MICRORELATO. NOVELA DE TERROR.
Me desperté; no sabia cuanto tiempo había estado inconsciente pero ya era de noche y me encontraba en un lugar oscuro abrazada por el frio. Intenté levantarme, pero no pude; miré a mi alrededor tratando de saber dónde me encontraba. Pronto me di cuenta al notar una gran piedra a mi espalda. Se trataba de una lápida.
Yo seguía sin poder levantarme. Escuché unos pasos y pude distinguir la silueta de una mujer. Era Elisabeth. Me tendió la mano y me dijo: ''Vámonos ya, los muertos nos esperan''. ¿Os lo podéis creer?
Elisabeth, a la que yo mismo maté y enterré ese mismo día.