See me.

4.

— Te dije que comenzarían a salir.— murmuró María acercándose más al rostro de Bokuto provocando un leve sonrojo en sus mejillas.

El chico asintió.

— Sabía que Akaashi sentía algo por Paulina, pero pensé que nunca pasaría algo entre ellos. Te lo deben de alguna manera. — respondió murmurando de la misma manera.

Su asiento estaba detrás del de la chica, haciendo que las pláticas durante clases, no faltaran. A veces los regañaban por culpa de Bokuto que su emoción se le escapaba haciendo que elevará la voz.

— ¿Estas listo para la práctica de hoy? Oí que se unió Karasuno. Podré visitarlos y ver que tan bien los ha cuidado Kiyoko.

El chico ladeó su cabeza levemente.

La chica se percató de esto por el rabillo del ojo y sonrió.

— Oh, yo antes era la manager de Karasuno. — murmuró poniendo una  pequeña sonrisa.

El chico se mantuvo en silencio mirándola. Fácil ella podría ser su manager, aunque no estaba seguro de lo que pensaba María. "Maldita sea", pensó. "Que buena suerte tuvo Karasuno".

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María y Bokuto se encontraban caminando por los pasillos para llegar al salón de sus amigos donde al entrar lo primero que vieron fue a Paulina en frente de Akaashi el cual mostraba una pequeña sonrisa en su serio rostro y la chica le había dado un golpe en el pecho apartando la mirada.

— ¡Pau! — la chica la llamó desde el marco de la puerta haciendo que se sobresaltara y comenzará a ponerse más nerviosa de lo que ya estaba. Akaashi unos momentos atrás le había apartado un mechón del pelo que caía por su rostro diciéndole que se veía muy bien. Y sus amigos aparecían de la nada, la querían matar de un ataque al corazón.

— ¡María! Estás siendo muy ruidosa, pareces Bokuto. — dijo Paulina cubriéndose la cara aún.

— Vamos a desayunar, ¡Hey, hey, hey!— dijo la chica pequeña dando pequeños saltitos hacia su amiga tomándola del brazo jalándole un poco. — Vamos Pau, ¡me muero de hambre! — La rubia asintió sonriendo y mirando a Akaashi quien asintió sonriendo.

— Las alcanzamos en la cafetería. — dijo el chico de ojos azules viendo como se alejaban por la salida del salón. Entonces miro a su amigo de pelo gris quien se encontraba parado sin moverse en el mismo lugar. El chico se sorprendió al ver como la cara de su amigo se encontraba totalmente roja.

— ¿Bokuto? — al decir esto el mencionado se dejó caer al suelo con un pequeño gemido quejándose llevándose la mano a la cara.

— ¿Escuchaste... como me imito?— dijo Bokuto al fin causando una sonrisa en su amigo quien solo asintió. — Nunca me imaginé que podría soñar lindo y tierno en la boca de alguien más.

— Lo sabemos ahora. Vamos. Mi chica se encuentra sola. — dijo Akaashi caminando hacia la puerta del salón para salir.

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Durante todo el receso en la mesa donde se encontraban sentados, Akaashi y Paulina estuvieron molestándose entre sí causando una sonrisa de satisfacción en la cara de María. Amaba ver la sonrisa de su amiga así, y sus mejillas sonrojadas. Por otro lado, Bokuto se encontraba feliz de ver que el amor de su amigo, había sido correspondido. De alguna manera el serio Akaashi, había comenzado a sonreír bastante más, era una sonrisa leve y pequeña, que estaba seguro de que millones de veces se le escapaba con Paulina, pero ahora no tendría que ocultarla.

— Entonces, ¿Karasuno se unió? — preguntó el pelinegro mirando a la chica de su lado.

— Uno de los entrenadores de Karasuno, fue muy insistente para que nuestro entrenador les permitiera participar. Y al parecer su dúo los está haciendo destacar, así que la persistencia y eso, hizo que nuestro entrenador accediera. — respondió la manager del grupo dándole una mordida a su desayuno. — Estoy impaciente por verlos en acción. Parece ser un golpe de suerte de vez en cuando, pero esos chicos de primero están destacando bastante.