En el tiempo que llevaba en "Espíritus y demás", Kurata Tome había aprendido a clasificar cada caso según la información que recibía de los clientes. Incluso recibió una larga charla por parte de Hoyuelo sobre clases de espíritus y sus comportamientos. Podía distinguir un caso real de uno que no lo era. Y, también, cuándo era difícil.
—Por supuesto, señora. Un caso como el de ustedes debe ser atendido por el mismo maestro Reigen—le decía Tome a la mujer al otro lado de la línea—. Él es un hombre ocupado, pero para su fortuna, tiene un espacio el jueves en la tarde—hizo una pausa oyendo atentamente—. Ok. Le agendaré entonces una cita.
Tomó los datos de la cliente, anotándolos en la agenda de Reigen, y confirmó con ella la fecha y hora de la cita. Se despidió cortésmente antes de colgar. Acto seguido, buscó su teléfono y envió un mensaje a Shou recibiendo la respuesta casi de inmediato.
Desde su puesto y detrás de un periódico, Reigen observaba a la joven sonreír con malicia al dispositivo. Se preguntaba con quién hablaba y, en especial, por qué había asignado esa cita para el jueves, sin embargo optó por confiar en el criterio de su asistente.
Ahora se ejecutaría la segunda parte del plan. Al llegar la tarde del jueves, Shou buscó a Ritsu, pero en lugar de llevarlo a la oficina de Reigen, le hizo una propuesta a la que el pelinegro no pudo resistirse.
—En ese caso, le avisaré a Reigen que no irás a la oficina.
A esa hora, Hoyuelo se aseguraba de convencer a Reigen de llevar un esper para realizar el trabajo.
—¿Ritsu debería haber llegado ya?—observó el espectro.
—Tal vez se le presentó algo en la universidad. Ya llegará.
—¿Y si no puede venir?—preguntó con una seriedad que Reigen no ignoró.
—Para eso te tengo a ti, Hoyuelo.
El espectro fingió leer detenidamente el informe impreso sobre el caso que atenderían.
—Uhmm...—su garganta resonó como si leyera algo muy importante—. Si me lo preguntas, sería prudente llevar a un esper—miró a Reigen de forma burlona—, uno real.
Reigen sintió un tic en su ceja.
—¿Acaso no puedes con esto, señor espectro de alto nivel?
—Yo sí, pero no sé tú. La barrera de Shigeo te protege, pero no puedes luchar.
La conversación se vio interrumpida por el sonido del móvil en cuya pantalla brillaba el nombre de Shou. El mayor pensó en Ritsu y no pudo evitar preocuparse.
—Hola, Reigen—la voz de Shou sonaba muy alegre—. Te llamo para avisarte que me robaré a Ritsu esta tarde.
—Ah, es eso. No hay problema— de todas maneras no le pagaba a Ritsu. Miró a Hoyuelo antes de continuar—. Pero voy a necesitar un reemplazo.
—Descuida. Conozco a un esper con mucha experiencia y que es de mi completa confianza. Y por el pago no te preocupes, yo lo resuelvo luego. Ve adelantándote a ver al cliente, me encargaré de que llegue allí.
Shou se giró hacia Ritsu para ver su expresión, la cual era de curiosidad.
Luego de afinar algunos detalles, Shou colgó y golpeó suavemente su barbilla con el móvil, como si meditara en algo.
—Uhmm... ¿A quién podría encomendar está importante misión?
—¿No que ya tenías a alguien en mente?—le cuestionó Ritsu, sospechando del otro.
—¡Ah! Claro, tienes razón—y buscó en su teléfono el contacto, sonriendo igual que aquella vez que incendió el hogar de los Kageyama.
La siguiente parte del plan le correspondía a Teruki, quien debía encargarse de que Mob estuviera disponible a esa hora. Fue a buscarlo al salón de clases y caminaron sin rumbo un rato por el campus, hablando de las vacaciones de verano que se aproximaban.
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El hilo rojo del destino
FanfictionSegunda parte de "El significado de un beso". Cuatro años después de comenzar su relación, las cosas entre Reigen y Mob han cambiado mucho. Sin embargo, a donde sea que los lleve la vida, siempre acabarán encontrándose el uno con el otro, como si un...