Parte II - Capítulo XIV

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Alexandra

Sí, sabía que estaba teniendo un viaje de autocompasión porque Aiden no quisiera involucrarme con sus amigos o su abuela amargada, pero ahora que sí lo haría, no estaba segura al respecto.

Debí haber inventado alguna excusa, como que estaba cansada o adolorida, pero no podía hacer eso en el cumpleaños de Aiden, a pesar de que hoy no tenía ganas de fingir que la gente me agradaba ni tenía ganas de que la gente fingiera que yo les agradaba. Sin embargo, lo iba a hacer por él, e iba a comportarme tan bien como mis expresiones faciales me lo permitieran, incluso si alguien consideraba gracioso meterse conmigo.

Mientras seguía a Aiden a través de las calles de Sylver Valley con mi camioneta —quien por cierto se veía dolorosamente sexy conduciendo su motocicleta— me di cuenta a mitad de camino que mis nudillos estaban completamente blancos de tanto apretar el volante.

Intentando relajarme, tomé una bocanada de aire y me di una charla motivacional, sabiendo que lidiar con los Raiders no era nada nuevo y que nunca había dejado que se metieran con mi cabeza. Además de todo, no tenía idea de cuánto sabían los amigos de Aiden. Sabía que Ashley sabía que Devil King era mi hermano, porque yo le había dicho a Aiden que estaba bien que se lo dijera. Respecto a Kyle y Gabe, no sabía si sabían, o si Aiden había tenido una buena excusa para ellos. No creía que fuera buena idea que ellos supieran algo, porque no los conocía lo suficiente como para saber qué territorio pisábamos.

A pesar de no tener ningún tipo de relación con Ashley, sí sabía lo leal que era a Aiden como amiga, por lo que no tenía ningún reparo en que ella supiera la verdad. Sabía que por lealtad a Aiden, ella jamás haría algo que me dañara —como decirle al mundo que mi hermano es Devil King; eso definitivamente me dañaría—. Sin embargo, ¿qué había de ellos dos? Ni siquiera sabía si ellos tenían idea de quién era la madre de Aiden y su padrastro. Sabía a ciencia cierta que los otros Raiders no sabían: Aiden no quería que se enteraran de que era su familia quien financiaba al equipo de fútbol en las actividades de la escuela.

Esperaba que no hicieran alguna pregunta incómoda sobre mi hermano. Es más, esperaba que no supieran.

Cuando Aiden se bajó de la moto y se sacó el casco, me atreví a preguntar.

—Uhm... ¿saben tus amigos sobre... sobre mi hermano?

—¿Gabe y Kyle? No, no lo saben. Claro, fue imposible que lo dejaran pasar luego de lo que pasó. Solo pude decirles que era un viejo amigo de tu familia y que lo reconociste.

—¿Saben ellos... sobre tu familia?

—No sobre David, al menos.

—Oh. ¿Por qué no?

—No es que no confíe en ellos, pero siento que estarían bastante enojados a este punto si les dijera que es mi padrastro.

—Comprendo.

Cuando entramos a la casa, esta vez la sala de estar estaba decorada con globos de todos los colores. Además, contra la pared habían unos globos que deletreaban feliz cumpleaños y otros dos enormes globos que hacían el número dieciocho. Además, había un montón de comida y snacks sobre la mesa de centro. Todos estaban riendo y bailando a pesar de ser algo muy parecido a una reunión. En contraste, mi cumpleaños siempre se celebraba en la casa del lago con una gran fiesta, alcohol y uno que otro accidentado. Mis padres desentendidos preferían ese camino fácil a que planear algo familiar. Tampoco me iba a quejar: lo que menos quería en un cumpleaños era algo familiar.

Pero la casa de Aiden lucía como si tuviera una nueva vida, con todo el mundo feliz y celebrando. Solo esperaba que mi presencia no arruinara eso como tanto temía antes de venir aquí.

The wrong side of town -  Parte I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora