Cap. 15. Primer Volumen; EN NUESTRO REINO

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     A medianoche, el calor del parque no era tan opresivo. Los árboles de alcanfor despedían una fragancia penetrante que refrescaba la mente. La decimoséptima luna era un poco más oscura que la decimoquinta, y descansaba sobre la copa de la palmera más alta como un trozo de carbón a punto de convertirse en cenizas, con un simple resplandor sonrojado. El lugar estaba tan silencioso como la muerte, excepto allí, en los escalones del estanque de lotos, donde los pasos solitarios, ansiosos y urgentes, que se hacían cada vez más suaves, de repente se volvieron y regresaron, más fuertes, más y más rápidos. Su alta figura iba y venía, huesuda, altísima, paseaba de un extremo a otro del estanque sin cesar; vaciló cuando sus ojos se encontraron con los míos, y finalmente se detuvo. Aferró sus manos delgadas como rastrillos sobre mis hombros, y sus ojos penetrantes me miraron fijamente. Parecían incendios forestales en un bosque primitivo.

     "Te he estado buscando por todas partes, A-qing, durante mucho tiempo".

HIJOS DEL PECADO (Crystal Boys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora