CAPÍTULO 1

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El suave repiqueteo de las gotas de lluvia llegaba hasta los oídos de Hyunjin a través de la ventana de la pequeña cafetería mientras esperaba a su mejor amigo. Siempre que tenían un hueco en el horario se reunían allí para ponerse al día, pues desde que habían empezado a trabajar, verse resultaba cada vez más complicado. El muchacho se encontraba mirando su taza vacía, revisando a intervalos su teléfono mientras jugueteaba con un largo mechón de pelo gris entre sus dedos. La cafetería estaba especialmente tranquila esta tarde, el murmullo de la gente a penas se elevaba por encima de la suave música de fondo y la lluvia, mezclada con algunos tintineos de cucharillas y platos. En ese momento un golpe de aire frío llega hasta su rostro, por lo que se gira por inercia hacia la puerta del establecimiento, un joven bajito acababa de cerrar su paraguas y se dirigía hacia él, abriéndose la chaqueta, también humedecida por la lluvia, para dejarla sobre el respaldo de la silla que yacía frente a él.

- Siento llegar tarde – Saluda el moreno, sonriendo al muchacho - Con la que está cayendo había clientes que no se iban y hemos tardado más en cerrar

- No te preocupes, Changbin, hoy tengo tiempo de sobra para ti, aunque te toca invitarme al siguiente café

El muchacho de cabello largo y grisáceo sonríe, así que su amigo termina por resignarse, asintiendo, pues sabía que era su culpa por haber llegado tarde al encuentro.

- Bienvenido – Sonríe el camarero, que se acerca a la mesa para tomar nota del recién llegado.

- ¡Seungmin! Cuánto tiempo, no sabía que trabajabas aquí – Changbin le saluda con gran efusividad, abrazando al muchacho castaño que trataba de evitar que aplastara su libreta.

- Empecé hace unas semanas, me ayuda a pagarme el curso de veterinaria – Explica el joven.

- Siempre tan responsable... -- El joven sonríe, negando – Este es Hyunjin, te hablé de él en su día

- Ah, cierto, el artista, ¿no? – Dice el camarero – Encantado, soy Seungmin, fui vecino de Changbin durante un tiempo

- Encantado, Hyunjin... nuestras madres eran amigas – Añade el brujo con cierta desgana, ganándose un golpe por parte de su amigo.

Changbin termina por sentarse en su sitio, y aunque insiste repetidas veces en que el chico los acompañe, su trabajo lo hace imposible, e incluso Hyunjin termina pidiéndole que deje de buscarle problemas.

Con la siguiente ronda de cafés en la mesa y una vez había entrado en calor, por fin podía empezar con su puesta al día, en especial ahora que Changbin parecía haberse relajado un poco.

- ¿Sigues con tus estafas? – Pregunta de pronto Changbin, consiguiendo que Hyunjin frunza el ceño de forma notable.

- Te he dicho mil veces que no son estafas, que tú no creas en las energías no significa que otra gente tampoco lo haga... - Responde el muchacho

- No es que no crea en energías, pero que el universo te diga cosas a través de cartas... es cuestionable

Hyunjin refunfuña, había tratado de explicarle todo ese mundo a Changbin cientos de veces, de hecho, le había mostrado cómo funcionaba todo, le había enseñado en qué consistía su magia y qué podía llegar a hacer en realidad, pero él seguía reacio a pensar que eso era real, o simplemente es que no podía creer que el tarot no era un engañabobos. En cierto modo lo entendía, ese mundo no era para todos, mucha gente solo lo observaba desde fuera sin llegar a comprender todo lo que ocultaba, otra, aunque no era capaz de adentrarse demasiado, confiaban en personas como Hyunjin para que transmitieran lo que ellos no eran capaces de ver. Changbin se limitaba a negarse a creerlo, era una persona bastante escéptica, como había dicho, no era que no creyera en energías, había experimentado ciertas cosas junto a su amigo que, aunque no eran demasiado intensas, le habían obligado a creer en ello, pero había otras muchas que por mucho que lo intentara, no entendía ni trataba de entender.

Lo que habita en las sombras [HyunChan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora