Cuñado

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Esa misma semana nos reunimos por primera vez en la biblioteca pública y decidí que sería una buena idea llevar a Ed conmigo. Aunque no lo hubiera traído, me habría acompañado porque tenía mucha curiosidad por conocer a su futura cuñada. Al llegar a casa esa noche le conté a Ed todo sobre mi hermosa y trabajadora prometida. Omitiendo la parte en la que me odiaba. Por supuesto, se dio cuenta de que le ocultaba algo, lo que hizo que su curiosidad aumentara. Cuando llegaron vieron a Viney parada en los escalones delanteros de la biblioteca. 

"Bueno, al menos no estabas mintiendo acerca de que era bonita", susurró Ed. "Parece que es una persona agradable". 

"Sí, súper agradable", dije sin entusiasmo. Esto iba a ser un baño de sangre. 

Cuando nos acercamos Viney nos vio y rápidamente se dirigió hacia nosotros. Se veía tan linda con su uniforme de la escuela. Una vez que llegó a nosotros se puso a mi lado. Supongo que se tomaba en serio esas tontas reglas. 

"Hola, cariño", dijo en un tono tan dulce que me pilló desprevenida. ¿Quién era esta chica y qué había hecho con la chica que conocí hace unos días? 

"Hola mi nombre es Viney, como ya sabes soy la prometida de Emira", le dijo a Ed en ese mismo tono dulce que me estaba empezando a asustar de verdad. 

"Es un placer conocerte, yo soy Edric pero puedes llamarme Ed. Lo siento, que te hayas enganchado con eso", dijo con una sonrisa picara señalándome a mí.

"Oye, me ofende eso. Te diré que hay muchas mujeres que me considerarían una buena elección. ¿No es así, cariño?" dije en un tono dulce, pero a Viney no le gustó nada. Se dio la vuelta para prestar toda su atención a Ed, que rápidamente se dio cuenta de los sentimientos de Viney hacia mí y le pareció graciosísimo. 

"Tienes mis condolencias", dijo mirando a Viney con una mirada afligida. Eso le sacó una pequeña risa. 

"Gracias, es muy amable de tu parte", respondió ella tratando de ocultar su sonrisa. ¿En serio? Se ríe de sus chistes tontos pero no de mi oro cómico. Maldita sea, aún así tiene una sonrisa tan bonita. Tal vez pueda conseguir que me sonría así algún día.  

" Vamos Vi, no te pongas así ", dije mientras intentaba rodearla con mis brazos, pero ella se apartó rápidamente de mi alcance.

"Entonces, Viney, ¿en qué pista de aquelarre estás? Como ya sabrás, estoy en la vía de las ilusiones", preguntó Ed con una gran sonrisa en la cara. Oh, esto le estaba encantando. No puedo esperar a que llegue el día de conocer a su prometida y vengarme. 

"Estoy en la pista de guardian de las bestias", respondió Viney de una manera tan amistosa que casi me hizo sentir celos de mi hermano. Hasta ahora se llevaba mejor con mi prometida que yo. Pero en cuanto escuchó la respuesta de Viney cayó en un ataque de risa. 

"Ahora entiendo por qué te eligió nuestra madre; quiere que domines a Em", rió su hermano con tanta fuerza que jadeaba. Lo que daría por hacer que ese idiota dejara de reír.

"¿Qué demonios acabas de decir?" No me lo puedo creer. ¡Mi propio hermano! 

"Ahora querida, era sólo una broma", dijo Viney, poniendo una mano en mi brazo para contenerme. Fue una reacción tan fuera de lugar por su parte que di un paso atrás respecto a Ed.Ver que Viney calmaba mi furia hizo que Edric soltara otra carcajada.

"¿Qué es tan gracioso? Sigues tú, y con el sentido del humor de mamá, tu futuro cónyuge podría ser el hijo de Raine", dije con una sonrisa de satisfacción.

Nunca antes había visto cambiar tanto la expresión de alguien en tan poco tiempo. Ed pasó de la risa a la rabia y al miedo en sólo unos segundos al darse cuenta de que yo tenía razón. 

"¿Te peleaste con Hunter?" preguntó Viney, sonando sorprendida. 

"Bueno, no fue una gran pelea ya que este nunca ha tenido que ensuciarse las manos en su vida", dije señalando a Ed. 

" Ay no, ¿estás bien?" cuestionó ella, sonando muy alarmada y preocupada. 

"Estoy bien Em está exagerando, tuve unos cuantos moretones pero él tampoco salió limpio", respondió Ed molesto.  

"Debió haberse contenido", murmuró Viney, sonando un poco aliviada. 

Ahora era mi turno de reír.

"¿Qué quieres decir? ¿Y cómo conoces a este tipo?" preguntó Edric haciendo lo posible por ignorar mi risa. 

"Hunter está bien entrenado en el combate a mano. Si hubiera querido podría haberte herido gravemente", señaló Viney. 

"¿Por qué iba a contenerse?", indagó Ed sonando un poco insultado. Esta había sido su primera pelea a puñetazos. Supongo que escuchar que su oponente se estaba conteniendo le hirió el ego.

"No le gusta pelear y lo evitará si puede. Sinceramente, me sorprende oír que se haya metido en una pelea contigo sobre todo. Aunque sea la primera vez que nos conocemos, sé que no eres una persona problemática por tu reputación", respondió. Supongo que no debería sorprenderme que ella también conozca a Ed. Le debe gustar mucho nuestra familia. Con la excepción de mí, por supuesto. 

"¿Podemos volver a hablar de cómo se conocen?", intervine, ella había omitido intencionadamente esa parte y yo tenía el presentimiento de por qué, pero aun así quería oírlo de ella.
"Si quieres saberlo, es un amigo muy cercano y asistimos a la misma escuela", dijo con naturalidad y luego añadió de mala gana: "... y solíamos salir juntos". 

"Realmente tienes una suerte de mierda con las parejas", señaló Edric. 

"No, Hunter era genial. Siempre estaba pendiente de mí y siempre fue muy amable y cariñoso", dijo ella frenéticamente. 

"¿Pero?", insistió Edric. 

"No hacían buena pareja", interrumpí. "El tipo puede ser un príncipe azul, pero si no hay química no funcionará. Además, me parece que era más un hermano sobreprotector que un compañero romántico. No necesitas que te cuiden, necesitas a alguien que te apoye cuando lo necesites. ¿Estoy en lo cierto?"

"... Sí algo así", dijo ocultando su rostro de nosotros. "Pero como dije somos muy unidos así que te agradecería que intentaras llevarte bien con él".

"Bien", refunfuñó Edric. No es que tuviera muchas opciones. Ya tenía órdenes estrictas de nuestra madre de llevarse bien con él. Yo, en cambio, no estaba sometida a esa regla.

Choxo Beta Au: PrometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora