Epílogo

126 12 8
                                    

Bajo la calma luz de la luna, las manos de ambos jóvenes se entrelazaban y sus miradas se conectaban, mientras el silencio se mantenía vigente durante todos esos gestos. Dave Mustaine se acercó al joven delante suyo, contemplando esa mirada tan intensa de color azul que lo hacía flaquear del nerviosismo; podía sentir su corazón acelerarse con cada toque. James Hetfield también lo observaba, perdiéndose en ese encuentro tan íntimo y honesto que se llevaba a cabo en la inmensidad de la muerte.

Ambos danzaban bajo el frío de la noche, entregándose ese amor intenso que guardaban en lo más profundo de sus corazones. Los susurros de la brisa parecían entonar sus nombres en baladas románticas que jamás pensaron bailar, o siquiera escuchar, por cuenta propia. Sus movimientos eran sublimes y perfectos, materializando un amor vehemente que merecía acabar de la mejor manera.

Sus jóvenes corazones latían con fuerza con cada caricia que intercambiaban y que hacía arder sus mejillas en vergüenza, como dos adolescentes viviendo el primer amor, descubriendo lo que realmente era y dejándose llevar por la calma que antecedería a una fuerte tormenta.

—Ámame por siempre... —susurró Dave, dejando caer su cabeza en el hombro de su amado, llenando sus pulmones con el aroma que éste desprendía.

Como respuesta, James alzó su cabeza con delicadez para que sus ojos se encontraran. Tomó su mentón, y tras esbozar una sonrisa llena de honestidad, rompió la poca distancia que quedaba entre sus rostros y le dedicó un beso tierno, dulce y profundo. Las lágrimas del pelirrojo cayeron de sus ojos como un sufrimiento que no fue capaz de contener.

—No llores esta noche... te amaré por lo que dure este hermoso momento... recuérdalo y tenlo presente. —dicho esto, James limpió esas lágrimas lastimeras que su amante dejaba escurrir, acariciando una última vez ese rostro que jamás iba a olvidar.

«Suitcase of memories,

Time afterSometimes you picture me...»

—... Quédate conmigo... —susurró, sintiendo como su voz se quebraba en llanto y tristeza.

—Oh, Dave, no vivas atrapado en la desdicha. Eres igual de hermoso que un arcoíris, y no mereces todo ese sufrimiento —dijo James, pronunciando cada palabra con una delicadeza exagerada, amenizando toda esa tristeza que afligía el joven corazón de su amante, dedicándole pequeñas muestras de afecto con completa sinceridad, dejándose ver vulnerable—. Siempre voy a estar ahí para ti, solo cierra los ojos y volveremos a encontrarnos...

Dave lo miró, sintiendo como su corazón se partía en pedazos y sus ojos se cristalizaban en melancolía. Oh, cuanto había deseado que ese momento se diera, y ahora que tenía a ese muchacho entre sus manos, como un cachorro abandonado en busca de un hogar, simplemente no podía contenerse. Lo amaba demasiado para dejarlo ir; daría lo que fuera necesario para que ese momento no terminara jamás.

—Voy a amarte por siempre. —dijo Dave, antes de fundirse en un beso hermoso y cálido que fue comenzado por ambos.

La caricia de sus labios dio pie a una inmensa oscuridad, en donde todo lo sucedido se desvanecía entre las sombras de la eternidad que abrazaría los vestigios de un amor latente, llevándose consigo a un alma perdida que pronto alcanzaría el descanso eterno.

Dave lo observó desvanecerse casi con impotencia, sollozando mientras su corazón se partía en pedazos una vez más; solo quedaba dejarlo ir y recordarlo por siempre como una imagen borrosa de lo que había anhelado durante mucho tiempo y nunca pudo tener.

(...)

En medio de la oscuridad que reinaba en la habitación, Dave despertó completamente sobresaltado, sintiendo el frío sudor empapar su cuerpo. Esta vez no había tenido otra de esas pesadillas que lo habían atormentado a lo largo de los meses transcurridos desde octubre, no, esta vez fue algo realmente sublime, que se desvanecía entre sus recuerdos como una sombra borrosa. Es por eso que comenzó a llorar, despertando así a su alarmada pareja, que dormía plácidamente a un lado suyo.

Diana lo acercó a ella apenas lo divisó en la espesa oscuridad, envolviéndolo en un abrazo reconfortante.

—Fue sólo una pesadilla, ya pasó... —dijo ella, como si de un infante se tratase.

Dave asintió, inhalando el agradable olor que desprendían las ropas de su novia, confundiéndolo con aquel aroma que había presenciado en su sueño. Acercó a la muchacha aún más a él, dejándose envolver por la calidez de su cuerpo. Por un momento le pareció que era él quien lo abrazaba, calmando sus temores y angustias.

—Lo sé... pero te extraño tanto... —susurró, dejando ir a su amado, soltando las ataduras que lo mantenían junto a él. Resignándose a la gran pérdida que significaba—. Te amo... —dijo, y Diana lo abrazó aún más fuerte, aunque las palabras no fueran dirigidas a ella—. Te amo...

FIN





Gracias por leer ♡

Seven Tears ~Hetstaine~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora