La Cabaña 2

Cap12- Caso Número 115

Agencia Secreta, Costa Norte el otro lado del pueblo.

Coronel Leo Armani.

El sudor recorre mi cuerpo definido, las flexiones matutina me hacen tener una adrenalina y sentirme más activo.

La agencia ya no son las mismas, cada día hay un caso de urgencia, los de casos internos siempre están merodeando el parámetro para que todos estén haciendo su trabajo cosa que no entiendo, hay algo más para que ellos quieran estar por estos lados y yo mismo le daré punto final a todo esto.

—Coronel, el informe de la teniente Lila ya lo revisé, dice que aún la chica no es una amenaza, indica que el pueblo esta siendo afectado por un delincuente que asesina a su antojo pero involucrando a la agente Elena, también dice que espera por su orden para la siguiente fase—indica la teniente Jones.

Tomo mi iPad y observo la foto de Elena, es una mujer muy hermosa para que esté infiltrada con un delincuente.

Pienso que la central no pudo, si el capitán Henry estuviera vivo no estuviera pasando esto, pensé que sus hijos podían, pero están envueltos en todo este caos, más si aún tenemos como sospechosos a los Darkhorses, esa familia es muy misteriosa y tiene fama no grata.

—Pensé que la agente Lila se iba a encargar, ¿No entiendo que especial tiene  para que vayas ayudarla?—dice aquella voz gruñona, viendo la imagen de la mujer hermosa que contemplo—ni te conoce, la costa norte no debe ir.

—¿Celosa?— dije sonriendo cínicamente.

—Para nada, solo curiosidad de cómo una mujer tan bella puede volver loco a cualquiera, y ella ni se da cuenta que su mejor arma es su belleza, tiene loco a un psicópata que mata a gente inocente, los Darkhorses la protegen, e inclusive su guardaespaldas secreto es Kassidy y ella ni sabe para rematar, ahora la costa norte quiere ir por ella, y, ¿por qué casos internos también tiene curiosidad cosa que ellos no deben involucrarse? Y ahora volvió loco a mi hijo.

Todo lo que dice es cierto, está mujer tiene loco a todos. Mi mamá tiene razón.

—Mamá te preocupas es que no vuelva, nunca estuvistes de acuerdo con esta carrera—argumento.

—No hijo, sé que está niña traerá un gran caos.

—Coronel debe venir, tiene que ver esto— dice la teniente interrupiendo a mi madre.

Puedo notar la preocupación, todos mis cadetes saben que nadie me puede interrumpir, y cuando lo hacen debe ser muy urgente. Tomo rápidamente mi celular y le doy una sonrisa a mamá, sé lo mucho que no quiere esto para mí.

Salgo y la pantalla enorme que decora la agencia está a todo volumen. Una reportera indicando una persecusión, los agentes especiales, tenientes, soldados en una misma sala.

—No sabemos mucho de los acontecimientos, apenas se ha podido restablecer la señal para poder transmitir y poner alerta a las autoridades sobre este acto. Los hombres que escaparon, son reconocido como Andy y Rick. Los mismo del secuestro que mantuvieron a la hija del coronel Henry que por nombre conocen a la señorita Elena García que por varios meses estuvo en una cabaña y que aún su caso no está cerrado, hasta los momento nadie quiere dar declaraciones. Repito hay dos fugitivos, cualquier información sobre estos delicuentes por favor llamar a las autoridades.

Sigo observando y a su vez pienso que  uno de los casos que estaba para nosotros cerrado se vuelve abrir. Esto no tiene sentido, después de varios años, ahorita es que quieren escapar, no veo las razones de esto.  Llevo días analizando el siguiente movimiento del desconocido, y siempre se me adelanta.

—El caso número 115 se abre—dice una mujer abriendo las puertas de la agencia.

—Sharon, un gusto verte—mentí, ella siempre ha querido mi puesto y quiere ser la mejor sea por las buenas o malas.

Sharon es una mujer muy inteligente y dedicada a su trabajo, atractiva, morena de ojos claro y cuerpo definido, su arrogancia es parte de su encanto. Siempre ha querido destrozarme y es porque también quiere llegar a dónde estoy.

—No puedo decir lo mismo—dice observandome—te digo que me asignaron este caso y me di cuenta que tú también estás aquí, será un placer competir contigo, para que reconozcan que una mujer hace mejor el trabajo de un hombre—sonrie.

—Gracias que llegaste, porque necesitaba a alguien para dejarlo a cargo ya que me voy.

—Excelente, soy la indicada, me imagino que te lavaras tus manos como siempre haces.

—Si, que lastima, me voy por un tiempo, te deseo éxito vigilando y teniendo órdenes de tu coronel—dije caminando con seguridad.

—¿Disculpa?—dice rápido.

Le guiño y sonrio—Si, cuando te de órdenes del trabajo encubierto que haré para acabar con este caso.

Veo como su rostro está lleno de impotencia.

—Procedamos a la siguiente fase, empaque mis cosas y voy a llevar a cuatros teniente a los mejores, hoy mismo voy a la central, hoy veré a la oficial Elena García.