Capitulo 1 (Parte 1)

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Para ser sincera, siempre me había creído ser una persona dura, fuerte e independiente, incapaz de dejar que la gente me controlarse o que me convenciese de hacer cosas que nunca quise, pero parece ser que no es así, resulta que ante una persona en especial soy débil ya que jamás creí que alguien pudiera convencerme tan fácilmente como Cassydi Folks me convence de hacer cosas. Esta puede quesea la cuarta vez que me hace acompañarla a hacer una entrevista, sinceramente no entiendo por qué tengo que ir yo, si yo ni siquiera quiero encontrar trabajo, pero una vez más aquí me encuentro, sentada en una mesa situada en la esquina derecha del bar. 

 Me tomo unos instantes para estudiar el lugar, es un sitio con un estilo un tanto playero, las paredes son de un material que parece ser madera pero estoy casi segura de que es otro tipo de material, las sillas y mesas también parecen ser del mismo material que las paredes, pero no estoy del todo segura, la verdad es que nunca he tenido ni la menor idea de construcciones y arquitectura. La música de fondo es la que más hace de este ámbito que parezca un chiringuito de playa, no es el mejor bar en el que he estado, pero no está tan mal como otros. Y sinceramente jamás había escuchado hablar de este bar, tampoco es que hable con mucha gente, pero a penas sabía de su existencia, pero al contrario de mis conocimientos, este sitio parece bastante famoso porque todas las mesas están llenas de adolescentes, puede que el hecho de que esto esté a rebosar sea causa de que haya un ambiente un tanto fiestero y de que se encuentre en la esquina de la avenida principal.

La gente podría pensar que eres un bicho raro. -la voz de Cassy hace que despierte de mi.Noticia de última hora, la gente ya lo piensa. -mi comentario hace que mi amiga ponga los ojos en blanco mientras sonrie.

Mientras espero a que Cass coja fuerzas para avasallarme a palabras, cojo mi exquisito y maravilloso batido de frutas y me tomo unos grandiosos instantes en saborearlo. Juro que jamás, ni en mis diecinueve años de vida, he probado un batido de frutas igual como este. No sé qué llevará pero me muero de curiosidad y en varios instantes he estado a punto de preguntarle a la camarera qué ingredientes han usado para poder hacérmelo en casa.

En el instante en que mi amiga se dispone a hablar, el tono de llamada de mi móvil hace que ambas miremos fijamente el nombre de la pantalla. "Kate".

 - ¿Si? -contesto en el tercer tono. 

 - ¿Dónde estás? -ni siquiera se molesta en saludar. 

- Con Cass, estoy esperando a que termine su entrevista. 

 - Genial. Si quiere puede cenar con nosotras, voy a pedir pizza. -miro a Cass, la cual se encuentra asintiendo efusivamente. 

 - ¿Cuándo se ha negado a una pizza gratis?

- Bien, no lleguéis tarde. -acto seguido cuelga. Me quedo unos instantes mirando la pantalla delmóvil antes de guardarlo en el bolso. 

 - Últimamente no sé que le pasa a mi hermana, está todo el rato llamándome, mandándome mensajes, casi no me deja ni ir al instituto, yo creo que si fuera por ella me encerraría en mi habitación. 

- Creo que estás un poco paranoica, es normal que tu hermana se preocupe por ti, no quiere quenada malo te pase. -Cassidy se encoje de hombros mientras se levanta- Deberíamos irnos, no quiero que se enfríe la pizza.

En un abrir y cerrar de ojos Cassidy desaparece del local, yo en cambio me tomo un poco más de tiempo. Me bebo de un trago todo lo que me queda de batido de futas, cojo mi bolso y me dirijo a la barra. Estoy segura de que mi queridísima amiga no ha pagado nuestra cuenta, como siempre, ella salecorriendo primero para librarse de pagar y como siempre me toca a mi. 

Espero durante varios segundos a que aparezca algún camarero y cuando estoy a punto de rendirme e irme aparece un chico. Tiene el pelo de color castaño claro, la piel morena, pero se nota que no es su piel natural es más como si tomase el sol todos los días durante al menos dos horas, sus ojos son de uncolor verde tirando a azul, hay que confesar que tiene unos ojos preciosos. Además de eso, sus rasgos faciales son bastantes marcados, nariz estrecha y un pelín puntiaguda, cejas bien perfiladas, pómulos poco marcados y labios medio carnosos. El chico es bastante guapo.

- ¿Qué necesita? -su voz hace que vuelva en mí. 

 - Eh... -me aclaro la garganta- Pagar la cuenta. 

 - ¿Qué mesa? 

 - ¿Perdón? -no sé que demonios me pasa, apenas puedo pensar con claridad. El chico parece darse cuenta de mi idiotez porque hace un intento de no sonreír, pero sonríe- Ah, eh...- miro hacia la mesa mientras la señalo- Esa del fondo. 

 - Invita la casa. -vuelvo a mirarle atónita. 

 - ¿Por qué? 

 - Digamos que hoy no tienes que pagar por tu amiga. -frunzo el ceño. 

 - ¿La conoces? -pregunto. 

 - Digamos que sí. -miro hacia afuera. Cassidy está hablando por teléfono. 

 - Bueno, pues... gracias, supongo. -digo antes de guardar el monedero en el bolso e irme.

Antes de salir por la puerta, me tomo la libertad de mirar por encima del hombro al camarero. Le pillomirándome o eso creo porque en un segundo se da la vuelta y vuelve a entrar a lo que parece ser la cocina. ¿Cómo puede conocer a Cassidy? Según ella es la primera vez que viene aquí, incluso que yo sepa, ella no conoce a mucha gente por aquí, además, ¿Cómo sabía él que yo siempre tengo que pagarlo de las dos? Todo me parece demasiado extraño, incluso llego a pensar que todo han sido imaginaciones mías. Quizá el batido de frutas llevaba alcohol y no lo he notado porque estaba camuflado con el sabor adulzado de la fruta.

- Kaisha, ¿te quieres dar prisa? A este paso cuando queramos llegar podremos jugar al frisbi con las pizzas.

- Oye Cass. -me mira atenta. 

 - Dime. 

- ¿Conoces al camarero que tiene el pelo castaño y ojos azul verdoso? -Cass echa una mirada rápida por encima de mi hombro. 

 - ¿Por qué iba a conocer a alguien de aquí? -odio cuando responde una pregunta con otra pregunta. 

 - Es que él me ha dicho que sí te conoce. 

 - Se habrá equivocado de persona, mi cara es muy común. Y ahora ¿podemos irnos? 

- Sí, claro

Sigo a mi amiga hasta su coche sin antes volver a echar un vistazo al interior del bar. El chico ahora seencuentra depositando varias bebidas en la mesa de un grupo de adolescentes. No sé cómo, pero parece notar mi mirada porque levanta la vista hacia mi y cuando nuestras miradas se cruzan, él deja de sonreír, algo que me pone los pelos de punta. 

Sacudo la cabeza y aparto la mirada de la suya para salir medio corriendo al coche, si es que puede llamarse coche a esa pequeña y destrozada chatarra que se cae a cachos a medida que circula por la carretera. No sé cómo puede seguir teniendo este... cacharro, cuando lo vi por primera vez, le di tres meses de vida pero para mi sorpresa ha durado un año y dos meses, superó todas las estadísticas del universo.

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