Lunes infinito.
Al principio, eras invisible para mí, como un espectro ante mis ojos los cuales no podían percibir o comprender, como si tu y yo por alguna causa o razón del destino estuviéramos predestinados a no conocernos, éramos como una mezcla heterogénea, como el agua y el aceite, cuyos elementos nunca se unen ni se conocen, jamás se juntan ni se mezclan, pero son conscientes el uno de la existencia del otro…
Al principio solo te veía como a una persona más, si me apuras y exagerando mucho diré que como una posible amistad, pero con el paso del tiempo te empecé a ver como un probable comienzo de algo hermoso, de algo que valía la pena comenzar…
Sinceramente, no te conocía, me daba igual quien fueras o dejaras de ser porque no te tenía ninguna clase de aprecio, me daba igual lo que hicieses o dejaras de hacer con tu vida, pero poco a poco , sonrisa tras sonrisa, abrazo tras beso y mirada tras mirada , me ha empezado a gustar tu forma de sonreír, tus intentos forzados de mirarme intentando que nuestros globos no se encuentren , me han empezado a gustar tus tonterías, la falta de coherencia en todo lo que haces me enamora, no he visto a nadie nunca con esa sonrisa, esa media luna tan sumamente dulce y sutilmente especial que si se la comiese alguien le entraría diabetes, tampoco he tenido ni creo que tendré el placer de observar alguna criatura tan generosa como tú que me regale tan apreciado obsequio como lo es tu sonrisa.
Me encanta hacerte tonterías en las largas y aburridas clases de cocina teórica de los viernes, cabe decir que me enamoran tus fingidos enfados a los cuales yo respondo con un abrazo y un beso en tu mejilla…
Me acuerdo de las primeras clases, me sentaba a un lado tuyo y te miraba, y tu tímidamente me dirigías una sincera mirada por arriba de tus negras gafas a la cual respondíamos al unisonó retirando nuestros luceros en contacto el uno del otro, y después de eso lo volvíamos a hacer una y otra vez, era una especie de juego, tal vez un juego sin coherencia, pero repleto de atracción, sencillamente era nuestro juego…
Y cada clase que pasaba era una mirada que me dedicabas, y cada clase que terminaba y te veía marchar por la puerta un anhelo en mi corazón.
Y ahora me doy cuenta de lo mucho que te aprecio, me doy cuenta de que conocerte ha sido algo maravilloso, sinceramente nunca pensé que esa chica morena y tímida del pasillo, con esa mirada cabizbaja y esos aires de hormiguita pequeña me pudiesen enamorar tanto.
Una vez mi madre me dijo que debíamos elegir a la persona que más bonita hiciese nuestro mundo, no a la más bonita del mundo, pues aunque yo pensara que ella no tenía razón me equivocaba, llevaba toda la razón del mundo, y yo te elegiría mil veces, porque te quiero.
Cada Domingo deseo que vuelva a ser Lunes para poder verte de nuevo, para poder sonreírte, para poder enfadarte y yo corresponderte con mi clásico beso en tu costrosa mejilla.
Has hecho que los fatídicos y asquerosos lunes rutinarios se volvieran maravillosos, cada lunes al terminar la clase de valenciano recojo tan rápido como mis piernas me permiten para poder verte e intercambiar una mirada…
Hace poco me pregunto un amigo que cual era mi día favorito de la semana, yo sin pensármelo dos veces le respondí que el Lunes, al escuchar mi respuesta se quedo extrañado y me pidió explicaciones al respecto a las que yo respondí alegando que los lunes me gustaban por ningún motivo en especial, pues la verdadera causa de que los lunes me vuelvan loco son debidos a nueve u diez segundos.
Si te pones a pensar, nueve o diez segundos no son nada comparados con los seiscientos cuatro mil ochocientos segundos que contiene una semana, pero esos nueve segundos son mágicos, en ellos me acerco a ti silenciosamente por tu espalda, poco a poco te voy rodeando con mis lánguidos brazos y acto seguido acerco mi cuello a tu nuca, después separo tu pelo de espagueti con mi mano derecha y nos quedamos fundidos en un lindo abrazo como si fuésemos gotitas de chocolate o una pareja representada en un blanco lino , y así cada Lunes, me gustaría vivir en un Lunes infinito…
Recuerdo en el pasado haber escuchado una teoría de Albert Einstein, en la cual defendía que el tiempo era diferente y subjetivo conforme como lo sentíamos y percibíamos, que por ejemplo cinco minutos de clase de biología se nos pueden hacer eternos, pero en cambio, una hora charlando con la persona que realmente queremos o de la que estamos enamorados lo vamos a sentir como si fuesen segundos, nunca entendí lo que verdaderamente quería decir, pero ahora sí , cuando mantenemos nuestras típicas conversaciones divertidas y sin coherencia sé me pasa el tiempo volando…
Dame el tiempo que te sobre y yo prometo invertirlo en caricias en tu espalda, besarte el cuello hasta llegar al oído y preguntarte como un loco enamorado si estas dispuesta a casarte conmigo, quiero besarte entre risas, tocarte entre suspiros y decirte cuanto te amo entre gemidos, te besaría como si no hubiese un mañana y lo único que nos separaría serian nuestras sabanas…
Pero lamentablemente no puede ser, tu corazón pertenece a otro, aunque nuestro amor sea correspondido no podemos hacer nada por evitarlo, nuestro amor parece un Edén, un Edén prohibido.
Y aunque tú digas que podemos seguir con nuestra amistad, ambos sabemos que es una ruin mentira, una mentira de jarabe para no hacerme daño y a la vez no hacértelo a ti también, los dos sabemos que ya nada va a volver a ser como antes, ya no te dedicare mis tímidas miradas ni tú me las contrastaras con tu dulce e inocente sonrisa, ya no me acercare por tu espalda como un fantasma enamorado para abrazarte y besarte creyendo que no te das cuenta y tu tampoco fingirás no percatarte de mi presencia flechada y ya no te molestare ni intentaras enfadarte y muchos menos yo corresponderé con un dulce beso.
Los dos sabemos que nuestra amistad se irá convirtiendo como él te, cuánto tiempo pase más amarga se volverá haciendo, pero no te guardo rencor, la culpa no es tuya, no es de nadie…
Te ha querido, te quiere y te querrá tu enamorado “amigo”.
PD: Recuerda que al te siempre se le puede poner azúcar…; acuérdate.