¿Que pasaría si Ladybug perdiera contra Shadow Moth?
¿Y si el deseo de Shadow Moth es eliminar la existencia de los miraculous e incluso la guardiana?
Ahora la existencia de Marinette Dupain-Cheng fue borrada de París, reencarnó en el mundo de los h...
Esa melodía llegué a reconocerla ya que no era la primera vez que lo había escuchado. Miró sus manos, note que traía puesto mi traje rojo, con puntos negros. Por alguna extraña razon se sentía tan real pero cada vez estos recuerdos se están volviendo un poco borrosos. Lo único que recuerdo con mucha claridad es el día que perdí todo, mi Miraculous.
–Marinette.....estoy tan feliz de verte — el se acercó, abrazándome con mucha fuerza. Cuando lo ví frente a mi note que su apariencia era diferente a la última vez que lo había visto.
– Adrien...¿Que te ocurrió? — lo miré de pies a cabeza, sin entender lo que sucede.
– Quisiera besarte como aquella vez en nuestro primer beso — ignorando la pregunta, mientras posa su mano sobre mi mejilla — pero esperaré otro poco más ya que pronto nos volveremos a ver.
– ¿Que dices?
– Todo es por ti...
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Despertando de golpe, notando que me encontraba en la enfermería y todo había sido solo un sueño, de alguna forma me sentía aliviada. Mire a mi alrededor, aún lado mío estaba solo una botella de agua fría, parece que alguien ya lo había bebido.
No está Recovery girl, nadie más al parecer pero solo fue hasta que el sonido de la puerta que se está abriendo, siendo la persona que menos esperaba ver y tratandose de Bakugou.
– ¿Ya te sientes mejor? — me preguntó el, teniendo una botella de soda en su mano y con una bolsa.
– Si...
– Me alegro escucharlo — se acercó a pasos lentos, tomando asiento aún lado mío y entregandome la botella, dejando la bolsa en mis piernas — traje lo que me pediste así que ya podrás reponer tus energías.
– ... gracias — me sentía confundida, yo cuando le pedí esto y ni siquiera hablé con el — Bakugou yo...
– Come primero debes tener hambre o acaso quieres que yo te lo alimenté.
– No, yo puedo sola.
Le sonreí de forma forzada, primero bebi la botella de soda y después abrí para ver lo que me había traído.
– Tus ojos ya no están hinchados — dijo.
– ¿Que? — lo miré teniendo una pieza de pan en mi boca.
– No, nada — respondió y levantándose de su asiento — me voy.
– Si..gracias por las cosas — le sonreí, mientras observaba cómo se iba.
Me preguntó....¿Porque es amable conmigo si ni siquiera no llevamos bien?
Estando detrás de la puerta, se recargó sobre la pared y pensando un poco lo que había sucedido unos minutos antes.
