Dirty Drag⌠TanjiSen⌡

Dirty Drag Parte 5:

Tanjiro carraspeo.

— Quiero otra cerveza ¿Qué estas bebiendo cariño? — trato de impregnar toda la seguridad que no tenía, Tanjiro deseaba a Senjuro, tanto que su verga esta dura y deseosa por entrar en el culo húmedo y apretado del muchacho, pero también quería conocerlo, ser más que un simple acostón de una noche y Senjuro se lo estaba poniendo muy difícil.

Senjuro mordió su labio inferior ¡Dios era sexy como el infierno! Sus largas pestañas rubios aletearon coquetamente y su mirada clara lo recorrieron casi famélico.

— Es simple whisky en las rocas — señalo su vaso medio vacío.

— Pero me gustaría mucho más beber tu carga — sus largos dedos acariciaron el bíceps hinchado de Tanjiro, la manera provocativa y sensual hizo que su verga ya dura palpitara en sus jeans y por supuesto que Senjuro haría un comentario sexual, más caliente que el infierno y lo torturaba por no tenerlo, aún.

Con cuidado, pero con mala gana, empujo el pie de Senjuro hacia el suelo de su regazo, Tanjiro se levantó como un resorte — Ya vuelvo con esas bebidas — dijo antes de caminar al bar.

Cuando Tanjiro regreso a la mesa unos minutos después, Senjuro todavía estaba sentado con su larga pierna cruzada por debajo de la diminuta mesa.

Tanjiro hasta llego a pensar que Senjuro huiría, el muchacho no se veía de este tipo de lugares de mala muerte, como que era más refinado y educado, pero en verdad quería una jodida monumental, de esas que desgarraban tu garganta y rompían tu culo, la cual Tanjiro le daría con mucho gusto.

— ¿Quieres mi gratitud? ¿Eh Tanjiro? ¿Quieres que te demuestre lo agradecido que estoy chupándote la verga? — Senjuro se inclinó hacia delante, estiro su mano y acaricio el duro muslo de Tanjiro hasta que sus dedos casi tocaron el duro bulto ahí.

Gracias a Dios y a todos los santos, Tanjiro logro detener los avances de la pequeña cosa malvada.

— ¿Cuál es tu color favorito? — Tanjiro quería ganar tiempo en esta absurda conversación, en verdad quería conocer a este hombre de gustos extravagantes, pero Senjuro se aferraba a sus convicciones y eso le gustaba, que Senjuro luchara por lo que quería hasta la muerte.

Senjuro gimió con frustración y se enderezo, tomando su vaso olvidado y dando un largo trago a su bebida.

— Rojo, es feroz y apasionado, me encanta mi piel enrojecida después de una jodida monumental con grandes vergas como la tuya — ¡Maldita sea!, Senjuro sí que sabia llevarte a los límites, la imagen que conjuro su sucia mente lo tenía temblando de anticipación y deseo, le costaba pensar con claridad en este punto, lo único que podía pensar era en tener ese perfecto culo inclinado sobre la mesa mientras su ansiosa polla le taladraba los sesos.

Tanjiro ya no podía más, necesita alejarse por un momento, quizás su erección bajaría si daba una vuelta.

Poniendo una excusa obvia de ir a orinas se levantó y se dirigió hacia los baños.

Senjuro espero a que la puerta de los baños se cerrara antes de levantarse y seguir al Dios del sexo, solo esperaba que Tanjiro no hubiera cerrado la puerta por dentro, estaría muy decepcionado del magnífico semental.

Mientras agradecia a Dios por los pequeños milagros, al descubrir la puerta abierta, abrió la puerta y se deslizo lo más silenciosamente sus zapatos le permitieron.

Tanjiro le daba la espalda en un cubículo, camino hacia su objetivo y coloco su mano en su cadera.

— Estoy demasiado duro para orinar —murmuro Tanjiro en voz baja.

Senjuro empujo sus manos, girando a Tanjiro para que se enfrentaran, Tanjiro no dijo nada y Senjuro supo que el joven soldado sabía que lo seguiría.

— Déjame encargarme de eso — Senjuro murmuro con deseo implícito en la frase.

Senjuro le sonrió, antes de bajar sobre sus talones, por nada del mundo sus rodillas tocarían el sucio y asqueroso piso de un baño público, primero muerto.

La verga imposiblemente dura de Tanjiro estaba afuera, sus bolas colgabas pesadas debajo y cuando Senjuro bajo los jeans, sonrió complacido al descubrir que Tanjiro no traía ropa interior.

Por fin su sueño se hacía realidad y lo disfrutaría al máximo, Senjuro respiro a través del vello púbico, respirando la larga y gorda verga que se le presentaba en frente.

Las venas sobresaliente se sentía bien sobre su nariz y las reacciones de Tanjiro eran buenas para su ego.

Lamio la gota de la cabeza y lo engullo todo hasta su garanta, sin reflejo nauseabundo bebé, sabia tan bien, era como el mejor y más caro caramelo, y sin lugar a dudas era su favorito.

—¡Joder! ¡Maldita sea! — Tanjiro se tambaleo, sus rodillas débiles casi no sostuvieron su peso y tuvo que sostenerse de las paredes del cubículo, ¡Dios! ¿Qué tenía este chico que hacía felaciones magistrales? Le estaba succionando los sesos por la verga.

Esto sería épico y satisfactorio.