ᴍɪ ᴍᴇᴊᴏʀ ʀᴇɢᴀʟᴏ // ADAPTACIÓN

Parte 1

Odiaba las mudanzas, desde el divorcio de sus padres, su madre no hacía otra cosa que cambiar de ciudad cada seis meses, según ella, buscando el lugar de sus sueños, pero esa búsqueda se estaba convirtiendo en una pesadilla para Jisung.

Era ya de noche, estaba agotado después de pasar todo el día desempacando el equipaje en su nueva casa, se encontró en la que sería su habitación montando por segunda vez ese mismo año su telescopio, observar las estrellas era lo único que conseguía calmar el remolino de emociones que luchaban en su interior, ¿cuantas veces iba a tener que cambiar de instituto ?, todas esas mudanzas le impedían hacer amigos, cuando empezaba a coger confianza con alguien debía mudarse de nuevo, estaba exhausto.

Tomó una larga inhalación y divisó en el cielo su constelación favorita, Orión, había miles de constelaciones en el cielo, pero Orión había sido la primera que Jisung pudo localizar con su telescopio el primer día que lo tuvo en sus manos, se emocionó tanto que esta se convirtió en una constelación muy especial, la cual aparecía justo frente a sus ojos en los momentos más oportunos, esta era más visible en los primeros meses del año, pero en noviembre podías empezar a verla de vez en cuando, se sintió arropado, imaginando que su constelación se había hecho visible para ofrecerle fuerzas.

Estaba tan agotado que se acostó en su nueva cama y se quedó dormido al instante, deseando antes de dormirse que su madre por fin se sintiera agusto en esta ciudad y no tomase la decisión de irse de nuevo cuando él ya estuviese adaptado.

Era su primer día en el nuevo instituto, estaba un poco nervioso ¿quien no lo estaba ?, pero después de tantas mudanzas ya no se sintió tan lleno de miedo como la primera vez.

Caminó por los fríos pasillos hasta llegar a la que sería su clase y entró buscando un sitio vació, lo encontró al final de la clase y se sentó, al lado de una chica que le sonrió muy amable.

-¡Hola !, ¿eres nuevo? - preguntó en un todo demasiado alegre para ser las ocho de la mañana.

-Si, me llamo Han Jisung - respondió un poco tímido.

-Mucho gusto, me llamo Lee Yuna -respondió ella con una gran sonrisa.

La chica empezó a hablar con él cómo si se conociesen de toda la vida, era muy graciosa.

Empezaba con buen pie en esa escuela, al conocer a alguien tan amable así de rápido.

Lo que no sabía era que el hermano de Yuna era todo lo contrario a ella.

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430 palabras
Publicada 07/03/22