ャ⭒𝑢𝑛𝑖𝑐𝑜 ▹ !

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Un día más, casual y corriente. El cielo
azul despejado, el sol alumbrando en su
máximo esplendor, y una suave brisa
atestando contra cualquiera que estuviese fuera de casa a las tres y veinticinco de la tarde.

Un rubio de estatura promedio, ojos distraídos y hombors anchos caminaba por la vereda a paso tranquilo y relajado en dirección a un parque cercano.

Envuelto en una gran capa de ropa; porque sí, podría estar haciendo un calor jodidamente abrumador pero jamás en la vida podría faltarle su querido suéter negro. Eso, acompañado de unos jeans sencillos y sus inconfundibles Vans color negro.

El rubuo llamado Bang Chan, había salido de su hogar y de la temperatura fresca de su preciada habitación hacia el caluroso exterior, con el único objetivo de pensar un rato a ver si —al menos— una mísera idea se le ocurría para su proyecto de física.

Que nada que ver, pero era la peor materia que pudiese existir, en su más humilde opinión.

Llegó rápidamente al lugar esperado y, sentado en el pasto y recostado de un árbol que dejaba caer flores púrpuras, procedió a mirar a su alrededor; una sencilla forma de distraerse en espera de que las ideas fluyeran en su cansada e inquieta mente.

No había cantidad suficiente para intentar enumerar lo mucho que le frustraba sobrepensar cualquier mínima cosa, desde sus actividades escolares acumuladas, el repentino desinterés de sus padres por sus acciones, o el vacío sin razón aparente en su pecho que en ocasiones no le dejaba dormir por las noches.

Y es que el chico podía ser un burlón de primera, reírse por cualquier cosa y hasta molestar a sus amigos en cuanto las oportunidades se presentasen, pero no podía evitar sentirse solo y agotado mentalmente en las últimas semanas.

Una libreta reposaba sobre sus piernas y un bolígrafo giraba entre sus pequeños dedos; se suponía que algo que implicase la primera ley de la termodinámica debería de ocurrírsele, mas eran frases inconclusas de cómo se sentía lo que rellenaban esas hojas en blanco.

Tal vez la letra de una canción serían el destino de aquellas palabras en tinta azul grabadas descuidadamente en el papel.

No es que Chan se quejase de su vida, pff, al contrario, estaba muy agradecido con cada cosa que tenía, con cada persona que estuvo y siguen junto a él, sólo esperaba poder encontrar algo que lo motivase a al menos querer salir de su habitación —las cuatro paredes que conformaban su sitio seguro—, algo que lo hiciese soltar el celular sólo porque ese algo mucho mejor lo esperaba.

Chan sólo quería tener un motivo diferente para levantarse todos los días, uno que no fuera sentirse obligado a estudiar para llegar a ser alguien en la vida, uno que no fuera sentirse presionado y aburrido con cada cosa que hacía.

Aunque jamás esperó que lo encontraría ese día, con una bandeja con galletitas de chocolate en sus manos, y una sonrisa enormr, y unos mofletitos de ardilla mas lindos.

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   ५ 𝕔𝐡𝐨𝕔𝐨𝐥𝐚𝐭𝐞 𝑐ℎ𝑖𝑝 𝕔𝐨𝐨𝕜𝐢𝐞𝐬 ִֶָ 𔘓

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Chan se preguntaba qué era lo que estaba pasando justo en ese instante.

Porqué de pronto su corazón empezó a tomar un ritmo más acelerado al acostumbrado, porqué de repente sentía una presión en su estómago y sus mejillas se sentían calientes. Porqué no podía desviar su mirada castaña del joven que se acercaba hacia él a pasos lentos.

Sus manos comenzaron a sudar y la inminente atención proporcionada por el, ahora, chico frente a él, le abrumaba al punto de querer salir huyendo de la situación para poder respirar con tranquilidad.

५ 𝕔𝐡𝐨𝕔𝐨𝐥𝐚𝐭𝐞 𝑐ℎ𝑖𝑝 𝕔𝐨𝐨𝕜𝐢𝐞𝐬 ִֶָ 𔘓 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora