Historia alternativa de Tokyo Ghoul.
Soy Ken Kaneki. Cuando era niño un miserable experimento conmigo arruinándome la vida y convirtiéndome en lo que soy ahora...y no, no soy un Ghoul...pero tampoco soy humano...Yo soy un monstruo...un monstruo que...
-Te lo dije desde un principio ¿no? –dijo un joven albino con aburrimiento Te lo dije varias veces –
-Sí, lo entiendo. Pero tenía que saber si no era una mentira –respondió un oficial con cansancio.
-Tch, enserio...solo porque no llevaba conmigo mí registro y placa de investigador, ¿Sabes que trabajamos por el bien del país? –Critico –Arriesgando nuestras vidas en el campo y... -
-Dije que lo siento, rayos eres tan ruidoso –dijo con impaciencia.
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Entonces la entrada del lugar se abrió dejando entrar a Shinohara.
-Buenas tardes, soy Shinohara el del teléfono de hace rato –se presentó enseñando su placa –Vine para hacerme cargo de el –
-Oh...realmente vino –dijo el oficial.
-Te lo dije todo el tiempo –repitió nuevamente.
-Bueno, lo lamento de verdad, eso es solo que no lo imagino siendo parte del CCG –se excusó el oficial.
-No se preocupe, su juicio no es erróneo, cualquiera tendría dudas para confiar en el a la primera –entendió Shinohara la situación.
-Sí, incluso llevaba un cuchillo cubierto con sangre –dijo el oficial señalando un cuchillo ensangrentado sobre la mesa –Además el solo decía "soy un investigador Ghoul" –
Atrás de Shinohara entro Amon quien acompaño a su superior.
Entonces el peliblanco volvió a hablar.
-Además de eso mi herramienta de trabajo es muy pequeña y no puedo llevarla bien ¿No te dije eso también? –dijo mirando con aburrimiento al oficial.
Amon se quedó mirando al chico con extrañez.
¿Qué diablos con esa actitud?
Además su apariencia le hacía dudar que fuera un "El" debido a los rasgos finos y delicados que tenía.
¿De verdad este chico era un investigador?
-Más importante ¿En dónde estabas? –interrogo Shinohara a su subordinado quien solo aparto la mirada.
-Buscando un trabajo en algunos restaurantes –respondió con simpleza el albino.
-¿Eh? ¿Otra vez? Para de una vez con eso, ahora eres un investigador ¿no? –
El peliblanco poso una mirada en el policía quien se sentó en una silla.
-Qué día –dijo el hombre.
-Nada de "qué día" –respondió el joven encarándolo –Te demostré que soy un investigador real, ahora recordando la promesa que me hiciste deberías disculparte –
