Parte 6

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Piccolo e Isabel salieron rápidamente por la parte de atrás de la comisaría, cambiaron de automóvil dos veces, hasta que él estuvo seguro que nadie los siguió.

Para tratar de ocultarla mejor, el namek la llevó a una peluquería que encontraron en el camino, allí pidió que le cortarán su pelo largo, y le hicieran algo para que se viera distinta, salió a fumar un cigarrillo a la acera mientras esperaba.

Cuando la peluquera terminó, tres horas después, la mujer parecía otra, mucho más joven.

— Debería mantenerse así, por su novio.

— ¿Novio?

— Sí — apuntó al namek que estaba afuera — se nota que la quiere mucho, no se ha movido en todo este tiempo de allí, tiene suerte.

"No me pierde de vista porque no quiere que me asesinen, es por su deber solamente".

Luego la llevó a una tienda, pero en el camino ella se puso extraña, muy inquieta.

— ¿Qué le pasa? — querrá ir al baño se preguntó.

— No me gusta el humo de cigarro, me recuer... me trae malos recuerdos — Roberto, Ciro y a su padre les gustaba fumar.

Cuando entraron él le compró algunas cosas.

— No quiero lentes oscuros.

— La ayudarán a pasar más desapercibida.

— Pero no son con graduación, no veo nada sin mis lentes, soy como un murciélago.

— Esta bien, pero este sombrero le servirá, y el pañuelo, ahora iremos a esa boutique, también debe cambiar su estilo de vestir.

Mientras ella estaba en el vestidor, Piccolo miró un rato sus cigarrillos, al final los botó a la basura.

Mientras la mujer se ponía un jeans, refunfuñaba molesta porque la ropa que vendían ahí no era la que ella usaba normalmente.

— No sé por qué no puedo ir a buscar mi ropa interior, estas bragas modernas no tapan nada, y más encima se meten en todos lados... además quiere que use pantalones, soy mujer, debo usar faldas o vestidos — reclamaba Isabel para sí misma.

— No lo creo señorita — la interrumpió la vendedora, con unas prendas más para probarse — se ve muy bien así, más joven — le guiñó el ojo — su novio la ve con mas interés — le aseguró la vendedora.

Un rato después, con varias bolsas en el maletero del auto, siguieron su camino.

— ¿A dónde iremos ahora?

— Viajaremos a distintos lugares, cambiaremos de auto, solo encenderemos el celular para reportarme con Gohan, así evitaremos que nos puedan encontrar. Un día iremos al sur, otro al norte, y así.

— ¿Hasta cuándo?

— Hasta que lo atrapemos.

— No es por ser malagradecida, pero ¿Podrán contra él? Al parecer tiene muchos recursos.

— No debe preocuparse por nada, la cuidaré con mi vida si es necesario, se lo prometo — dijo mirando a la carretera.

Luego de esa declaración, la mujer se quedó callada, sonrojada.

— Si... si debemos hacernos pasar por amigos, debería dejar de tratarme de usted.

El namek la miró un segundo, después siguió pendiente del camino.

— Tienes razón, pero simularemos ser novios, no amigos ¿Cómo quieres que te diga?

— Isa, así me decía mi madre — suspiró triste, no había querido que nadie más le dijera así, por qué se lo dije se preguntó.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora