Ƹ̵̡Oneself~ Brahms HeelshireƷ

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⌲| ⊱Morgan Birdwhistle⊰ |⌲

-¿Qué fue lo que hiciste?-

-Elimine a aquella mujer, es lo que querías hacer ¿No? Pero se fue antes de que pudieras hacerlo- Lo mire enfurecida y me acerqué a él.

-¿Qué hiciste qué?-

-La mate ¡La mate!- admitió.

-¡Yo iba a matarla!- reclamé entre gritos-¡Había puesto un somnifero en su bebida, iba a morir!- pude notar como el también estaba comenzando molestarse ante mis gritos.

-Cállate ya- me alejó con sus manos y se dirigió a las escaleras, lo seguí.

-¿Por qué nunca piensas en las consecuencias? ¡¿Qué crees que pasará cuando la policía se enteré?!- Antes de que pudiera seguir gritándole un fuerte empujón me hizo callar junto al impactó al caer de las escaleras.

Sentí un dolor inmediato en mi tobillo, un dolor tan insoportable que me sacaba lágrimas no había duda de que estaba fracturado o tal vez roto.

-Brahms, Brahms ¡Ven aquí!- ordené a lo que se quedó totalmente inmóvil en dónde estaba sin decir palabra alguna-¡¡Te dije que vengas aquí!!- Me molesté al mismo tiempo que mi estrés y lágrimas de dolor se intensificaban-Por favor- me quejé-Por favor Brahms, te lo estoy rogando- para mí suerte al fin se había movido y venía ayudarme.

-¡Morgan!- se acercó u me rodeó con sus brazos-Lo siento Morgan- pude escuchar su voz romperse.

-Es tu culpa- susurré

-Es mi culpa Morgan, lo lamento- acarició mi espalda con cuidado.

-Duele— solloze —Por favor ayúdame...-

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Miraba mi pie vendado, al menos la hinchazón del tobillo había bajado un poco con el hielo.

Brahms estaba al lado mío, mirándome fijamente con sus ojos que ahora quería arrancarle por lo que pasó.

Pero, no es el momento de actuar así, no ahora que estoy vulnerable.

—¿Aún duele mucho?— preguntó poniendo su mano con la mía.

—Un poco, pero ya mejorará— dije despreocupada acariciando su pulgar, sentí sus labios en mi mejilla.

Después de eso ví como dejaba su máscara a un lado ¿Qué va a hacer?

—Quiero quedarme sin ella, para siempre cuando esté contigo— admitió.

—Esta bien— Ví una sonrisa formulandose en su rostro, no estoy contenta con él, pero debo admitir que su sonrisa es linda.

—Quiero llevarte a un lugar— dijo tomándome en sus brazos y llevándome como si no fuera nada.

Abrió la puerta del ático y me subió con mucho cuidado dejándome sentada en una de las sillas viejas que ahí guardaban.

—¿Estás bien?—pregunto refiriéndose a si no me había dolido el camino hacía acá.

—Sí Brahms, no te preocupes ¿Qué era lo que me querías mostrar?— Asintió recordándolo y saco un vestido de novia algo viejo de una caja que ahí se encontraba.

—Nos casaremos— Su "propuesta" si es que se le puede llamar así me dejó un poco perpleja, en mi estado actual no podía negarme en lo absoluto y no es que quisiera negarme de todos modos.
Saco un anillo del suéter que llevaba.

—¿De dónde sacaste el anillo?— le pregunté.

—Se lo quite a aquella mujer— admitió sin remordimiento alguno para después tomar mi mano y colocar el anillo en mi dedo—Te vas a ver muy bonita en el vestido— me susurró de rodillas mientras ponía sus manos en mi cintura—Esperare a que tú tobillo se cure— lo acarició suavemente, una suavidad que aún así dolía por lo que solo pude soltar un pequeño gemido de dolor y Brahms dirigió su mirada a mi—Creí que te gustaba el dolor— mencionó tomando mi barbilla fuertemente con sus manos para dedicarse a besarme con intensidad, sentía su lengua juntandose con la mía para después morder mi labio haciéndome sangrar, provocando que volviera a quejarme—Ya deja de quejarte— exigió y un silencio tenebroso se formo—Me gusta cuando eres obediente, tal vez debería romperte más huesos para que te quedes así— admitió haciéndome sudar en frío mientras dirigía su mano a mi tobillo no fracturado para después reír—Estoy bromeando— asentí y reí falsamente aún con nervios—Dejame limpiar la sangre de tu labio— volvió a besarme limpiando cualquier rastro de sangre que aún quedara en mis labios.

No sabe la que le espera después de que mi tobillo se cure.

—¿Te cuento algo? Cuando era niño solía tener una amiga llamada Emily, Emily jugaba conmigo todos los días, pero un día se aburrió de mí y le advertí que podría haber un gran peligro en el bosque, ella no me escucho y unas horas después la encontraron muerta ¿A ti no te pasará eso, verdad Morgan?— dijo lo último con un tono aniñado—No serás una mala Emily desde ahora ¿Está bien?— acarició mi cabeza—Si eres buena, como yo lo he sido hasta hoy contigo, te prometo que jamás volverá a ocurrir lo de hoy— me miro con unos ojos tiernos.

—Sí, confió en tu palabra—

—¿Me lees poesía?— siguió mirándome de la misma manera esperando una respuesta.

—De acuerdo ¿Aquí?—

—Claro que no, te llevaré abajo— me volvió a tomar en sus brazos para proseguir a bajar del ático, aquél frío y tenebroso ático, pero no más tenebroso que la persona que me llevaba en sus brazos.