Llevaba media hora despierta, dando vueltas en la cama, tratando de volver a dormir, deseando quedarse eternamente en aquella habitación. Tenía a Sergio a su lado y no pudo evitar pararse unos instantes a mirarlo, antes de girarse, quedando con la mirada perdida en el techo. Cualquier pensamiento que fuera a tener, se disipó cuando Sergio, aún dormido, echó el brazo por encima de ella, abrazándola de nuevo, buscándola. Sintió que podría quedarse para siempre en esa habitación en la que, hasta en el silencio, se había sentido más cómoda que nunca.
De un momento a otro, la mirada de Sergio se encontró con la de ella, nada más haber abierto los ojos. Una sonrisa perezosa apareció en sus labios haciendo que la misma surgiera en los labios de ella. Escondió la cara en el pelo rubio de Raquel cuando esta apoyó la cabeza en su pecho y suspiró.
—Buenos días. –Habló con su voz ronca en el oído de ella, haciendo que su cuerpo se estremeciera. La apretó más contra su cuerpo cuando la rodeó con los brazos, inhalando el perfume que salía de su pelo.
—Buenos días. –Raquel levantó la mirada dando de lleno con la de él aún somnolienta. Se quedó mirándolo unos instantes que se hicieron eternos mientras se perdía en sus ojos oscuros. Las ganas de besarlo gritaban cada vez más fuerte pero toda la valentía que había tenido la noche anterior parecía haberse esfumado.
—¿Pasa algo? –Preguntó Sergio ante la mirada intensa y el silencio de Raquel. Ella se mordió el labio pues siempre parecía que podía leerla aunque ella tratara de esconderlo.
Echó la mano hacia la mesita a su izquierda, para alcanzar su móvil con la intención de saber que hora era, pero, ni siquiera se fijó en ello cuando vio varios mensajes de Alberto en la pantalla.
Raquel, lo siento, ¿Dónde estás? 23:04
Siento mucho lo que ha pasado de verdad, sabes que yo no soy así. 23:40
¿Vas a decirme al menos que estás bien? 00:13
Raquel, me voy a Madrid en una hora. ¿Vas a responderme ya? No ha sido para tanto. Deja de hacerte la interesante. 9:15
Ya veo que acabas de leerme los mensajes, si no piensas despedirte, llámame al menos. 9:40
9:40 Voy para allá.
Sergio mantuvo atento su mirada, observando como escribía un mensaje que, supuso, sería para su marido, por la cara que había puesto al mirar la pantalla.
—¿Todo bien?
—Me tengo que ir. –Rápidamente Raquel se deshizo de las sábanas para levantarse–. Sergio, olvida lo que te dije anoche ¿Vale? No sé qué me pasó, –La rapidez con la que hablaba aumentaba a cada palabra que decía, dejando ver su creciente sensación de nervios–. Es más, ni siquiera sé qué hago aquí.
—No puedes venir a contarme algo como lo que me contaste anoche y luego pedirme que lo olvide. –Se levantó tras de ella, siguiéndola por la habitación.
—Lo exageré, no es para tanto, olvídalo, por favor. Tenemos un trabajo con el que seguir.
—Eso no tiene nada que ver ahora.
Raquel le miró, con los ojos brillantes, sabiendo de sobra que, la preocupación de Sergio era real, era de verdad, pero no podía meterlo en todo aquello sabiendo de sobra que no había manera de que saliera bien. Le tocaba seguir con su vida, le gustase más o menos.
Se acercó al balcón, abriendo la ventana para salir a tomar algo de aire antes de marcharse. Aquella habitación tenía unas vistas preciosas al mar. Sergio se acercó tras ella y, cuando puso una de sus manos en su espalda, sintió una sensación de deja vú que le provocó un escalofrío y, por un momento pensó que podría haberse desmayado con el dolor agudo que apareció de repente en su cabeza. Cerró los ojos disimulando aquella sensación y, recordó que ya había sentido eso antes.
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Blank Space |AU|
FanfictionTras la muerte del marido de su amiga Alicia, Raquel Murillo decide que necesitan salir de Madrid. ¿El destino? Un pueblo de Girona en el que Raquel veraneaba con sus padres hace años. Sergio Marquina y su hermano Andrés dirigen un hotel en ese pu...