Capítulo 6

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Kat

Me sentía orgullosa por reconocer que nunca, en mis 18 años de vida, he necesitado que me despierten. Hasta que comencé a vivir aquí.

Llevo tres semanas en la universidad y casi no he llegado temprano a ninguna de mis clases porque no puedo despertarme a tiempo. Juro que si tengo que volver a correr de la residencia al salón de clases prefiero dormir en el pasillo la noche antes.

Y hoy no es el mejor día para llegar tarde. Quería buscar un buen lugar y probablemente compañeros de estudio con quienes comparar notas y esas cosas que se suponen que hacen los compañeros de estudio.

Pero no, nuevamente la vida me pone a prueba para ver que tan rápido puedo vestirme y moverme sin traspirar demasiado hasta el aula de Cálculo, lo que no es una buena idea. Estoy despeinada, acalorada y vestida con el buzo de la universidad, jeans y mis Vans negras, para llegar finalmente y encontrarme con la última persona que me gustaría ver en éstas condiciones. Con el único al que quiero impresionar con mi deslumbrante apariencia y personalidad. Nótese el sarcasmo en la palabra deslumbrante.

Sean Braxton me mira desde el marco de la puerta con esa sonrisita que parece ser el único gesto que es capaz de hacer, y por muy bonito que le quede, a mi cara lavada no le hace mucha gracia.

–¿Es una costumbre que los colorados lleguen tarde?– pregunta obviamente ampliando la sonrisita.

¿Colorada? Mi color de pelo se encuentra bastante lejos de ser "colorado", diría yo que se le acerca más al violeta o caoba oscuro, pero bueno, no tiene sentido ponerme a hablar sobre la tintura que uso.

–Uno, no soy colorada. Dos, yo estoy bien, gracias por preguntar. Y tres, ¿cenaste vidrio o me dejarás pasar?– Debería empezar a cambiar el carácter si quiero conquistarlo, pero se me hace muy difícil cuando tengo que manejarme con una persona que lo único que me transmite es resentimiento y odio.

–¿Cómo puede ser que nos hemos visto dos veces y que en ninguna te he escuchado decir "por favor" antes de pedirme algo?

–¿Será porque no me interesa enseñarte mis modales tal vez? –y creo que con eso lo callaré aunque sea un segundo para poder pasar antes de que llegue la profesora, pero no, porque Sean Braxton parece que siempre debe estar un paso adelante.

–No me importan tus modales con tal de que quieras enseñarme otras cosas...– dice, mientras me pregunto cómo hace para que las estudiantes quieran estar con el luego de decir cosas tan... básicas.

–No gracias, ¿puedo pasar? –me detengo y sonrío irónicamente– ¿Por favor?

–Bueno, veo que no estamos muy felices hoy, ¿te dejó tu novio o algo así?

–En realidad, estamos mejor que nunca, pero eso no es de tu incumbencia.

–Como digas– abre la puerta y pasa sin mirarme de nuevo. Nos acomodamos en los asientos que quedan libres, a varios metros de distancia.

Afortunadamente la hora y media pasa bastante rápido y salgo contenta de la clase. Cálculo es una materia que me gusta y se me hace fácil todo lo relacionado con números y variables. Me gusta que se deba hacer una serie de pasos exactos para llegar al resultado final, porque si uno los hace correctamente entonces nada saldrá mal. Un proceso simple y preciso. Todo lo que me gustaría que fuera mi filosofía de vida y que lamentablemente no es.

Me tomo un tiempo para guardar mis cosas y me dirijo hacia el pasillo para encontrar un carrito de comedia o alguna máquina que pueda alegrarme la mañana con un delicioso café expreso.

¿Hasta dónde llegarás?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora