo acompañante nocturna esa noche a pesar de tener suficientes candidatas al puesto.
Nadie volvió a ver a Víctor en la fiesta cuanto salió del dormitorio, ni tampoco a Bárbara. Y ya de Sara mejor no hablemos. La que, sin embargo, sí que continuó por la fiesta al menos un par de horas más, fue Carol. Algunos dicen haber visto a Raúl en la fiesta y las malas lenguas comentan que vio el acercamiento que hubo entre Sara y Dani.
Por eso, estas vacaciones suenan de lo más prometedor. He oído que más de uno se va de vacaciones, y bastante lejos. Pero, también tengo entendido que todos tienen pensado un futuro viaje a una casa rural y es muy probable que antes de eso, haya más tensiones entre todos de lo que las hay ahora. Me encantará retransmitiros todas y cada una de las movidas que vayan pasando.
Pero antes, creo que es destacable lo que pasa ahora. Ya ha pasado una semana desde lo de la fiesta y nadie parece querer hablar del tema. Todos parecen haber desaparecido sin ganas de contactar con el resto.
O puede que me equivoque. Puede que ya hayan existido más que palabras entre ellos.
- Sara. Venga, necesito hablar contigo. Baja, por favor.
La chica que se encuentra delante del telefonillo, mirando a través de la cámara a Dani, suspira y duda de nuevo. No dice nada durante unos segundos, haciendo que el chico vuelva a tomar la palabra.
- Joder, Sara, yo no la obligué a nada y tenías razón, Víctor ya lo sabía. Lo han dejado y seguramente esta vez sea para siempre. No le había visto nunca tan convencido.
De repente, silencio de nuevo. El chico mira a la cámara atentamente y niega.
- Por favor, baja. Me siento gilipollas hablando solo.
En cuestión de unos pocos minutos, la puerta del portal se abre y aparece una Sara seria pero tranquila. Mira al chico que tiene delante como si no pudiera creerse del todo que está ahí delante de ella y niega.
- No es que te sientas gilipollas. Es que lo eres. -Termina por decir ella.
Eso provoca una amplia sonrisa en la cara de Daniel, que la mira como si acabara de abrirle el mundo y es que, la conoce y sabe que esa contestación, lejos de ser un insulto, es lo que le certifica que todo está olvidado.
- No sonrías así... aún no te he perdonado... -Dice algo dudosa pero luego, suspira sin poder evitar sonreír ella.- ... al menos, no del todo.
El chico no pierde la sonrisa en ningún momento y es por eso que Sarita se derrite en seguida con su borde contestación, pasando a una más suave. Él la observa unos instantes más en silencio y asiente al poco.
- Está bien, vayamos a por un helado para que se te pase ese pequeño enfado.
Sara le mira con la sonrisa como si no pudiera terminar de creerse sus palabras, pero éstas se certifican cuando él comienza a caminar fuera del portal. Ella no duda en seguirle. Ambos con la sonrisa aún de oreja a oreja y los recuerdos más frescos que nunca en sus mentes.
Pero, ¿todo es amor o... quizá no?
Raúl pensaba también quedar con Sara, pero me temo que se ha quedado a medio camino cuando al llegar a la calle de enfrente de su portal, la ha visto con otro. Dani. Una pena que llegues tarde, la chica parece de un humor excelente y no eres tú quien está con ella.
El chico mira como ambos desaparecen calle abajo y suspira profundamente al verlos, apartando la mirada cuando ellos ya han girado en una esquina.
Sin embargo, el panorama es otro a finales de verano.
ESTÁS LEYENDO
Bajo vigilancia.
Novela JuvenilDescubrir que la vida tiene sus inconvenientes puede ser un duro golpe, más aún cuando eres joven y crees que eres invencible. En esta historia, sus protagonistas se van a enfrentar a su propio destino, creyendo estar preparados y encontrándose con...