Cap: 22

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Toda la familia Madrigal estaba en casita desayunando, todo estaba muy tranquilo ya que era de mañana y las personas del pueblo no solían despertar temprano así que no necesitaban apresurarse para comer.

Se escucha un sonido viniendo de la puerta. Abuela Alma ordena a casita que los deje pasar pero casita se negó así que Alma tuvo que ponerse de pie y abrir ella misma.

Buen día Señora Alma, disculpe molestarla tan temprano.—saluda un hombre junto a su esposa de unos 35 años aproximadamente.

–Alma: Señor Rodríguez, buen día. ¿A que se debe su visita?

–Sr. Rodríguez: Vine junto a mi esposa para hablar del compromiso.

–Alma: Claro, no hay problema llamaré a mi hija.

Alma se dirigió al comedor en donde seguían desayunando el resto de la familia. Preocupada le hizo señas a su hija mayor para que se acercara y saliera de casita.

–Pepa: Oh, señor y señora Rodríguez que agradable sorpre...

–Sra. Rodríguez: no tenemos tiempo para saludos y formalidades vinimos a hablar  sobre la propuesta que nos habían comentado.

–Alma: Perfecto, qué tal si damos un pequeño paseo por el pueblo para calmarnos un poco.

Habían pasado aproximadamente unas 2 horas desde que Pepa y Alma salieron de casita. Al llegar a su hogar únicamente se encontraban Dolores y Antonio el resto de los miembros de la familia se habían ido al pueblo para cumplir con sus tareas.

–Dolores: ¿y bien?

–Pepa: de seguro ya sabes la respuesta.

–Dolores: en realidad no. No quería ser chismosa.

–Alma: las cosas no saldrán como los esperábamos al parecer.—junta sus manos y las coloca en su pecho mientras toma asiento. Una mirada de preocupación se hacía presente en el rostro de la mayor.

–Dolores: ¿A que te refieres Abuela?

–Pepa: Los Rodríguez aceptaron la propuesta...

–Dolores: Cómo rayos pasó eso. No se supone que dirían que no y lo más importante ¿por qué no les dijeron que ya no estaban interesadas en comprometer a Camilo?

–Pepa: Dolores cálmate. No tienes ni idea lo mucho que me estoy esforzando por no provocar un huracán que destruya el encanto.

–Alma: Bueno, hora del siguiente plan.

–Dolores: ¿Y cuál es?

–Alma: hacer que los Rodríguez decidan cancelarlo.

Días después

–Camilo: olvídalo mamá, no tengo pensado estar con ella.

–Pepa: hijo por favor, es por el bien de la familia. Tu nunca harías algo que nos perjudique, ¿no es así?

–Camilo: claro que no mami pero esto es ir demasiado lejos ¿pasar toda mi vida a lado de alguien que no amo? No gracias.

–Alma: los Rodríguez llegarán en cualquier momento más te vale estar listo Camilo.

Camilo rueda sus ojos y sale de la habitación de su mamá para dirigirse a la suya de mala manera.

–Pepa: ya lleva días negándose. Hubieras visto su cara... obligarlo a hacer algo que no le gusta es una tortura para mi.

–Alma: Y para mi. Es mi culpa el haber intentado solucionar las cosas. Pero no te preocupes los Rodríguez cancelarán todo, estoy segura.

Un golpe se escucha viniendo de la puerta. Los Rodríguez habían llegado.

El señor y la señora entraron a casita. Junto a ellos estaba una joven de cabello corto y color claro.

–Alma: Hola pequeña. Tu debes ser Sarita ¿no es así?

–Sara: ¿Sarita? Que cree que soy ¿una mocosa de 10 años? .—la joven rueda sus ojos mientras cruza sus brazos.

–Sra. Rodríguez: Sara, modales.

Camilo bajó de las escaleras. Había escuchado la conversación pero estaba escondido.

–Camilo: ¿Y tú quien te crees para hablarle así a mi abuelita? .—preguntó enfadado mientras se acercaba apresuradamente a los demás.

En tus encantos [Camilo x TN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora