12. Un nuevo comienzo

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    Llegamos a una sala bastante más oscura iluminada con barras de neones fucsias y azules. Frente a nosotros había un pequeño mostrador y dos puertas.
- Buenas noches chicos, bienvenidos al laberinto. ¿Sabéis cómo funciona? - preguntó el chico del mostrador.
- Sí, cada uno entra por una puerta y cada uno debe encontrar la salida por su cuenta. - comentó Khira.
- Correcto; os recordamos que dentro hay espejos y paredes de cristal, con lo que debéis estar muy atentos para no chocar y no se recomienda correr. No hay tiempo límite, podéis pasar el tiempo que queráis en el laberinto, depende de lo que encontréis... - dijo mirándome de arriba abajo, gesto que no pasó desapercibido para Merlin que se quedó fuera hasta que entramos para asegurarse que no me quedara fuera con el chico de la entrada. Khira había entrado por la primera puerta así que yo elegí la segunda. Deduje que Merlin había entrado después pero no sabía cuál habría elegido.
Avancé sola por el pasillo, primero iluminado por leds y después por grafitis en las paredes que brillaban en la oscuridad. Al doblar una esquina aparecí en un pequeño espacio donde había una chica con una mesa llena de botes de pintura.

- Hola, - me saludó - ¿quieres hacer body painitng? - la chica iba llevaba los pechos pintados imitando unas conchas marinas y llevaba la parte de abajo de un bikini plateado

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- Hola, - me saludó - ¿quieres hacer body painitng? - la chica iba llevaba los pechos pintados imitando unas conchas marinas y llevaba la parte de abajo de un bikini plateado. En las piernas y en los antebrazos llevaba dibujos que imitaban escamas. Todos sus dibujos brillaban bajo la luz ultravioleta y hacía imposible no mirarla. "Qué más, da, ya que estoy aquí..." pensé, y dejé que me pintara como quisiera. Dibujó una especie de pulseras en mis brazos y alrededor de mis muslos y otro en mi cuello como si fuera un collar.
- Pareces una reina. - me dijo sonriente. Cuando ya iba a seguir mi camino, vi que por otro lado apareció Merlin, quedándose en el umbral mirándome. Yo salí corriendo para ver si me perseguía, pero cuando vi que nadie venía tras de mí, volví a caminar. Estaba dando vueltas y andaba un poco desorientada, de vez en cuando me cruzaba con gente que aún no había conseguido salir. "Al menos espero que cuando amanezca me saquen de aquí". Fui andando tranquilamente disfrutando de las "curiosidades" que iba encontrando. Cada ciertos metros aparecía en una sub-sala como la del body paining pero cada una era diferente. En una por ejemplo había una bañera llena de espuma disponible para relajarse, en otra había un toro mecánico... y así sucesivamente. Me impactó bastante cuando llegué a una sala con sofá chill out y una pareja teniendo sexo en él. Yo pasé de largo entre escandalizada y excitada a la vez, pero aceleré el pasó hasta que los dejé atrás. Aparecí en un pasillo nuevo y me encontré a Merlin de frente, pero no estaba allí, era un reflejo; iba pintado también con trazos de colores, remarcando aún más sus músculos. Me di la vuelta y lo vi esta vez, a través de una pared de cristal. Él me vio y se acercó a mí; puse una mano en el cristal en un intento vano de tocarle y él hizo lo mismo como si pusiera su palma contra la mía. Nos miramos fijamente pero no podía oírle por la música, sin embargo pude leer en sus labios lo que me pareció una obscenidad. Su mirada intensa me recorría de arriba abajo pero no iba a dejar que me repasara gratuitamente. Salí corriendo esperando que el también saliera a mi encuentro. Pasado un buen rato, cuando pensaba que nos habríamos distanciado en el laberinto al doblar una esquina topé con alguien que me agarró al chocar. Era Merlin. Estábamos en una zona que recreaba lo que parecía un almacén: rejas tipo gallinero, pallets amontonados y bidones por todas partes. Él me agarraba por los brazos y yo también lo sujetaba por los codos. Acercó su rostro a mí para hablarme de cerca.

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