La Cabaña 2

Cap11- Creadores

Advertencia: Este capítulo incluye escena violenta y mención de droga.

Elena García

El sol tiene un brillo intenso, cada día lo observaba desde lejos, mientras mis hermanos jugaban unas cartas viejas, no nos dejaban salir hasta que llegara él.

El desconocido era quien nos cuidaba, solo teníamos seis años cuando eso pasaba. Solo éramos experimentos, estábamos acostumbrados al castigo y a la oscuridad. Ellos decían que nos preparaban para la gran prueba, "La cabaña" no se realmente que es, solo tengo seis años.

Dejo de ver el sol y me acerco a mis hermanos.

– ¿Aún siguen jugando? – pregunté, observando una carta. El objetivo era quitarle una.

– Si hermana, antes que lleguen nuestros padres, acuérdate que las cartas es la clave para la prueba.

Sii la prueba, una prueba que solo vamos a ver cuando seamos grande.

– Pero Carlos, ya deberías de guardarlas.

– ¿Te da miedo Elena que te descubran?

Esa palabra no debe existir en nosotros. Nos han dicho que el miedo es mental, que puede jugar y hacer cosas que te arrepentirás de no hacerlas.

– No, pero es mejor evitar problemas, ¿No crees?– respondí, tratando de conseguir mi objetivo.

– ¿¡Cuál problemas si tú eres la favorita del desconocido!?

Él se levantó.

– Ya paren de discutir– dijo Henry enojado– no me gusta que se lleven la contraria.

Aproveché que los dos están distraídos y tomé la carta, le quité el símbolo que se ocultaba detrás de ella.

Game over hermanitos...

Desperté de un recuerdo.

Un recuerdo cuando era pequeña, la cabeza me dolía mucho y no entiendo el motivo, observo y estoy en el hospital creo que después de aquellas palabras "Los Creadores"  no recuerdo nada y realmente no sé que hago aquí.

Trato de levantarme pero mi cuerpo se siente adolorido, me pregunto el porqué. Esta habitación no tiene más que colores opacos y triste, que horror, detallo la puerta que se abre rápidamente y entra una enfermera con lentes, no la puedo observar bien, la vista se me nubla.

–Ya despertaste, te voy a dar una dosis para que te recuperes, solo energía para tu cuerpo.

¿Energía?

–¿Cuál es la razón del que esté aquí?

Necesito respuesta, pero mi mente de alguna manera me pide a Tae, tengo días que no lo veo, que no nos comunicamos y todo lo que está pasando es muy rápido. Observo que todo el líquido se desplaza rápidamente a mis venas y siento algo extraño. La enfermera saca su celular y luego responde a mi pregunta.

–Tu cuerpo está muy débil últimamente, y, al desmayarse todo tu sistema aprovechó de querer tomar un descanso, acuérdate que no debes preocuparte mucho, ya que tú cerebro se recarga– explicó.

Podría tener razón, ella me da una leve sonrisa y se despide con la mano, trataba de pensar, pero hay algo que no encaja, ¿cómo una enfermera sabe de mi situación? Es primera vez que la veo. Necesito salir.

Trato de levantarme pero aún me sentía extraña, no sabría cómo explicar, siento que mi cabeza me explota y a la vez como si me sintiera en las nubes o me aliviara el dolor, tomo rápidamente la manilla para abrirla y cuando veo, Tae está en mi frente. Sus ojos están oscuro pero deslumbrante, su piel suave me da deseo te tomarlo y nunca soltarlo. Su... aroma... está... ¿diferente? pero rico y una forma que me vuelve loca.