📖SESENTA Y OCHO PUNTO CINCO📖

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P. O. V.  LEVI:

Fingir haber salido antes de casa, para poder quedarme y registrar todo el lugar, me había dejado con un gran peso de consciencia. Ni yo mismo podría creer que estuviera desconfiando de Kai con respecto a la desaparición del diario; sabía que Ami también sospechaba, ninguno podía culpar al otro, pero aún así, se sentía tan mal hurgar en el cuarto de Kai. De cualquier modo, no estuve satisfecho hasta que no encontré nada.

Suspiré aliviado y salí de casa. Otra cosa que detestaba era precisamente tener que ir a la ciudad y en especifico al palacio, donde se tenía planeada una reunión con Historia; el camino hasta allá fue menos rápido que como podría haber sido con Ami y Kai a mi lado, pero igual tuve que hacerlo.

Una vez en la ciudad, inevitablemente tenía que pasar por el colegio de Kai para llegar al palacio, pero no esperaba que en ese camino me encontrase a Ami.

-¿Eh? ¿Qué no te fuiste antes? - me pregunto al instante en que me vio.

Estaba a casi 2 metros de mi, me detuve y espere hasta que estuviera a mi lado para reanudar mi marcha.

-¿con quien dejaste a Kai? - le pregunté, sabía perfectamente que mi hijo entraba a la escuela en 5 minutos más y normalmente siempre esperábamos a verlo entrar para irnos.

-con Mikasa y Armin - explicó Ami no tan satisfecha con ello. - Armin me dijo que Michele me esperaba ya en el Palacio, ya lo tenía contemplado, pero se suponía que tu vendrías a dejarlo... Repito mi pregunta, ¿no te habías ido antes?

Bufé, mientras le ofrecía mi mano para sostener la suya. Tener cualquier contacto físico con ella siempre había parecido calmar la abrumadora sensación de estar cometiendo un error, o incluso me daba la propia tranquilidad que necesitaba a veces. Sus dedos se entrelazaron a los míos y espero pacientemente a que hablara.

-me quede a revisar la casa - confesé de golpe.

-¿la casa? ¿O la habitación de nuestro hijo? - me acuso.

-ambas.

Esta vez ella fue quien bufó indignada.

-¿por qué, Levi? No habíamos acordado no desconfiar de él, es sólo un niño, él no... - comenzó a sermonearme.

-nosotros también éramos solo niños cuando cometimos nuestro primer asesinato, no lo olvides.

-¡no lo olvido! Pero hablamos de Kai, el no es como nosotros y sería incapaz de tomar ese libro - insistió, pese a su enojo aún sostenía mi mano y yo lo agradecía - si, es un pequeño curioso y muy intuitivo e inteligente, pero antes de recurrir a robar algo, pediría respuestas con nosotros.

-y como hemos sido tan abiertos con el tema...

Abrió la boca para decir algo, pero la cerró al instante. Paso su mano libre por su cabello con desesperación.

-de acuerdo... - se obligó a decir más calmada - ¿qué tenía en sí ese diario? ¿Por qué es tan malo que, en caso de que lo tuviese, lo leyera?

-ya te lo dije, tiene todo.

-¿pero qué es todo? Todo lo de la legión, todo lo de...

-toda nuestra vida - repetí con fastidio - nuestra niñez, la muerte de Farlan e Isabel, lo de la vez que casi te pierdo, las tonterías de la legión, la segunda vez que casi te pierdo, nuestras peleas, las locuras de Hange, lo de Erwin, sobre el primer trio problema, la tercera vez que casi te pierdo, nuestro estúpido viaje a Marley y lo que pasó con ese marleyano, y...

-espera... - me detuvo un tanto ruborizada y molesta - “la vez que casi me pierdes”, ¿por qué aún te molesta eso?

-fueron más de las que recuerdo - añadi sin responder su pregunta.

-cómo sea, no parece nada malo, digo quizá hemos omitido lo de Farlan e Isabel, pero no creo que...

-jamás te conté lo que pasó con ellos - la interrumpí - nunca te conté lo que sucedió aquel día con detalle, pero lo escribí ahí... Cuando digo que todo está en el diario, todo lo está.

Me observó a detalle con aquellos ojos que cada vez más se parecían a los de su abuela, la inquebrantable Meghan.

-¿no dirás nada? - le pregunté impacientandome.

-estoy pensando que decir - respondió ofendida - no se si quejarme porque no me tienes la confianza para decirme esas cosas, si exigirte que me cuentes todo o decirte que a veces eres un completo idiota.

-tsk, ¿segura que no sabes que decir?

-si, Levi, porque me duele saber que me ocultas tantas cosas como a nuestro hijo, pero se que no puedo exigirte nada porque lo haces por mi bien (al menos eso creo) y por eso mismo tampoco te digo idiota.

-comienzo a extrañar esa época en la que simplemente podía dejarte hablando sola... - masculle, más para mí que para ella.

Me dio un empujón.

-¡oye!

-nada de “oye”, Levi Ackerman, esto es un tema serio y le estás dando la vuelta como Kai, dejaran de ser padre e hijo. - siempre era extraño como podía estar molesta y divertida al mismo tiempo, con lo años creía haberme acostumbrado, pero al final nunca era cierto - en fin, lo del contenido del  diario es un tema para después, ahora ya comprobaste que nuestro hijo es inocente, dejaré pasar tu desconfianza, pero más te vale que no se repita... - asentí, no quedan de otra, además no pensaba volver a hacerlo - y en cuanto a la desaparición del libro...

-no está en casa, no está en la oficina, no se donde más puede estar-me apresure a decir.

-pensemos en ello después de la reunión, quizá hasta puedo ayudarte a buscarlo - sugirió Ami dandome un ligero apretón a la mano.

-esta bien...

-por cierto...

-¿qué sucede?

-Kai está muy curiosos sobre la ciudad subterránea, deberíamos aprovechar lo de hoy para decirle, aunque sea como fue nuestra vida ahí, ¿no lo crees?

El palacio estaba a menos de una calle, todo el trayecto habíamos hablado, así que apenas si había notado donde estábamos.

Me detuve, no quería llegar a nuestro destino y postergar el tema como con lo del diario. De hecho, nada que se tratase de Kai, su futuro o su salud o lo que fuera, debía estar en mi lista de pendientes, esa era mi regla.

-ya lo había pensado - confesé.

Ami dio un paso más y luego se detuvo frente a mí.

-¿pero?

-pero no se como deberíamos hablarlo o si es el momento. Tu lo haz dicho, no quieres contarle a medias, pero ¿quieres que sepa que cuando nos conocimos asesine a un hombre? ¿Qué ambos matamos para sobrevivir?

Ami lo había dicho una vez: yo y se que también ella, éramos los modelos a seguir de Kai. Me atormentaba pensar que el descubriera que no eramos los héroes que Historia había creado y que todo el mundo acepto. ¿Estaría decepcionado de la clase de padres que tenía? ¿Se sentiría como un farsante que no es hijo de ningún héroe? Quizá no me preocupaba realmente por las horribles historias imborrables, sino por el que pensaría Kai sobre ellas...

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora