La noche cubría el cielo de la ciudad de Valladolid, con la luna iluminando con su escasa pero hermosa luz el cielo, y esta misma reflejándose en el río Pisuerga. Una chica cruzaba este puente admirando el agua que por las condiciones que se habían dado se veía cristalina, miro el cielo y decidida lo supo, ella debía pertenecer a aquel lugar.
Se detuvo a mitad del puente, y se giró, encontrándose de frente con la valla del puente, lo único que la separaba de la caída.
Asegurándose de que el puente estuviera completamente vacío paso por encima de los barrotes, y se aferró a ellos mirando directamente hacia abajo. En eso, una persona se mantenía a la distancia, observando a la chica llamada Erika.
La escena se mantuvo así por unos segundos hasta que la chica con el ansia de descansar, se lanzó a la cama, sabiendo que nunca tendría que volver a despertar.
La persona testigo de cómo la chica salto del puente y se ahogó tras haberse desmayado con la caída, bajo del puente dando un rodeo, cogió una de las barcas que había, remo un poco hasta llegar al cuerpo de la chica, flotando en el agua, siendo arrastrada por la poca fuerza que tenía el río ese día.
Muerte miro el cuerpo de Erika, no, miraba más allá. Introdujo su mano dentro de ella y saco el alma, que con deseo de reposar, Muerte lo cumplió.
Muerte —Es tan bello, a diario mueren miles de personas, ¿por qué todos son tan diferentes? Cada vez que que hago esto, es como explorar un nuevo mundo—
Sabiendo que la chica no llevaba más que las llaves de su casa, Muerte, fue lo único que se llevó de ella, porque su alma no se la llevó, la guió a donde iba a pertenecer a partir de ahora, la nada, donde no sientes, no vives, no eres nada.
Muerte —Registro de muerte, Erika, 10 de noviembre a las 00:26 en Valladolid, España, concretamente en el río Pisuerga—
Muerte, apuntaba todo en su libreta, no solo las muertes, sino lo relacionado con estas. ¿Como cabe todo en una libreta? Pues, la libreta es como el universo, siempre se está expandiendo.
Muerte intrigado por el suicidio de Erika, fue a su casa, entro con las llaves que había cogido y lo que vio no era orden, no era limpieza, todo lo contrario. Nada más entrar la soledad te entraba por los ojos, podías escuchar el silencio, y oler el aire.
Se dio cuenta, Erika no se suicidó, ella ya había muerto, pero nadie parecía tan preocupado para darse cuenta. Muerte en decepción ya que tampoco lo hizo.
Camino un poco por el piso, no tardó en encontrar el móvil, lo recogió de la mesa la cual estaba apoyado, encendió y vio los mensajes.
A pesar de los escasos contactos que poseía la joven, estuvo una hora leyendo mensajes. La conclusión es la siguiente, Erika tuvo un novio el año pasado, un supuesto novio, un hombre que la maltrataba y abusaba de ella, Erika fue separado de él por dos amigas y aunque esto parezca algo bueno no le sentó nada bien, por una parte Erika estaba obsesionada con el, si no fuera así no habría permitido esas cosas, no la sentó bien separarse, y lo segundo fue que esas mismas amigas la dejaron de hablar a los días.
La madre de Erika parecía un fuerte importante, era una señora de 60 años que se tomó su tiempo para tener a su hija, el padre de Erika murió antes de que está naciera, o eso decía su madre, ella nunca lo conoció y su madre parece que era lo único que la mantenía con vida...Claro, que problema, la madre de Erika había muerto hace dos días, al parecer Erika a parte de eso fue despedida del trabajo en verano, así que estaban a punto de echarla de su casa.
La presión social, laboral, la perdida de su madre, su obsesión y esas conductas antisociales, parecía ser lo que la empujó del puente. Pero muerte sabía que no era tan simple, ni si quiera podía saber con exactitud porque la gente moría, este no iba a ser el caso. Todo lo que ha visto de momento son solo cosas superficiales, tal vez difíciles de ver para los humanos, pero cosas obvias para Muerte.
Muerte —Erika, ¿que es lo que realmente te empujó, de aquel puente?—
Obviamente no recibió respuesta, esta pregunta la hacia para motivarse a si mismo a saberlo, aún creyendo que es imposible.
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Death Sings
Short StoryLa muerte, su personificación, vaga por el mundo en busca de almas cuyo cuerpo ya no funciona. Interesado por lo increíbles y complejas que son estas pérdidas decide investigar aquellas que le parecen más interesantes, aprendiendo mucho de los vivos...