23- De nuevo él

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—Bueno, ha sido muy divertido. ¡Hasta otra! -se despidió Mami.

Ella se marchó acompañada de las chicas.

Jack se había tenido que ir para lidiar con unos asuntos de la universidad, así que me tendría que marchar yo sola a casa. Lo cual antes me habría dado miedo, ya que estaba yo sola por los callejones de la ciudad, completamente a oscuras ya que era de noche. Pero como chica mágica realmente no me podía quejar mucho de ello.

Anduve durante unos minutos alumbrándome con la luz de mi smartphone hasta que me dí cuenta de que... me había perdido.

¿De qué te sirve ser una chica mágica si no tienes sentido de la orientación? ¡Idiota!

Miré a un lado y a otro, preocupada.Estaba en una avenida larga y ancha, con árboles sakura* a ambos lados del camino. En la acera izquierda (yo estaba en la derecha) había bancos, y salaryman**emborrachándose en ellos. Me apretujé el bolso para mayor seguridad y me oculté el rostro con la capucha de la sudadera. Con suerte no se fijarían en mí.

 —¡Eh, preciosa! ¿Quieres pasar un rato divertido? -preguntó en voz excesivamente alta un hombre muy, muy borracho que cruzaba la calle para venir conmigo.Eché a correr automáticamente. 

Bueno, utilizar mis poderes habría sido problemático.

—¡No huyas, guapa! ¡No muerdo! -exclamó el borracho entre las risas de sus compañeros. También corría, y muy rápido.

Escuché el sonido de un coche que iba a toda pastilla y luego el ruido de un súbito frenazo. Me dí la vuelta, extrañada. De aquel flamante deportivo salió... 

Alessandro.

—¿Te están molestando, Yoshida-san? -preguntó con voz calmada el chico. La calma que precedía a la tormenta.

—¡¿Y tú quién eres, estúpido? ¡Vete echando leches! Como si me gustara que un canijo universitario se hiciera el chulo conmigo... ¡Ah! -protestó cuando Alessandro le agarró del cuello de la camisa y le echó a la acera adonde estaban sus compañeros.

Los demás borrachos ayudaron a su amigo a levantarse del suelo y miraron a Alessandro con miedo por la fuerza que había demostrado. Este les hizo un gesto con la mano, algo que significaba "iros de una vez". Ellos no se hicieron de rogar.

—¿Estás bien, Yoshida-san? -preguntó amablemente el chico acercándose a mí.Me latía el corazón con bastante fuerza y tenía flato. Probablemente la posibilidad de que abusaran de mí era menos horrenda que me mataran en un combate mágico, pero me preocupaba igualmente.

Entonces me acordé de que estaba con Alessandro. Mi enemigo. Así que me aparté de él con la mayor rapidez que pude.

—No te acerques a mí -Él pareció decepcionado. Bajó la mano con la que me había tratado de acariciarme el pelo y dijo suavemente:

—Pensaba que me habías perdonado por lo de hace unos días.

—¿Tratar de matar a tu propio hermano, que es mi NOVIO? -resalté lo de "novio" para que no intentara nada conmigo.

—¿Se te ha declarado? -parecía sorprendido.

—Ese no es el tema, asesino. No me vuelvas a molestar, ni a mí, ni a mis amigas, ni por supuesto a Jack. Nunca.

—Antes de que te vayas, espera -me pidió él rebuscando él en sus bolsillos.Estuvo buscando un poco y finalmente sacó algo del bolsillo derecho y me tendió su meishi***

La cogí, desconfiada, y me la guardé en la billetera.

—En la tarjeta está apuntado mi número de teléfono -explicó- Cuando necesites algo, llámame.

—No lo necesitaré nunca -escupí yo enfadada.—Entonces, tírala. Eres libre de hacer lo que quieras con ella.Me quedé mirando la billetera y finalmente me la guardé en el bolso. Quién sabe cuando podría necesitar su ayuda.


¡He conseguido publicar antes de tiempo! Sí, el señor que me tenía que quitar el WiFi se apiadó de mí xD

Actualizare entre el viernes y el domingo.


*Sakura: árboles de cerezo, frecuentes en Japón.

**Salaryman: hombre que trabaja en una oficina durante el día y por la noche se va a beber con sus compañeros de oficina.

***Meishi: tarjeta de contacto, negocios, etc.


Encerrada en tu corazón (Puella Magi Madoka Magica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora