Capítulo 5

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Elena quedó atónita, jamás se imaginó encontrarse con tamaña sorpresa y menos el día que se iba de viaje con los Villarreal. Quedó estática al piel de la puerta, realmente impávida. Unos bracitos alrededor de su cintura la sacaron de esa ensoñación.

Jt: Elena - dijo con evidente emoción el pequeño -

E: Juanito - habló reaccionando, mientras correspondía al abrazó del niño - ¡qué sorpresa! - mientras clavaba su mirada en Talita que se hallaba sentada en el mueble de la sala y con cara de pocos amigos a decir verdad -

Jt: ¡Te extrañé mucho Elena! - decía aferrándose aun más a la cintura de la morena - ¿Por qué no has vuelto a casa? ¿Por qué no me visitas? - inquirió mientras con sus ojitos marrones miraba fijamente a la morena -

E: Mi príncipe - decía ella sin saber bien cómo afrontar aquella situación -

Jt: ¡No has vuelto Lena!

E: Es que estoy trabajando en otro lugar - intentó explicar - pero anda, cuéntame mejor ¿Cómo estás? - tomándolo de la mano y acercándose al sofá mientras una impaciente Talita le hacía señas a Elena de que ya era hora de irse -

Jt: No muy bien - agachando la mirada -

E : ¿Pero por qué mi príncipe? - levantando con delicadeza la barbilla del niño -

Jt: Porque en mi casa nadie me quiere - afirmó con tristeza -

E: Eso no es cierto Juanito, tu familia te ama y yo te quiero mucho también.

Jt: No es cierto - rebatió irritado - papá no me quiere y tú tampoco me quieres. Tú te fuiste, me dejaste al igual que lo hizo mi mamá.

Aquella acusación definitivamente no se la esperaba la morena

E: Eso no es cierto Juanito, así que no lo digas. Yo sí te quiero y mucho, es solo que mi contrato de trabajo en tu casa ya había terminado, por eso tuve que buscar otro trabajo.

Octavio y Luz que esperaban por Elena y Talita en el coche decidieron entrar al ver que la morena se demoraba en volver. Lo cierto es que Luz estaba bastante intranquila, la pequeña moría por llegar pronto a su destino. Pero no se imaginaban la escena con la que se encontrarían.

Jt: No me mientas Elena, Simona me dijo que te fuiste de la casa por que ya no amas a mi papá ni tampoco me quieres a mí.

Octavio que venía entrando con la niña en brazos quedó paralizado al escuchar a Juanito aquello, él había reconocido al pequeño como el hijo "sangrón" del juez Montiel porque así Luz lo apodaba. No fue necesario escuchar nada más para que Octavio sacara sus propias conclusiones.

Ahora todo estaba claro para él, Elena no lo aceptaba a causa de Montiel. ¿Estaban acaso en una relación y ella no había tenido el valor de decírselo? En ese momento se sintió verdaderamente estúpido, él le había declarado su amor a la morena, incluso la había besado en varias oportunidades y ella no se había dignado a decirle la verdad.

E: No hagas caso de lo que Simona te dice, claro que te quiero mi pequeño - intentando no mencionar a Juan Alberto -

Jt: ¿Entonces si me quieres Elena?

E: Por supuesto que sí mi príncipe, claro que te quiero.

Jt: ¿Y a mi papá? ¿también lo quieres a él Elena?

L: Elena - antes de que la morena pueda responderle al niño, la suave voz infantil de Luz atrajo su atención, sus ojos se abrieron aun más cuando vio el rostro serio de Octavio, comprendió que ambos habían presenciado aquella desagradable escena - Tenemos que irnos - añadió -

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