Capítulo 23.

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Siento unas caricias en mis mejillas.

—Lala, despierta.

—Si me abrazas, abro los ojos.

Derek se ríe pero me abraza y deja un beso mi nariz.

Los abro y sonrío.

—Sal de la cama, hoy tienes que bailar.

Los nervios comienzan a nacer en mi interior.

Trato de mantenerlos a raya.

Asiento y voy al baño para alistarme.

Pedí permiso en mi trabajo para hoy, tengo los 300 dulces listos y empaquetados.

Hoy pasaré mucho tiempo en la escuela, he ido a ensayar para familiarizarme con el escenario.

También volví a darle clases a las niñas y me siento increíble ahí. Conocí al director, quedó sorprendido de que yo, alguien que no está inscrita a su escuela, sea quien vaya a bailar.

Muchos de los estudiantes son muy amables y alegres, otros solo están en su mundo, pero no me molesta.

Cuando salgo, me encuentro con que Derek tiene el desayuno listo.

—Me estás consintiendo demasiado.—Le doy un beso en la cabeza.

—Te lo mereces.

—¿Hiciste mi desayuno favorito porque hoy voy a bailar o porque no lo pudiste hacer ayer?

—Ambos.

Me río.

—Te dejaré en la escuela y luego iré a la oficina.—Lo observo confundida.

Él también pidió el día libre para estar conmigo y apoyarme.

—No es para trabajar.—Me aclara.—Sin querer me traje unos papeles que Tommy necesita y tengo que llevarlos.

—Bien. Entonces podrás llevarles pastel a los chicos.

Corto varios pedazos con intención de que tanto los chicos como las chicas coman. También para mis padres.

«Aquí es cuando alguien me dice: "Te falta malicia".»

No quiero ser mala.

Claro que ayer hubo un quiebre en nuestra relación y no va hacer de la misma manera, al menos no de mi parte.

Todos olvidaron mi cumpleaños, ni mis padres lo hicieron, al menos le escribieron a Derek.

Pero los que yo creí eran mis amigos, lo olvidaron y eso duele.

Sin embargo, yo haré lo mejor que puedo hacer, ser buena y seguir adelante.

Derek toma mi maleta, dónde tengo maquillaje, accesorios y ropa. Mientras yo llevo la caja con los pedazos de pastel.

Sonrío al ver los tulipanes en la encimera.

—Te regalaré tulipanes más a menudo, para que sigas sonriendo así.—Derek es increíble.

He notado un gran cambio en él. Trata de ser más amoroso y expresivo, aún le cuesta, pero valoro que se esfuerce.

Le doy un beso.

—Me encantaría, pero pueden ser otro tipo de flores, la variedad es buena.

Salimos juntos.

Me he acostumbrado a que cada vez que vamos en el auto tomo su mano, a él no le molesta, incluso si tiene que hacer un cambio con la palanca lo hace con nuestras manos unidas.

Al borde del abismo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora