"Quien diría que a través de poemas y cartas el amor puede llega..."
Someity recibe cartas de un admirador desconocido y aunque al principio parece hasta ser tétrico este se intriga más por saber la identidad de aquel pretendiente secreto.
Miraitowa...
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N/D
Una mañana normal comenzaba dentro de una tranquila ciudad a las afueras de Tokio, en un departamento que compartían un par de mascotas con características excepcionales.
Someity, un ajolote de piel rosada era la razón de que el ruido invadiera la paz del lugar, su voz fue responsable de aquel llamado que emitía con fuerza en dirección hacia el bosque para que su compañero pudiera escuchar posteriormente al finalizar aquella oración parecía haber obtenido resultados pues el otro se aproximaba con suma emoción en su andar o al menos era lo mínimo que podía deducir con sus receptores gracias a las vibraciones que sus pasos provocaban con el suelo.
Miraitowa, un felino blanco con ligeros toques azulados que tenia la costumbre de apenas salir el sol, correr un poco para descargar sus energías, con alegría y emoción, saludaba al mas alto estirando su mano y sin tiempo de frenar se lanzo sobre el ajolote para colocarle un abrazo fuerte como era de costumbre para ambos.
¡BUENOS DIAAAASSOMEITY! ~
Respondió con entusiasmo para soltar con delicadeza el abrazo, aunque su sonrisa cambió a un rostro de preocupación pues la expresión de su compañero parecía molesta y el estar en el suelo demostraba la razón del porque. Inmediatamente el felino extendió su mano para ayudarle a levantarse incluso quito algo de peso de aquellos paquetes que llevaba sacudiéndolos un poco por el polvo que pudiera haberle caído.
¡MIRAITOWA, DEBES DE TENER MAS CUIDADO CON TU MANERA DE FRENAR! - Bufo molesto, aceptando la ayuda del otro y reacomodando las cosas que ya había organizado -
L-lo siento someity, juro que no volverá a pasar... - Respondió avergonzado mientras trataba de ayudarle cargando las cosas- ¡Yay, correspondencia!... Parece que ahora si es mucha~ - comentaba nervioso en un intento de calmar el ambiente. - ¿A-acaso hay algo para mí?- finalizaba curioso mientras ambos entraban a la casa dejando las cosas en el recibidor.
Mmm...Yo diría que hay demasiado para ti, cartas, dulces, peluches... - Suspiro cansado entregándole lo que le correspondía al menor mientras se estiraba un poco, se sentaba en el suelo y comenzaba a analizar las cosas- Miraitowa... ¿No es raro que después de las olimpiadas las personas aun tengan presente algo de cariño hacia nosotros? Digo... No siento que nuestra presencia fuera de mucha relevancia para los medios extranjeros, la atención iba hacia los deportistas sin embargo nos llegan cosas que provienen de Latinoamérica-Argumentaba aquello mostrándole al felino una linda caja hecha a mano que parecía tener el nombre de un grupo de fans-La mayoría son desconocido ¡INCLUSO PERSONAS QUE JAMÁS HEMOS VISTO!...¿Acaso eso no te da miedo? - Finalizó sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo, de solo pensarlo lo ponía alterado y con justa razón analizaba con más cuidado aquella pila de correspondencia.
