Mundos Diferentes 🌗

1- Quien es él?

Un cambio...
Un cambio había sucedido en mí vida.

Me encontraba mirando aquella ventanilla de aquel tren, sí, me estaba llendo y dejando todo lo que un día fue el hogar de mí infancia y tantas situaciones vividas, estaba dejando lo que fueron mis amigos y mí primer amor, y no, no lo quise así. Lastimosamente con mí mamá nos vimos obligadas a dejarlo todo.

Convivo únicamente con mí madre desde los cinco años de edad porque mí padre falleció en un accidente de auto un día que hiba conduciendo a la madrugada. Desde ese momento ella tuvo toda la responsabilidad de cuidar de mí.

Hoy nos estamos llendo de la cuidad porque mamá ya no tiene un buen trabajo aquí y pagar el alquiler de la casa y todas las cuentas era costoso, apesar de que yo trabajaba los fines de semana vendiendo pizzas, no era suficiente, y ella quería que yo me enfocara en los estudios por la semana.

Vivía en Dallas, Estados Unidos, no tan cerca de la cuidad.

Miryam, mí madre, había tenido la fortuna de que la contraten como mucama cama adentro en en una casa de gente adinerada. Y el día que le hicieron la llamada, no dudamos en venirnos a Chicago.

Cómo nunca fuimos de gente con dinero, nos transladabamos en bus y a veces solíamos caminar por las tardes.

Jonathan, mí novio, lo conocí en la escuela en primer año de secundaria, aquel día que me defendió después de haberme peleado con algunas compañeras del colegio. Aunque para ser una pareja estable fue un proceso muy largo empezando como amigos, y actualmente llevamos un año como relación.

Despedirme de el fue bastante duro, pero prometimos visitarnos en vacaciones y realizar llamadas telefónicas en cuento pudiéramos.

Por mí parte, yo no soy una persona muy egocéntrica o egoísta, pero soy alguien que piensa demasiado las cosas hasta algún punto de cansarme o provocar ansiedad, esto es algo con lo que e estado luchando siempre.

En Chicago vive Marylin (Hermana de mí mamá). Ella me prestaría una habitación para quedarme el tiempo necesario mientras estudio.

Emma era mí prima, hija de mí tía, ambas teníamos la misma edad e iríamos al mismo colegio. Siendo sincera hace bastante no venía a esta cuidad, la última vez que vine fue cuando tenia nueve años y solo fueron cuatro semanas.

Llegué a esa pequeña casa color turquesa con flores blancas que decoraban la parte frontal.
Bajé mis maletas del taxi y mí tía salió a recibirnos con un fuerte abrazo e invitarnos a pasar adentro.

Emma me observaba desde la puerta con cara de pocos amigos y formando un globo con el chicle que masticaba en su boca. Cuando me acerqué y extendí mís brazos para abrazarla ella se detuvo y me extendió su mano para darme un fuerte apretón.

La miré extrañada, aunque ahora que lo pienso bien, nunca fui su prima favorita y nosé porque razón me odiaba.

Acomodé mis cosas en el cuarto y abrí la ventana, dí un largo suspiro y me senté apoyando mí espalda de un lado de la pared y encogiendo un poco mis piernas para apoyarlas del otro extremo.

Después de observar el atardecer y el sol escondiéndose para dar paso a una fría noche saqué mí teléfono y le avisé a Jonathan que ya había llegado a la cuidad. Estuve un poco en instagram cuando alcancé a ver cómo un chico salta la medianera del patio del fondo desde la grande casa vecina, me asusté y decidí que se detuviera.

—Oye! — grité — No puedes entrar, esto es propiedad privada!— El chico se detuvo ya en el patio y me miró desde lo lejos, llevaba puesta una máscara de payaso que cubría muy bien su rostro y solo se le veía su color de cabello.

—Y tú quien carajos eres?—. Me preguntó. No. Mejor dicho, se tomó el trabajo de preguntar. Lo miré incrédula, se supone que ahora debo darle explicaciones a los ladrones de quién soy?

—Mira que curioso, yo me pregunto lo mismo, pero a ambos nos importa un carajo quienes somos, solo quiero que no entres aquí— le grité una vez más.

El pelinegro se acercó hacia donde estoy, y puedo ver qué me observa detenidamente. — A mí me parece que si deberías saber quién soy—.

Abrí más mis ojos —Deberia saber quién eres?—.

—Si—. Afirma muy convencido —Pero..  porqué no comenzamos por saber quién eres tú?— preguntó curioso.

—Soy alguien que no es una ladrona y no intenta sacarle información a la gente para luego convertirla en sus víctimas—. Le dediqué una sonrisa sarcástica.

Él empezó a reír con intensidad y me miró una vez más, me gustaría arrancarle su estupida máscara —Sos de ver muchas películas y leer libros no?—. Comentó divertido.

Olvidé decir que soy alguien que no tiene mucha paciencia y él estaba cruzando los limites. Cansada de que no se fuera, le estaba por dejar en claro que lo sacaría a la fuerza pero mí tía abre la puerta de la habitación y me interrumpe.

—Emily— me llamó y yo pegué un saltito asustandome.

—T-Tia? — dije nerviosa y me bajé de la ventana.

—Cariño, ya está la cena, pasa algo? —Preguntó con cierta confusión.

Niego varias veces rápidamente —Todo está bien, todo perfecto, ya mismo bajo—. Sonreí con los labios cerrados y algo forzados.

Genial, que pésima actríz dios mio.

—Ah, pensé que hablabas con alguien—.

—Oh, no no no tiaaa... No te preocupes, estaba hablando por teléfono—. Gracias a todos los santos que lo tenía en la mano porque esa mentira ni yo me la hubiese creído. Recoloqué un mechón de pelo detrás de mí oreja.

Ella asiente y se va cerrando la puerta, pero cuando vuelvo hacia la ventana, el chico ya no estaba.

Y quizás el problema nunca fue que halla entrado a casa de una manera extraña y sin pedir permiso.

El problema fue que yo nunca supe quién era él, pero él si sabe quién soy yo.

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Bueno buenooo...

Esta es la historia de la que hablé que ya hiba a escribirla porque a decir verdad, la tengo hace bastante en borradores, así que nada... Espero le den amor, cariño, y el apoyo que se merece.

Quizás tarde un poco en actualizar, quizás no, todo dependerá de mis estudios, ánimos e inspiración, mientras tanto puedes leer mí otra historia que está en mí perfil
" 21 Sueños Contigo"
Trata de un amor tan poco casual, no tan mencionado, y con una trama diferente.

Voy a tratar de hacer otros géneros, que ya tengo pensado ❤️.

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