Capítulo 5

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2 días eran los que llevábamos sin hablar, a lo mejor estábamos exagerando, pero esa frase es en verdad es muy importante.

¿En verdad lo sentía yo?

Eso me lo estuve preguntando los últimos días, sí, realmente siento eso por él, siempre ha estado para mí, fue el hermano que siempre quise, mi mejor amigo y ahora es el mejor novio que he tenido, aunque sólo he tenido dos relaciones anteriores, pero no contaron, no las sentí tan reales como lo es con Hunter.

Es muy atento en todos los aspectos y cuando los dos necesitamos tiempo nos lo damos, es muy honesto, cariñoso, gracioso, guapo, no puedo pedir nada más.

Pero si él tampoco se ha acercado a mí será porque ¿se arrepintió?

Moví mi cabeza a los lados negando lo anterior. No. Imposible, si me lo había dicho era por algo. Decidí parar de carcomerme la cabeza con el tema, así sin más fui hacia la cafetería para encontrarme con Leo.

***

Cuando llego, veo a Leo sentado en una mesa del fondo, muy apartada a las demás, me acerco lentamente logrando que él note mi presencia cuando alza la cabeza y su boca se convierte en una radiante sonrisa.

–¡Hola! –me saluda animadamente parándose de su lugar viniendo hacia mí

–¿Qué tal? –intento responderle con el mismo ánimo, pero creo que no lo logro porque automáticamente su ceño se frunce y me dice:

–Hey... ¿todo bien?

–Hmmm sí, solo uno que otro problema con...–¿debería contarle?

Es mi mejor amigo, pero no sé si debería hacerlo, es un problema que tengo con Hunter. Por otro lado, no sé qué hacer, a lo mejor podría ayudarme un poco. Lo tomo de la muñeca jalándolo de nuevo a la mesa en la que estaba

–Yo...–dios ¿Por qué me costaba tanto hablar del tema?

–Oye, si no quieres hablar del tema no hay problema, lo comprendo ¿vale?, no te carcomas demasiado la cabeza Jen, aun así, sabes que en cualquier momento que me necesites estaré para ti pequeña

Esas palabras fueron todo lo que necesitaba escuchar, aparte de que es lo más dulce que Leo me ha dicho. Sin más le conté todo, incluyendo el tema del padre de Hunter, eso era algo que tenía que soltar ya o moriría de algo.

Teniendo en cuenta que Leo vive por y para el chisme fue fácil contárselo, te pode demasiada atención, lo que es importante porque según él, así no se pierde de ningún detalle.

–Oh...Jen esa es demasiada información para procesar, mi cerebro no da para tanto–termino diciendo con una risita ronca

–Lo sé–suelto un quejido–lo peor es que no sé qué hacer, porque primero: el tema del padre de Hunter es delicado, dos: sé que si le cuento sus ánimos decaerían y justo ahora está tan concentrado en el bufete que no lo quiero arruinar–anuncio contando con los dedos

Leo me mira entre pensativo y divertido lo cual no entiendo hasta que empieza a hablar de nuevo

–¿Qué tal si cortas con él?

–¡LEONARDO! –lo miro incrédula

–No me culpes, desde que lo conocí piensa que me gustas, me llama Lucas–comienza a copiar mi acción de enumerar con los dedos– y ...y... y...

–¿Y qué Lucas? –lo miro divertida mientras entrecierro mis ojos

–Y nada Jennifer–termina rodando los ojos

Para el chico que siempre amé [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora