➪𝑷𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒐

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Chongyun era un chico de preparatoria normal, no resaltaba a simple vista ante los demás, tenía notas promedio, y nunca llegó a ser una persona popular.

Si era como ser invisible.

El mundo funcionaba de esa forma.

Si no resaltabas o tenías algo que ofrecer a la sociedad, eras uno en un montón, tu existencia no era importante para nadie, tu no importabas.

Así era su vida.

Aburrida y sin sentido.

Era como si nadie en el mundo supiera de su existencia, y así era.

Todo era gris para el.

Lo único "diferente" que tenía, era su estúpida enfermedad de positividad congénita, que solo le hacía más difícil su miserable existencia.

No tenía nada que perder.

Por lo menos así es ahora.

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Caminaba camino al trabajo, tenía que tomar uno de medio tiempo para poder pagar mi departamento.

Allí me encontré con Xiangling, una compañera y amiga del trabajo.

Ella me saludo con una calida sonrisa que emanaba paz y alegría a cualquiera que pasará y la viera.

Pero por alguna razón en mi ya no funcionaba.

Ya no más.

Deje mis cosas en el casillero y le di una sonrisa falsa y me voltiee a volver a mis asuntos.

Creo que ella lo noto, porque de inmediato me preguntó si estaba bien; Yo solo le daba largas, no quería aburrirla con mis problemas sin sentido.

Ella sin más suspiro y se fue a la caja.

Yo me puse mi delantal y salí afuera.

Era lo mismo de siempre, anotar órdenes y dárselas a Xiangling.

Aveces me preguntaba porque tenía un trabajo tan mediocre, pero supongo que iba a la perfección conmigo, la basura va con la basura, una regla bastante simple, que aveces me costaba entender.

Sali de mi mundo cuando una señora me pidió casi a gritos que le tomara su orden.

Ordenó una ensalada y un vaso de agua.

Acaso estaba a dieta?

Porque no le estaba sirviendo de nada.

Después de que la señora me dejara en paz con sus quejas sin sentido, le di la orden rápido a Xiangling.

Ella lo recibió y me dio las gracias con esa linda sonrisa suya.

Estaba empezando a ser molesto.

No pude ni corresponder la sonrisa, porque un anciana me pedía que la atendiera.

Este trabajo me desgastaba rápido, pero era lo único que podía conseguir con mi edad, y con mi currículum neutral.

Pero que podía hacer, solo tomaba órdenes en un café del centro de la ciudad.

Claramente mediocre.

Aveces me daba asco a mi mismo.

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Me ponía los zapatos para dirigirme a casa.

Pero algo llamo mi atención.

Era una flor en mi taquilla.

Era de mis favoritas.

¿Porque?

Porque alguien se daría la molestia de darme una flor?

Podían invertir su dinero en algo más útil, no en algo tan inservible como una flor chingxin.

La dejé allí.

No tenía intención de llevármelo.

Era un gasto de agua.

Sin más cerré ni taquilla de un golpe y me fui.

Caminaba por las desoladas calles, ya era de tarde.

Cuando vi otra cosa que me llamo la atención.

Era un gato gris.

Me recordaba a alguien.

Pero no sabía a quién, y no me iba a tomar el tiempo de averiguarlo.

Me subí a paso rápido a mi autobus, quería llegar rápido a mi casa a no hacer nada en todo el día.

En frente mío vi a un chico de cabello azul muy fuerte, el recuerdo seguía allí, pero seguía sin saber reconocer quién era esa persona que tanto buscaba en mis recuerdos.

Me dolió la cabeza de tanto pensar en eso, cuando me di cuenta el chico ya se había bajado en su respectiva parada, me sentía mal, tenía ganas de vomitar.

No me di cuenta de que ya había llegado a mi parada.

Todo el mundo me daba vueltas, solo recordaba unas pequeñas partes de esa persona, recordaba que tenía un pelo azul oscuro y corto, y un amuleto distinguido en su mochila.

Lo demás eran ligeras cosas borrosas en mi mente, no recordaba nisiquiera el rostro.

Llegué a mi departamento aturdido por todas estas cosas en mi cabeza, no podía dejar de pensar en esa persona desconocida en mis recuerdos.

Decidi tomar un vaso de agua para calmarme, si seguía así me daría algún colapso nervioso.

Me recosté en la cama, decidí tratar de tener la mente en blanco para no seguir pensando en eso.

Pero algo me interrumpió.

Abrí los ojos un momento para ver la hora, y me di cuenta de que enfrente mío tenía a esa persona que tanto buscaba.

Era el.

Xingqiu.

¿¡Pero como podía ser posible!?

Si el.

Estaba muerto?

𝑨𝒓𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒔𝒕𝒊𝒍𝒍 𝒉𝒆𝒓𝒆...?/ Xingyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora